Tal parece que el apellido Murakami es sinónimo de talento e innovación artística en Japón. Para demostrarlo sólo bastan tres nombres: Haruki, Ryū y Takashi cuyos trabajos han explorado diferentes puntos de la sensibilidad humana, lo cual provoca que el público quede fascinado con sus obras.
El trabajo literario y cinematográfico de Ryū lo ha colocado como uno de los artistas nipones más influyentes de los últimos años; su novela de 1976 “Azul casi transparente” recibió muy buenos comentarios por parte de la crítica, mismos que se incrementaron tres años después, cuando se estrenó la película basada en la novela.
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Durante los ochenta, era bastante común que la gente se refiriera a Ryū y Haruki como “los dos murakamis” a pesar de que sus estilos narrativos fueran totalmente distintos; mientras la novelística de Ryū está llena de odio y asco hacia la sociedad moderna, Haruki la abraza como parte de su estructura literaria para demostrar que Japón, como el resto del mundo, se mantiene a la vanguardia junto con sus habitantes.
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Si bien es casi un acuerdo entre los artistas nipones plasmar sus tradiciones y costumbres en sus obras, el arte exige renovación constante e interacción con el contexto dentro del cual es creado; no debe sorprendernos entonces ver referencias al folklore japonés en el trabajo de creadores modernos como Takashi Murakami cuya obra destaca por un hábil manejo de los recursos digitales en combinación con personajes típicos de la tradición japonesa.
Uno de sus aportes más importantes a la teoría del arte es el concepto del superflat el cual sugiere la recuperación de los elementos bidimensionales del arte oriental por medio de colores planos y pocas sombras para sacarle mayor provecho a la superficie sobre la que se está realizando la pintura.
A menudo su arte es calificado como psicodélico debido al uso excesivo de colores brillantes que le da un tono bastante alegre y llamativo a sus creaciones. Esta combinación de tonos es una estrategia que Takashi formuló con el fin de hacer que el arte japonés rompiera todas las barreras y pudiese llegar a más personas alrededor del mundo.
Para que su trabajo fuese aún más consumible por los espectadores de todo el mundo, decidió retomar estilos propios del manga y el anime ya que estos elementos además de ser fácilmente reconocibles, le dio la posibilidad de que el público los encontrara aún más atractivos. Con esto, Takashi se suma al creciente grupo de artistas que, como Andy Warhol, ven en el arte una potencial fuente de ingresos.
En su lucha por hacer que su arte llegue a cada vez más gente y al mismo tiempo sacar provecho de ello, este artista ha sacado a la venta art toys así como colaboraciones con algunas firmas de moda para que las personas puedan obtener algo de su arte a precios accesibles.
Hoy, junto con Yayoi Kusama es considerado uno de los artistas modernistas más importantes gracias a que se ha atrevido a llevar más allá el arte de su país, finalmente el arte se trata de explorar nuevos terrenos y tomar riesgos con tal de lograr un producto estético novedoso y fuera de lo común para que quienes tengan la oportunidad de tenerlo enfrente sientan que es la primera vez en su vida que ven algo como eso.