Cuando vemos obras de arte o piezas arqueológicas, solemos enfocarnos en el significado que ellas cargan por sí mismas o la belleza y estética que contienen. Sin embargo, una dimensión que ignoramos pero que tiene suma importancia, sobre todo cuando se trata de arte prehispánico, es el proceso que siguió cada pieza para llegar al lugar donde está.
Esta dimensión es la que Mariana Castillo Deball, egresada de la UNAM, quiere presentar en su exposición ‘Amarantus’, colección que llega al MUAC y, a pesar de tener inspiración de los vestigios prehispánicos, logra crear obras completamente nuevas que invitan a pensar sobre el proceso en que estudiamos la historia.
¿Quién es Mariana Castillo?
Proveniente de una familia de impresores, Mariana estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, teniendo un interés en la escritura y la imprenta. Ya después de la carrera expandió más su campo al conocer a distintos artistas y, sobre todo, las publicaciones de artista.
Además, al terminar la carrera decidió estudiar un posgrado en los Países Bajos y después se mudó a Berlín, donde lleva alrededor de diez años viviendo y actualmente labora como profesora de arte. Pero a pesar de estar tan lejos, sigue en contacto con los artistas de nuestro país con los que mantuvo conexión a México.
De hecho, un par de las obras presentadas en ‘Amarantus’ son obras en conjunto con artistas y colectivos mexicanos, como Tatiana Falcón o la organización Cooperación Comunitaria.
Los distintos procesos de colonización
Una de las experiencias más significativas que tuvo Mariana al laborar en Europa fue aprender sobre las teorías poscoloniales, la cual le permitió obtener una visión crítica sobre cómo funcionan estos museos:
«Las colecciones de museos etnográficos tienen muchísimo material no solamente de México sino de muchos países del mundo… eso también era un segundo proceso de colonización que sucedió a través de las colecciones» explica Mariana.
Sin embargo, este proceso de colonización no es sólo exclusivo de Europa, pues también sucedió con varias piezas del Museo Nacional de Antropología que fueron excavadas de sus comunidades sin permiso de ellas, como el caso del monolito enfrente del museo. Tanto en Europa como en México, este proceso marcó fuertemente la obra de Mariana:
«Esa mirada de cómo funciona el aparato museográfico e institucional me llevó a empezar a realizar estos proyectos donde no hablo tanto de las culturas prehispánicas o del significado de los objetos sino cómo estos objetos han sido estudiados y tomados a partir de políticas estatales, de políticas culturales, para justificar diferentes programas o diferentes visiones de lo que es el patrimonio».
Obras que ‘incomodan’
La curadora Catalina Lozano describió algunas de las obras de Mariana como “objetos incómodos” por la narrativa que manejan, y aunque la exposición tenga una mayoría de representaciones prehispánicas, realmente no son los únicos objetos ni el foco de interés.
Menciona Mariana que son incómodos porque no encajan: “Por ejemplo, cuando vez una pieza en un museo arqueológico, siempre están instaladas más o menos de la misma manera, y aquí el repertorio de cómo se exhiben los objetos es muy distinto: es más lúdico, más experimental.”
Por otro lado, también es importante recordar que tanto ‘Amarantus’ como el trabajo de Mariana no son piezas históricas ni buscan serlo: “En esta exposición hay muchas referencias que son retrabajadas y actualizadas en el presente. Aunque mi trabajo tiene una relación con las historias, es una historia que se actualiza en el presente”.
Ixiptla: la forma en que ‘Amarantus’ se presenta
Esta reimaginación y reinterpretación de los artefactos históricos se ve plasmada en ‘Amarantus’ a través del concepto de nahua de Ixiptla, que puede interpretarse como representación, imagen, sustituto o incluso piel.
El título de Ixiptla lo empezó a usar Mariana por la connotación del término occidental de representaciones: se refiere exclusivamente a copias adyacentes al original. En cambio, Ixiptla es un término que dice que cualquier representación o copia del original tiene partes del original.
«Constantemente estoy recreando, rehaciendo o reinterpretando, y considero que esos elementos también son parte del original. Por ejemplo, todo el patrimonio que se encuentra en Europa que es de México (…) no tenemos acceso a ellos, si aquí alguien decide volverlos a hacer pues tal vez podríamos considerar que son parte del original».
El trabajo de Mariana a lo largo de México
A pesar de que es la primera vez que Mariana llega al MUAC, ya ha trabajado varias veces con otros artistas mexicano y sus obras se pueden encontrar a lo largo de todo el país.
Una de ellas, por ejemplo, es un jardín de plantas pictóreas en conjunto con Tatiana Falcón que fue presentado en el Museo Amparo del 2018. También ha hecho columnas con el Taller Coatlicue de Oaxaca desde el 2015 para una exposición llamada “¿Quién medirá el espacio, quién medirá el espacio?”.
Igualmente colaboró con Cooperación Comunitaria, una organización que se encarga de reconstrucciones de vivienda rural en distintos estados de la república. Juntos hicieron una pieza en la montaña de Guerrero el 2020, y nuevamente unieron esfuerzos en una de las piezas que se presentan en el MUAC.
Una exposición que no volverá
A pesar de tener tantos trabajos a lo largo del país, unos incluso saliendo de él, las piezas para el MUAC fueron hechas y adaptadas a la medida del recinto, por lo que es una exposición única que no se repetirá:
«Mi trabajo también tiene ese carácter muy flexible. No es que haya piezas que las lleve a otra exposición y las monte siempre de la misma manera, sino que siempre hago adaptaciones en el espacio de acuerdo a los lugares donde se presenta la obra. En este caso es mucho más extremo»
Cuándo y dónde ver la exposición
Eso quiere decir que la exposición, que empezó este 16 de octubre, no podrás experimentarla en otra parte una vez que se vaya, así que si te interesa, no te la pierdas. Amarantus se encuentran en las salas 4, 5 y 6 del MUAC y permanecerá aquí hasta el 1 de mayo.