Dánae: nombre femenino de origen griego cuyo significado es “lluvia de oro”, encierra un mito que ha trascendido en el mundo del arte; tal es el caso de la instalación rusa que participa en la 55ª Bienal de Arte de Venecia, dicho proyecto se basó en diversas obras pictóricas que plasman el miedo de Perseo tras la anunciación del oráculo de ser asesinado por su nieto y, principalmente, la fecundación de Dánae por Zeus, representado en forma de lluvia.
Danaë es el nombre de la instalación rusa que reinterpreta el mito griego por medio de la conceptualización. El proyecto fue creado por el artista ruso Vadim Zajárov, curado por Udo Kittelmanm, bajo la supervisión de Stella Kesaeva, y se presenta dentro del pabellón de dos plantas, construido en 1914, en la 55° edición de la Bienal de Venecia. En la planta baja acceden sólo mujeres y en el primer piso únicamente hombres, quienes pueden observar lo que sucede en la planta baja gracias a un enorme orificio cuadrado realizado para dicha instalación.
La instalación plantea representar la relación actual que tenemos, la sociedad, con el dinero. Es por ello que en la pieza se presenta a dos sujetos trajeados, quienes simbolizan el sistema bancario.
En cuanto las mujeres ingresan al recinto se les brinda un paraguas transparente, y desde el punto más alto del edificio fluyen monedas de oro que a simple vista forman una cortina de lluvia dorada que cae sobre las presentes. En cambio, los hombres se ven obligados a arrodillarse ante el orificio para observar la lluvia de oro, mientas que las paredes están plagadas de frases dirigidas a ellos con la finalidad de recordarles que es el momento de confesar, entre otras cosas, la mala educación, lujuria, avaricia, narcisismo, demagogia, banalidad, envidia, gula y estupidez.
Un sujeto sentado en una silla de montar sobre una viga comía cacahuates y observaba la lluvia de oro, éste representaba “el símbolo de los trabajadores del sistema bancario que, mientras la humanidad se empobrece, siguen sin interesarse por lo que sucede a su alrededor”. Su posición, en una silla de montar sin caballo, representa su pérdida del sentido de la realidad, comentó Elena Franzoia, periodista y colaboradora del Guggenheim, Venecia.
Un sujeto tratando de obtener monedas de oro con ayuda de una cubeta es uno de los personajes más representativos de la instalación, pues, de acuerdo con Vadim Zajárov, “este es el simbolismo de Dánae hoy: en el mito, ella fue impregnada por la lluvia de oro de Zeus, hoy la sociedad está cubierta con información que llega del espacio. Donde quiera que tú veas un satélite habla de Dánae, surge como un símbolo de fuerza del mundo contemporáneo”.
Por todo lo anterior, Danaë resulta ser una interesante instalación que une culturas y trasciende en la sociedad contemporánea por medio de la misma raíz: el vínculo del hombre con el dinero.