Los árboles de Les Jardins de Métis, en Quebec, se cubrieron de rosa desde la base hasta la mitad de su cuerpo para ser una mancha fosforescente en medio del paisaje. Un golpe de color inunda las áreas verdes por la idea creativa de los arquitectos Nicholas Croft y Michaela MacLeod, como una forma de establecer una sala natural en medio del bosque desnudo.
La instalación, que lleva por nombre Pink Punch, son troncos de los árboles vestidos de látex de caucho natural en color rosa desde la base y hasta la mitad del tronco. La idea de hacerlo en rosa es para delimitar el espacio entre la vida silvestre y la invitación a un jardín personalizado. Nick y Michaela utilizaron el material tradicional con el que envuelven los árboles para protegerlos de algún peligro con la diferencia en el color, con el que logran un acercamiento al entorno natural. En cada base del árbol, sobre el suelo, el caucho se extiende hasta unir a todos en una ruta fosforescente.
La instalación es temporal y se realizó como parte del Festival Internacional de los Jardines 2013, el que se llevó a cabo en septiembre pasado en Quebec.
La edición 2013 de este evento multidisciplinario se caracterizó por estar “al borde”: las piezas de los diversos artistas participantes se construyeron o desarrollaron en los límites de la sede del festival, en áreas que no habían sido exploradas, pero que la mano de cada uno removió las fronteras entre lo establecido y lo natural, lo nativo y lo extranjero, lo puro e impuro y hasta lo sagrado y lo profano.