Una escultura invisible es la nueva polémica de las noticias del arte contemporáneo. Se trata de una pieza de la autoría del artista italiano Salvatore Garau que en una subasta de la casa Art- Rite alcanzó los 15 mil euros, es decir casi 360 mil pesos mexicanos.
Por más extraño e insólito que esta noticia pueda parecer, en realidad en el ambiente artístico esto no resulta tan extraño. Esta pieza, de nombre Io Sono (“Yo soy”, en español) se presentó como una escultura inmaterial, sin embargo, su creador impuso una serie de requisitos para su “montaje”: debe colocarse en una habitación libre de cualquier obstáculo, en una casa particular y debe considerarse una dimensión de 150 x 150 centímetros. No hay condiciones para el control del clima o la iluminación, ya que como especifica el creador, jamás se podrá ver.
Foto: TN
Quién es Salvatore Garau
Salvatore Garau es un artista plástico con una amplia trayectoria, el cual a sus 67 años, siempre ha sido distinguido por sus obras inmateriales, quizás la más conocida es Buda en contemplación, la escultura invisible que se “encuentra” en la Piazza della Scala de Milán desde febrero pasado.
Foto: T13Si bien, muchas personas han arremetido en contra de este tipo de expresiones que retan la inteligencia de los coleccionistas o fanáticos del arte, Salvatore ha justificado su creación al decir que él “no vendió nada, vendió un vacío”, así lo comentó al medio local Il Giorno:
«El vacío no es más que un espacio lleno de energía, y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, ese nada tiene un peso […] Por tanto, tiene energía que se condensa y se transforma en partículas, es decir, en nosotros».
«En el momento en que decida exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi solo título adoptará las más variadas formas».
Para legitimar la compra de la escultura invisible, el artista Salvatore Garau expidió un certificado de autenticidad para asegurar la “existencia” de la obra. Este documento es la única prueba de la escultura invisible e intangible.
Foto: Uno TV
En general la opinión del público es que esta es otra tomada de pelo de las expresiones artísticas contemporáneas que se llega a vender a precios ofensivos, como el plátano en la pared o la lata de “mierda de artista”. ¿Tú qué opinas?, ¿este tipo de arte es válido?
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