¿Por qué capturar a la muerte como si ésta fuera algo que quisiéramos preservar por siempre? Porque no hace falta en su cotidianidad. En extremo opuesto al morbo o a lo oscuro, ambos elementos constitutivos en el retrato de lo muerto, la pintura se encargó de este tema y sus estetizaciones con el paso del tiempo, a partir de una metáfora polifacética en lo gráfico y en lo existencial, más allá de toda carga negativa con la que solía –o suele– considerarse.
Sin importar las connotaciones religiosas que alguna pintura pueda o no tener desde la antigüedad hasta la época actual, es innegable el intento metafísico por generar representaciones vitales para el entendimiento y explicación de un hecho ineludible. Para el abrazo de lo ya conocido. Con escenarios un tanto familiares y en cierto sentido reconfortantes, el hombre ha supuesto en el hacer pictórico una posibilidad de aceptación y reflexión en torno a un paso más.
Como si se tratara de la asimilación a otras formas de vida y se reconociera el carácter pasajero de la existencia, la creación humana siempre buscó un soporte que diera testimonio de la pérdida corpórea, pero obviara la transición de los planos. Por ejemplo, las máscaras mortuorias, las efigies, los monolitos, etcétera, son producciones (que podrían considerarse artísticas) con el propósito de la permanencia y la aparición del cuerpo ausente.
Entre todas estas formas de materializar a la vida en la Tierra y su eterna dependencia con la muerte, la pintura juega un papel principal; esa disciplina que vincula el pulso del cuerpo, la inspiración del mundo y la mente del hombre con el fiel cometido de traer al pensamiento mediante una experiencia estética la presencia de lo lejanamente cercano: el desgaste o cese de la vida.
Podríamos pensar que ahora, tomando la herramienta más grande de difusión y representación existente —la TV— y al poder televisar cualquier cosa, el acercamiento sería de mayor impacto , no necesitaríamos otro tipo de imágenes; sin embargo, la intimidad y el vínculo con la muerte parece no surtir el mismo efecto de una representación, como puede ser el lienzo de una pintura en el clásico acto intermediado por la creatividad humana.
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“Asunción de la Virgen” (1475-76) de Francesco Botticini
Para empezar, no se trata de cualquier muerte; es el deceso de la madre del dios católico y no merecía menos homenaje visual que situarla en un paso divino al eterno lugar donde será coronada. Claro, este sitio no se limita a la Virgen María, es también la promesa y la esperanza de un porvenir sobrenatural mejor.
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“Lamento por Ícaro” (1898) de Herbert Draper
Todos conocemos la historia del hombre que se quiso acercar más de lo permitido al Sol, de alcanzar lo inalcanzable, y es así como esta pintura adquiere mayor relevancia en cuanto enseñanza inmortal sobre la ambición y sus consecuencias.
“Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte”.
Da Vinci
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“La decapitación de San Juan Bautista” (1608) de Caravaggio
En una atmósfera aterradora y de máxima viveza, Caravaggio logra en esta representación de caprichos, vileza y angustia que el espectador se sienta apabullado ante la próxima decapitación que está por suceder. Pensar que esa cabeza pronto descansará en una charola de plata hace más escalofriante la idea de una muerte obligada.
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“Gran escena de la muerte” (1906) de Max Beckamnn
La pintura que se encarga de representar a la perdida del hálito vital no podría estar completa en su paso por la historia si no encontrara en algún cuadro la posibilidad de mostrar fielmente el lamento, la tristeza y el dolor que le embargan.
“La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”.
Borges
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“El sueño de Dante” (1871) de Dante Gabriel Rossetti
Ese momento que en vida es tan similar a la muerte, el sueño, puede convertirse en un acercamiento real al despojo y a la ausencia; en este cuadro, Rossetti captura ambos momentos. El de la muerte del ser amado (Beatriz) y el sueño como momento de conexión con el fallecimiento.
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“La muerte de Marat” (1793) de Jacques-Louis David
¿El asesinato podría quedar fuera de la pintura mortuoria? Absolutamente no. Sea por las razones que sea, la muerte tiene distintas vías de llegada y como humanos, debemos aceptar que no toda partida a otro plano cósmico debe obedecer a un paso natural.
“Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo”.
Platón
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“Ofelia” (1852) de John Everett Millais
Quizá la representación más famosa de Ofelia, esa mujer shakespeariana inmortalizada en el agua. Extrañamente, esta pintura es capaz de reflejar una gran tranquilidad a la par de una expresión terrorífica en una composición de peculiar oscuridad.
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“Muerte y vida” (1916) de Gustav Klimt
Klimt, además del beso que le hizo famoso y otros cuadros mucho más conocidos, tiene en su haber esta imagen que bien podría entenderse como un análisis de las edades en el poderío de la muerte. El desarrollo de la vida, siempre observada por los ojos de El final.
“La muerte no es mas que un cambio de misión”.
Tolstoi
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“Fin de la gloria del mundo” (1672) de Juan Valdés Leal
Esta pintura podría considerarse como uno de los más grandes exponentes del barroco andaluz, su producción fue un encargo y nos presenta una oscura reflexión sobre la vanidad, la brevedad en el mundo y el triunfo de lo finito.
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“Phoebe is dead/McQueen” (2010) de Michael Stavros
Observar a alguien en extremo cercano, en extremo amado y con una cara tan joven en manos de la muerte siempre es un motor para detener o acelerar las cosas en la vida; algo así experimentó Stavros al pintar a su hija en este lienzo, mientras ella aparentaba haber partido.
“El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar”.
Jung
La muerte es un tema recurrente en las maneras de producir arte en nuestro mundo; ahora sólo tuvimos la oportunidad de mencionar a la pintura y en sus cuadros más representativos, pero el abandono de esta tierra atraviesa cualquier disciplina y cualquier creencia que se tenga de ella. Hemos puesto en esta lista aquellas imágenes que consideramos son las más representativas del tema; sin embargo, es seguro que alguna faltó. Pensemos entonces que se encuentra levemente en ese reposo que retrata.
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