En Corea, el carbón es un elemento profundamente arraigado en la cultura y tradiciones del país asiático, pues su uso está fundamentalmente aplicado en rituales de purificación. El artista Seon Ghi Bahk lo adopta y adapta en, también, un ritual, cuya justificación es la aplicación del carbón para la construcción de piezas sitio-específicas.
Como si de una elevación se tratase, el artista reconstruye objetos mundanos y los convierte en una instalación: utiliza piezas de carbón suspendidas por medio de hilos nylon para armar figuras en medio del espacio. A diferencia del uso místico, doméstico y como recurso para el dibujo que el carbón posee, Seon Ghi Bahk cuelga trozo por trozo las piezas y crea una ilusión óptica acerca de una instalación en 3D.
El artista ve la justificación de su obra en la evidente y profunda influencia que la naturaleza tuvo en su infancia, rodeada de montañas y árboles, de los que tomó el interés por utilizar los recursos del ambiente para su producción artística. El material empleado por Bahk es carbón vegetal, el que se obtiene de calentar la madera y residuos a altas temperaturas.
Con la manipulación del carbón desde las alturas, el artista hace una lectura de las piezas desde dos frentes: la dominación del espacio donde sitúa la obra y la transformación de un material al que eleva a la condición de objeto. Sus instalaciones son la reconfiguración del paisaje oriental desde la adaptación del lugar.
Seon Ghi Bahk, reconocido como escultor por las tres dimensiones en las que configura sus piezas, aunque sin volumen, a partir de una ilusión óptica, busca encontrar a la naturaleza con el hombre por medio de provocar en éste una reflexión sobre la fugacidad y permanencia del ciclo de la vida, en específico, por la obtención del recurso a partir de la transformación de la madera. Su obra deja en evidencia la relación entre el ser y su posterior decadencia, entendido el primero como la naturaleza que culmina en un material para la representación de objetos.
Sus piezas como esculturas suspendidas dejan ver objetos de uso cotidiano, algunos muebles, otras construcciones y formas elevadas que, a primera vista, parecieran constituidas de materiales sólidos.
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Para el artista, el carbón es la reencarnación de los árboles: “El árbol en la naturaleza ha sido un amigo cercano y compañero de los seres humanos. La naturaleza muere, pero renace; vuelve a nacer en forma de carbón negro, otra forma de existencia de un árbol” .
Seon Ghi Bahk nació en Corea del Sur, hizo estudios en la Universidad Chung Ang en Seúl y tiene un Master of Arts, además de una formación como escultor en la Academia de Bellas Artes de Milán.