“Todo en esta vida es fugaz y quien crea lo contrario es porque nunca ha tenido una estrella entre los dedos”
¿Por qué las personas se separan? De niña solía pensar que era simplemente porque las personas dejaban de amarse. Que mi padre había dejado de amar a mi madre por amar a otra mujer y que al mismo tiempo mi madre lo había dejado de amar por que el amaba a otra mujer; porque cuando las personas se separan suelen justificarlo diciendo simplemente, “el amor se fue”. Pero yo creo que la gente jamás se deja de amar… Solamente dejan de caminar juntos por un mismo sendero.Son varias las maneras en que las personas se cruzan o se dejan parcadas sobre el camino. Algunos se encuentran muy pronto, otros se encuentran muy tarde; algunos mas se encuentran y caminan juntos hasta el final; otros caminan juntos hasta que una intersección los separa dividiendo sus caminos. Mientras otros más, caminan solitarios por lo largo del camino y algunos otros nunca caminan, se sientan en una banca a lado del camino y solo ven pasar a los andantes.Rea era de este último género. Él lo sabía, yo lo sabía y todo aquel a su alrededor lo sabía; pero él se limitaba al decir que esperaba un eclipse…
Ella, era como la luna; danzante de madrugada con puntas afiladas, bailaba de noche al compás de las olas del mar mientras encantaba con su brillo. Era discreta y al mismo tiempo feroz, daba tranquilidad o daba terror, mientras arrullaba a los soñadores y desquiciaba a los amantes.Él, era como el sol; orgulloso idealista y amante incandescente, gobernaba los deseos y placeres aventureros de sus amantes, deslumbrándolos con su flameante intensidad. Era un gran apasionado de la vida, mientras su flama seductora calentaba el verano al norte y el invierno al sur.Ella era de noche y el de día. Jamás se encontraron, pero el destino es irracional y mientras los planetas se alineaban en un desfile milenario, sus noches se hicieron día y sus días se hicieron noches; mientras sus caras se cruzaron… para ser los amantes rojos de un eclipse.Ella, la luna, se refugió en el calor del sol, mientras él convirtió a la luna en su poetisa; hasta que el amanecer desvaneció a la luna sobre el horizonte y los amantes rojos se perdieron. El furioso de dolor la buscó de este a oeste, hasta derretir cada polo con su incandescente fuego de amante desolado. Ella, inundada de nostalgia, lo buscó por tierra y mar, hasta que la oscuridad de la noche borró sus recuerdos junto con la niebla.Pensar en el momento en que Rea dejo de andar es indescifrable. Pudo ser cuando fue abandonado en el pavimento de alguna calle sin nombre, o mientras fue abandonado entre las monedas de la cuenta de un café. Tal vez pudo ser mientras era abandonado entre cientos de niños igualmente olvidados de una ciudad, o tal vez su destino fue nunca andar, como una enfermedad que se contrae al nacer. Pero solía decir que la vida era bizarra e inesperada y que siempre da vueltas la vida; mientras el esperaría un eclipse lunar donde se encontrara cara a cara con la luna, para decirle… Sabía que volverías.