No se sabe con certeza el origen del punto crochet; algunos aseguran que fue en Sudamérica donde surgió esta técnica, pero muchos otros afirman o le atribuyen su inicio a los chinos y/o árabes. Lo cierto es que el punto crochet se popularizó en Europa durante el siglo XVIII, y es esta técnica la que inspira a Patricia Waller, artista alemana quien hace uso de materiales sintéticos, maderas, lana y polietileno, para desarrollar cuerpos afelpados que retratan lo que pudiera interpretarse de “mal gusto”. Sin embargo esta colección no es otra cosa más que un tributo a la imaginación y creatividad.
El trabajo de esta artista nace con la necesidad de no utilizar materiales que comúnmente se usan en el mundo del arte y de jugar con el espectador al contraponer diferentes sensaciones como la ternura y abruptamente pasar al sufrimiento. Así mismo presenta distintos escenarios crudos donde diferentes dibujos animados son descontextualizados para manifestar una crítica hacia el consumismo usando la imagen de diferentes íconos de la cultura pop.
Los trabajos de esta artista son ejemplos de humor negro al abordar temas de la muerte, el miedo a envejecer, el sufrimiento, y distintas fobias tomando como punto de partida animales “tiernos”. https://img.culturacolectiva.com/content/2012/12/bh4.jpg
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