En este artículo se hablará sobre Cristo desde una perspectiva contemplativa dentro del arte, sin considerar su figura e importancia dentro de la religión. La representación corporal en el arte occidental, la asimilación cristiana primitiva del naturalismo grecorromano, la espiritualización bizantina del cuerpo de Jesus, el énfasis humano dado al cuerpo por la espiritualidad franciscana, y el redescubrimiento del cuerpo de belleza clásica en el siglo XIII.
Hace algunos años, una reconstrucción basada en perfiles genéticos género una imagen de cómo pudo lucir el rostro de Cristo, el cual era muy diferente a las imágenes con las que se le ha relacionado por cientos de años. Se trataba de un hombre con facciones toscas, piel morena y cabello oscuro. Al contrario de como se le ha conocido: grandes y expresivos ojos, figura atlética, cabello rubio y facciones finas, un arquetipo de un hombre atractivo para la concepción occidental.
Foto: Semanal
La naturaleza humana de Jesucristo
Los teólogos del siglo II como San Ireneo, obispo de Lyon y Clemente de Alejandría repudiaron la noción de que lo divino pudiera ser capturado en representaciones pictóricas, sin embargo, en el siglo VI, el Papa Gregorio I recalcó que las personas analfabetas (lo común para aquella época) sólo podían conocer las lecciones de la Biblia con imágenes.
Cristo es la representación humana de Dios, por lo tanto no es extraño que sus retratos reflejen la perfección estética y divina. Representar la naturaleza humana de Jesús significaba un riesgo de herejía, ya que había que separarla muy bien de la divina. También había una fuerte tendencia dentro del cristianismo que consideraba que cualquier representación de lo divino se podía considerar idolatría o paganismo. Otro tema fue la posibilidad de que los cuadros de Jesús fomentaran ciertos actos impropios, como ilustrar el pan y el vino de la Eucaristía podía interpretarse como hacer pociones o embrujos.
Foto: Ok chicasFinalmente en el año 692 d. C., el primer sínodo episcopal que brindó un fuerte apoyo a las representaciones pictóricas de Jesús, afirmando que tales ilustraciones eran espiritualmente útiles para los fieles. El emperador Justiniano II hizo colocar un retrato de Jesús en monedas de oro imperiales, aunque sus sucesores restauraron el tradicional retrato del emperador.
El arte sacro en la Edad Media
Jesús fue una pieza muy importante en la tradición artística de la cultura occidental. Una impresionante variedad de representaciones de Jesús caracteriza la historia del arte europeo desde la Edad Media en adelante. Se puede decir que el arte religioso, con un enfoque particular en Jesús, dominó el esfuerzo y las aspiraciones artísticas europeas durante la Edad Media.
En el cristianismo medieval, las mujeres estaban excluidas de la educación superior y el liderazgo de la iglesia, y quienes buscaban la unidad con Dios también buscaban revelaciones y visiones del Señor. Esto lo lograban renunciando a las indulgencias mundanas y buscando experimentar el sufrimiento de Jesús. Matilde de Magdeburg, una mística medieval del siglo XIII, escribió sobre Cristo como su «descanso más íntimo, mi más profundo anhelo, una corriente de mi pasión».
Foto: Miguel Ángel, La Piedad, 1499 / Wikimedia CommonsSanta Teresa de Ávila, una monja del siglo XVI, compartió sus visiones extáticas por escrito que palpita con imaginación y deseo eróticos. En su libro Las mansiones, describió la visita de un ángel que la penetra repetidamente con una lanza de oro, arrancándole las entrañas y llenándola del amor de Dios.
Iconografía de Cristo
Jesús fue expuesto en la escultura principalmente de dos maneras: en la cruz y en su juicio. Su representación en la cruz dio lugar al crucifijo, que se convirtió en un ícono de Jesús en la Iglesia Católica Romana. Las representaciones de Jesús en el Juicio Final se convirtieron en una pieza central de los portales de las iglesias cristianas, particularmente las construidas durante la Edad Media.
Foto: Alonso Cano, La crucifixión, 1665, / Museo del PradoLas representaciones de Jesús en la pintura han tendido a seguir las convenciones artísticas de la época o reflejar los desarrollos teológicos contemporáneos. En la pintura fueron desarrollados tres temas importantes: el nacimiento, su muerte y su madre, la virgen María. Al mismo tiempo, no se debe subestimar la representación iconográfica de Jesús como un niño o un niño en los brazos de María, ni tampoco La Piedad, la representación de Jesús muerto en los brazos de su madre. María se muestra generalmente sosteniendo al niño Jesús, como en la Madonna Sixtina de Rafael de 1513. Por su parte, Miguel Ángel en el Juicio Final de la Capilla Sixtina, se observa a un Jesús gigante, sin barba y desnudo con un cuerpo bastante musculoso.
El crítico de arte Leo Steinberg observó una obsesión por los genitales de Jesús en las pinturas del Renacimiento. En contraste con el arte bizantino, el arte renacentista a menudo representa a Jesús como un adulto completamente desnudo. El teólogo católico y sacerdote jesuita John W. O’Malley señaló que exhibir los genitales de Jesús enfatizaba su humanidad.
Foto: Miguel Angel, Juicio Final (fragmento), 1564 / Wikimedia Commons
Jesús en los siglos XIX y XX
A pesar de la relativa disminución en la producción de arte cristiano, una proporción significativa de la pintura de los siglos XIX y XX se ocupó de las representaciones de Jesús. Esas obras románticamente idealizadas por lo general estaban cargadas de un simbolismo pesado, como en Jesús en la casa de sus padres de Millais de 1850, La luz del mundo de Hunt y las más de 300 acuarelas de relatos evangélicos de Tissot. Entre los artistas del siglo XX destaca el Ecce Homo de 1936 (que fue noticia en el nuevo milenio al intentar ser restaurado), La Crucifixión de Pablo Picasso de 1930 o las obras de Warner Sallman, Cabeza de Cristo, Cristo en Getsemaní y El Señor es mi pastor.
Foto: Warner Sallman, La cabeza de Cristo, 1940 / Wikimedia Commons
La evolución de la idea de la perfección y sensualidad del cuerpo de Cristo se justifica al darle una apariencia humana y posiblemente aspiracional. No hay que olvidar que esta idea trasciende el arte plástico, por ejemplo, en el último siglo Jesus ha aparecido en el cine interpretado por actores con perfiles como Christian Bale, Liam Neeson y Ewan McGregor.
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