… pinto porque me resulta vital pensar pintando a la vez que se vuelve un ejercicio de un placer extremo
“El espacio es un concepto empírico extraído de la experiencia, una idea que tiene origen en una impresión sensible”. Para Kant la sensibilidad es una capacidad receptiva del sujeto ante la presencia de los objetos, bajo esta concepción se logra una representación de las cosas tal y como ellas aparecen. El espacio, concluye Kant, es una intuición pura y una condición de posibilidad para toda experiencia.
Estas reflexiones permiten entrar al mundo de la geometría concibiendo el espacio como una totalidad en la que el observador establece un marco de referencia y puede captarlo a través de construcciones mentales que pueden ser lógicamente deducibles en diversas formas geométricas.
¿Qué hay en nuestra naturaleza que nos hace ver formas definidas en relieves aparentemente ordenados? En las montañas o en las nubes, por ejemplo, la sensibilidad nos hace ver formas inexistentes que contradicen la realidad porque aunque no existen somos capaces de reconocerlas.
Marina Azul Fernández Besada une la armonía de la naturaleza y las matemáticas en fascinantes pinturas en las que la contemplación es el ingrediente principal. Parece que absorbió la belleza de la naturaleza y fue capaz de figurarla en colores y formas limitadas por diversas líneas en diferentes planos.
Desde muy joven se relacionó con el dibujo y la pintura. Durante muchos años copió obras clásicas que poco a poco adquirieron un carácter surrealista. Desde 2004 se introdujo en la geometría con pinturas realizadas en acrílico, y quizá la influencia más importante y directa fue la de su padre, quien pintaba con cierta tendencia hacia lo geométrico.
Hacia 2008 empezó a pintar al óleo, trabajando en delgadas capas y múltiples sesiones, explorando y vinculando formas geométricas y paisajes. Asocia este encuentro con los paisajes que había pintado su abuelo, y aunque su formación fue en medicina, también se acercó a la pintura.
La correspondencia en las pinturas de Marina entre paisajes y rectángulos hace visible la relación mental que tiene respecto a diversas asociaciones con el espacio, animando a la imaginación a plantearse diferentes formas de presentarlo con su precioso contenido, unas veces para arrebatarlo, otras para contenerlo en un intento por descubrir su estructura interna y escuchar el relato que la pintura empieza a susurrar.
La experiencia de pintar es próxima a un “trance” que propicia el diálogo entre lo consciente e inconsciente. Una sesión de pintura de cuatro o más horas facilita ese encuentro.
Sostengo un interés particular en encontrar la tensión adecuada, el equilibrio de esos instantes y elementos; la posible experiencia en un terreno más profundo.
Me interesa que mi obra se convierta en respuesta a esa búsqueda de equilibrio entre el instante y los elementos, es ahí donde se concentra el resultado del hacer y encontrar, descubrimientos, pensamientos y asociaciones que nacen de manera intuitiva, un misterio que se hace evidente y que, en suma, le da sentido a mi pintura.
Descubro a Rene Thom (físico – matemático francés) en 2009, si bien la complejidad de las matemáticas me exime de una interpretación exacta, imprime en mí el carácter poético de su teoría de las catástrofes, llevándome a investigar la topografía y la morfogénesis.
Flickr: https://www.flickr.com/photos/marinazul/