Las piezas de Alicia de la Torre, son fruto directo de vísceras y corazón o en otras palabras: las fichas del rompecabezas de su propia vida.
Boca: Del lat. bucca, voz de or. celta; cf. galo boc[c]a. f. En una persona o en un animal, abertura anterior del tubo digestivo, situada en la cabeza y que da entrada a la cavidad por donde conecta con el aparato respiratorio.
Si usted quiere adherirse a esa definición de la RAE, hágalo; pero lo cierto es que nadie puede negar que este órgano no se reduce a una simple cavidad anatómica, es mucho más. Es el vehículo para expresar nuestros pensamientos y emociones, donde estalla la pasión a partir de besos, el llanto, el habla y los gritos. No en vano los Stones la convirtieron en el símbolo de su banda, desde hace casi cincuenta años, y la artista colombiana, Alicia de la Torre, en su obsesión.
Guiada por un interés en la corporeidad, Alicia de la Torre ha realizado agudas exploraciones sobre el tema a través de diversos materiales. Así lo demuestran las más de ochenta réplicas que realizó de sus propios labios – congelados en diferentes gestos – además de una serie de fotografías y un video a blanco y negro donde no escatima en usar su propia boca como principal protagonista de “Representaciones”, su más reciente proyecto creativo.
En sus palabras, su muestra se compone de “formas que evocan la memoria íntima a partir de elementos tradicionales que dialogan con el sentimiento catártico entre el erotismo y el dolor, entre el deleite y el sometimiento de códigos y rituales de la propia representación femenina y su deconstrucción.” Es así como cada una de sus “bocas” se convierte en las páginas sueltas de un diario personal, desordenado y escrito frenéticamente.
Sus labios son testigos vivos de un corazón perturbado, roto, apasionado y saturado por recuerdos que, a ratos, se reiteran a sí mismos en una angustiosa espiral sin salida. Un autorretrato encriptado, donde cada una de las bocas revela secretos, como hablando por si solas hasta producir un ruido sordo y caótico, que quizás lo único que pretenda es callar al espectador por un instante.