Este municipio boliviano también se distingue por la peculiar arquitectura de Freddy Mamani Silvestre. El arquitecto, conocido profesionalmente como Freddy Mamani, empezó como albañil y estudió ingeniería civil en la universidad. Terminó su primer edificio de este estilo en 2005 y, desde entonces, ha creado docenas de diseños más que incorporan ventanas circulares, tejados de ángulos pronunciados y vibrantes fachadas rosas, verdes y naranjas.
Los enormes edificios parecen elevarse por encima de sus vecinos arquitectónicos, pero no son mansiones privadas. Muchas de las construcciones de Mamani son estructuras multiusos, llenas de puestos de alquiler en la planta baja para vendedores, un local de fiestas en la segunda planta y apartamentos en la parte superior. Sus edificios reciben el apodo de cholets, un portmaneau de chalet (una casa de montaña suiza) y cholo (argot despectivo para referirse a una persona indígena).
Aunque muchos occidentales hacen comparaciones con Las Vegas, Mamani aclara que las formas, colores y dibujos que utiliza están tomados de la historia precolombina de Bolivia. En concreto, el aguayo, una tela brillante tejida por los aymaras, grupo indígena del que Mamani forma parte, inspira los diseños del arquitecto. Mamani declaró en una entrevista a The Guardian: “Mis diseños son una expresión moderna de nuestra cultura”, añade. “Desde que Evo Morales [el primer presidente indígena del país] llegó a la presidencia, las cosas han cambiado mucho. Nos sentimos orgullosos de ser aymaras”.
El otoño pasado, Mamani construyó un salón de baile en París como obra inaugural de la exposición de la Fundación Cartier sobre arte y arquitectura Americana. Puedes conocer al arquitecto en el siguiente vídeo de Great Big Story. El fotógrafo Peter Granser también publicó un libro en 2016 sobre las construcciones de Mamani, que está disponible en la Edition Taube página web.