Jake y Dinos Chapman, son un par de hermanos y artistas conceptuales ingleses que formaron parte del movimiento Young British Artists. Son muy populares debido a la postura tan radical y grotesca con la que abordan temas controversiales como la muerte, el sexo, el nazismo o la infancia, desafiando las convenciones morales y lo políticamente correcto.
Los Chapman compraron en 1991 la colección completa de los Horrores de la Guerra de Goya, un conjunto de 80 grabados impresos de excelente calidad y en perfecto estado de las placas del artista, un verdadero tesoro, lo que se ha convertido en la serie de grabados más venerada que existió. Horrores de la guerra era una obra maestra, un legado salvaje de Goya, en la cual el artista pudo plantear temas anticlericales y antipatrióticos que fueron censurados, la colección se publicó en 1863, tres décadas y media después de su muerte en 1828.
Foto: Camel 76
En 1993, para sorpresa y desagrado de muchos esta colección fue exhibida con algunas contundentes intervenciones de los hermanos Chapman, bajo el título The Rape of the Creativity en el Modern Art Oxford. Jakes y Dinos pusieron máscaras y caricaturas en los grabados originales de Goya. En el marco de la inauguración de esta exposición, Jake Chapman pronunció lo siguiente:
«Él es el artista que representa ese tipo de lucha expresionista de la Ilustración con el régimen. Debido a que tiene predilección por la violencia bajo los auspicios de un marco moral. Hay tanto placer en su trabajo. Para producir la ley, uno tiene que transgredirla. No ser demasiado simplista en las condiciones actuales, pero hay algo bastante interesante en el hecho de que la guerra de la Península vio a las fuerzas napoleónicas llevando la racionalidad y la iluminación a una región que se presumía católica y marcada por la superstición y la irracionalidad. Y aquí está Goya, que está muy libre de la Iglesia, que encarna a este ser iluminado autónomo, encarnado como una masa gelatinosa muerta sin redención; entonces escuchas a George Bush y Tony Blair hablando sobre la democracia como si tuviera algún tipo de armonía natural con la naturaleza, como si no fuera una ideología ».
Foto: Art ObserverDesde entonces se pueden ver los grabados originales acompañados por estallidos de color violeta y blanco, cabezas de payaso y caras horribles de cachorros. A pesar de ser una intervención tan abrupta y fuera de lo que la obra original propuso, los Chapman buscaron que más que una intervención, se tratara de una colaboración, ya que sus caricaturas realmente parecen pertenecer a las imágenes.
Sin embargo, al percatarse de que la obra intervenida que los hermanos presentaron no era un facsímil, si no realmente un grabado original, la crítica juzgó severamente a los Chapman, «La propuesta de los Chapman es algo desagradable, psicótico y sin valor. Lo que comparten con él es el pesimismo más primitivo, arcaico y católico de su arte: el sentido no sólo de la irracionalidad sino algo más tangible y diabólico» expreso The Guardian.
Foto: Lebastart
Los Horrores de la Guerra eran un tesoro artístico, cultural e histórico, fueron creadas en el transcurso de la guerra civil española, denunciando el lado cruel y terrible de los conflictos bélicos, como una protesta contra las atrocidades fascistas en este levantamiento. Poco tiempo después, Picasso se inspiró en estos mismo grabados para crear su obra maestra; Guernica, la cual se refiere al levantamiento popular de Madrid contra los franceses el 2 de mayo de 1808 y su sangrienta represión.
Los hermanos Chapman buscaban provocar a una audiencia que era poco impresionable, una audiencia con la que ellos mismos se identificaban; los liberales, humanistas y artistas. Quisieron sacar de la zona de confort a los Horrores de la Guerra y darle otro respiro, revivir la impresión de desagrado y repugnancia que causó al hacerse pública por primera vez. El crítico Robert Hughes, especialista en Goya, rechazó el manifiesto de los Chapman y los catalogo como «ejercicios superficiales».
Foto: Red aragoonDinos y Jake Chapman continuan haciendo obras controversiales y repugnantes. Un nicho de la comunidad artística respalda sus creaciones a través de su discurso transgresor, mientras que otro sector artístico jamás pudo ni podrá perdonar lo que le hicieron a los 83 grabados que forman la colección de grabados de los Horrores de la guerra de Goya.
Foto: Art Observer
En portada: Art Observer