Hay momentos clave que, por muy terribles o impactantes, marcan a las personas para toda la vida. Para algunos artistas estos momentos se vuelven inspiración para sus obras o, tal vez, sus obras se vuelven la catarsis para estos momentos.
El arte tiene múltiples funciones y objetivos. Una de ellas podría ser proporcionar cierto soporte psicológico a los creadores, una especie de herramienta para negociar con los traumas de su infancia, de su juventud o incluso de su presente. A continuación una lista de artistas y algunas de sus obras que reflejan esta relación, por medio de la cual expían o exorcizan sus obsesiones, tanto positivas como negativas.
Rene Magritte
The Lovers, 1929
En 1912, cuando Magritte tenía 14 años, su madre se suicidó en un río y a él le presentaron su cuerpo, que tenía la cara cubierta por su vestido mojado. Poco tiempo después empezó a pintar y algunos especulan que esta imagen fue la que inspiró las caras cubiertas por una tela en su pintura The Lovers y otras obras con esta misma temática. Algunos expertos dicen que la historia del vestido es una invención de la enfermera del artista surrealista.
Salvador Dalí
Las hormigas, 1929
En su libro Vida secreta de Salvador Dalí, el artista narra cómo de pequeño vio cómo las hormigas devoraban a un murciélago que guardaba en un bote. Más tarde vio a un erizo que sufría el mismo destino. Observar que después de las hormigas no quedaba nada, le causó una gran impresión y estos insectos están presentes en gran parte de su obra. Incluso están en algunos de sus cuadros más famosos, como La persistencia de la memoria o La metamorfosis de Narciso. En otros aparecen menos sutilmente y se convierten en protagonistas, como en las dos versiones de Las hormigas (1929 y 1936), y en Ants, Nails, and Flies on Nude
Joel-Peter Witkin
Face of a Woman, 2004
Este fotógrafo, oriundo de Nueva York, presenció de niño un accidente automovilístico cuando salía de su casa con su familia para ir a la iglesia. En el suceso una niña fue decapitada y su cabeza rodó a los pies de Witkin. Este evento lo llevaría a volverse uno de los fotógrafos más controvertidos y censurados de Estados Unidos por fotografiar brazos, piernas, senos y cabezas mutiladas, cadáveres y a gente con deformidades. A pesar de lo macabras que son sus fotografías, su intención es que sean hermosas y conmovedoras y que se vea como algo bello el reflejo de lo grotesco.
Artemisia Gentileschi
Judit decapitando a Holofernes, 1619
Ya que las enseñanzas de las academias de arte eran exclusivas para hombres, Orazio Gentileschi, el padre de la pintora italiana contemporánea de Caravaggio, le asignó un tutor personal: Agostino Tassi, quien abusó de ella cuando tenía 19 años. Esta experiencia quizás influyó en la ferocidad de sus pinturas. Hay quienes ven en su interpretación del mito de Judit una manera de expiar su trauma.
Max Ernst
Cuando el pintor Max Ernst era un niño, sufrió una fiebre muy elevada que le generó alucinaciones. En una de ellas un ruiseñor lo perseguía, lo que dio origen al cuadro Dos niños amenazados por un ruiseñor. En otra las espirales de la madera de su cama formaron un ojo que lo veía. Las alucinaciones impactaron al artista, quien a partir de ese día observaba las cosas, dejaba fluir sus visiones y pintaba lo que imaginaba.
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Quizás el arte no nos haga ni mejores ni peores personas, pero sí libera la mente y moldea al individuo, que a la vez moldea a la obra. En cierto modo, lo salva de sí mismo.