Mandalas para meditar en lo infinito del color

El mundo se crea con pensamientos, cada idea que transita nuestra mente es el origen de algo palpable, algo con lo que nos identificamos o en lo que creemos como cierto, real. En un universo en el que la belleza no es más perfecta que admirable, los artistas se valen de la materia, la imagen y el sonido para crear; producen y transmiten sentimientos que trascienden en la mente de cualquiera que se exponga al arte.

Sin límites ni restricciones, el arte alude a la belleza que se encuentran hasta en los lugares y objetos más imperfectos. Aquellos que se atreven a buscarla en lo inusual se vuelven inmortales en su arte, en su esencia. En este caso, Eric Standley se encontró con imposibilidad y el infinito en el arte a través de mandalas y el color.

Todo mandala parte de un círculo que representa el origen del alma, el lienzo en blanco listo para ser corrompido. La mente humana deja de ser ordinaria cuando pinta con colores las diversas experiencias que vivimos, el camino se vuelve complejo, dejamos de sólo existir y comenzamos a vivir. Nos formamos y crecemos al recorrer pasajes que terminan por llevarnos al mismo círculo en el que comenzamos.

El círculo, entonces, se rodea de sentimientos, percepciones, pensamientos y momentos que trazan nuestra esencia, que alborotan el alma y la mente hasta estremecer el ser.

Como forma de arte son la representación de un todo, una forma de eternizar tanto la mente como el cuerpo a través de líneas que se entrelazan como el pensamiento y la acción.

Standley comparte el pensar sobre la infinidad de los caminos en la vida, que nunca terminan, que no tienen fin. Es para él el continuo descubrimiento de inspiración que genera claridad, los espontáneos pensares que llenan una mente joven y un alma en pena.

Con un pensamiento prometedor reconoce que sólo a través del caos se llega a la calma, que no se parte de un todo para encontrar algo y que, al contrario, es la interdependencia de distintas variables que logran la creación de algo.

Él entrelaza líneas para explicar que un alma sin cruzarse con otra o entre ella está sola, que para significar algo debe comenzar a pintar su desordenado camino. Sabe la importancia de un centro, de un punto de partida que representa el equilibro en medio del laberinto y que prevalezca en el espacio.

“Cuando viajo a visitar galerías y museos, me siento atraído a los artefactos y las estructuras que se construyen a partir de la reverencia y la obsesión; faros de cuando la fe, extiende las capacidades humanas a niveles extraordinarios”. Standley

¿Por qué hacerlo en papel? La vida no presume cuándo tendrá fin, no estamos en una posición cómoda, por el contrario, es frágil, como un papel que se puede destruir, quemar o romper. Hablar de la vida sin hablar de algo fugaz sería una equivocación. Por eso, Standley utiliza láminas de celulosa en contraste con materiales como piedra o barro para metaforizar una idea, las une para después cortarlas y crear obras de arte estremecedoras y maravillantes.

Hoy, Standley expone sus exquisitos cortes en “Fold, Paper, Scissors” en el Mesa Arts Center en Arizona, Estados Unidos. Vale la pena aventurarse tanto en el proceso ideológico como físico que traspasa el pensamiento cotidiano que este artista encabeza.