Hay quienes argumentan que la globalización está acabando con la diversidad cultural del mundo, pues por definición es la tendencia de los mercados y las empresas a extenderse a nivel mundial. Fruto de la globalización es que hoy se pueden consumir los mismos productos, de la misma marca, en todos los continentes del planeta y se puede comprar, con la misma moneda, en Madrid, Tokio, Nueva York o México, sólo por mencionar algo.
A Través de Para-Producción, el artista chino de la instalación: Ni Haifeng reflexiona sobre la producción en serie ‘Made in China’ y su impacto y efectos en la sociedad moderna. En esta obra, el artista retoma los principios de la producción capitalista, el proceso de producción, el trabajo y el rendimiento de capital y los invierte. Ni no parte de productos terminados, sino de los retazos de tela que la producción en masa desperdicia.
A partir de ese “desperdicio”, Ni Haifeng creó, junto a los visitantes, un gran tapiz que no terminó su producción hasta que la exposición finalizó. De esta manera, la obra simula la producción que jamás se detiene, hasta que la marca desaparece. El resultado de este trabajo no tiene un uso económico ni es el objetivo, Ni Haifeng rescata los aspectos sociales, pues su trabajo logra la interacción de los asistentes sin importar la nacionalidad. De esta forma su trabajo pierde individualidad y se extiende a cualquier asistente, como si cada uno representara un país y la pieza, en conjunto, el mundo que globalizan, con el mismo retazo de tela, juntos.
Para-Producción no sólo se refiere a la reutilización y reproducción en la economía global, también desafía el consumo y la infinitud, la mutabilidad y la inestabilidad del sistema capitalista. Para-Producción reconoce el lugar de China en el epicentro de la industria manufacturera global, así como la conexión entre el colonialismo y la globalización. Al elegir no producir algo útil, el artista expone, en primer plano, el proceso real de la producción en lugar del producto final.
Para-Producción se erige como un mediador entre los diferentes idiomas y culturas. El resultado es un producto del trabajo humano que contrasta con la ineficiencia y la infinitud de la producción colectiva en nuestros tiempos, con la productividad y el potencial de las masas trabajadoras.