Las colecciones de arte se integran por piezas recabadas por una persona o institución que, con el tiempo, se convierten en testimonios de una época y conforman un acervo cultural de las expresiones artísticas elaboradas por los artistas de un momento.
“Mauvaise surprise”, Henri Rousseau (1844-1910)
Se le atribuye a las personas más adineradas algunas de las colecciones privadas más importantes en el mundo, pues es la de coleccionista, una de las actividades más exclusivas que puede haber, pero, también, una de las que más apuestan, incluso antes, por un fragmento de la historia del arte.
Desde la popular y enigmática Wildenstein, pasando por la que es propiedad de los herederos del magnate naval Stavros Niarchos, y las más actuales como la de Eli Broad, considerada la mejor colección privada de arte contemporáneo del mundo con obras de Warhol, Jasper Johns, Ruscha y Lichstentein, hasta la del mecenas Charles Saatchi, impulsor de los nuevos nombres en el arte contemporáneo (Damien Hirst) y que, según algunos, “la de Saatchi no es la mejor colección privada de arte de hoy, pero, quizá, sí del mañana”, aparece The Barnes Collection, la colección privada de arte más importante del mundo, un diamante de la Fundación Barnes y un referente en la construcción de una formación artística.
“La Montagne Sainte-Victoire”, Paul Cézanne (1839-1906)
Nacido en Filadelfia, en 1872, en el seno de una familia obrera, la historia de Albert Coombs Barnes bien puede ser el antecedente de la que años después se contaría sobre Peggy Guggenheim.
Los primeros roces de Barnes con el arte fueron a lado de su amigo, el pintor William Glackens, pero decidió licenciarse como médico y químico farmacéutico. Su fortuna la amasó en Londres, cuando, en la década de 1900, desarrolló el Argyrol, una de las primeras drogas antimicrobianas; así, debido a la popularidad del compuesto y los ingresos que representó, nació la empresa Barnes.
Con una fortuna en el bolsillo, Barnes comenzó a formar una colección valiosísima compuesta, en ese primer momento, de un conjunto de obras impresionistas y del primer arte moderno, considerado el más importante de Estados Unidos. El valor de la colección Barnes es la intención humanista de su fundador, quien desarrolló teorías acerca de cómo la gente miraba y aprendía de arte, las que convertiría en la misión de su fundación, creada en 1922, como la promoción de la educación y la apreciación de las bellas artes, sin que esto fuera exclusivo de las clases privilegiadas. La Fundación Barnes promueve la apreciación de las artes y las ciencias hortícolas a través de la preservación, presentación e interpretación de la colección homónima.
“Toilette matinale”, Paul Gauguin (1848-1903)
La colección, hasta fechas recientes, poco conocida por el hermetismo en el que la mantuvo el señor Barnes, quien se mostraba reacio a prestar alguna de sus obras para exposiciones fuera del lugar, está compuesta por más de dos mil 500 piezas, entre ellas 800 pinturas que en conjunto suman un valor aproximado de más de dos mil millones de dólares. Es una de las mejores colecciones de obras tempranas en el mundo: impresionistas y postimpresionistas, e incluye piezas de Pierre-Auguste Renoir. Paul Cézanne y Henri Matisse. La colección resguarda importantes obras de Pablo Picasso, Chaim Soutine, Henri Rousseau, Amedeo Modigliani, Edgar Degas, Vincent van Gogh, Georges Seurat, Edouard Manet y Claude Monet, además de un compendio de obras de arte africano.
https://img.culturacolectiva.com/content/2013/09/Georges_Seurat_024.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2013/09/Claude_Monet_Le_bateau_atelier.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2013/09/Imagen-236.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2013/09/Paul_Cezanne_Portrait_de_femme_Barnes.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2013/09/Pierre_Auguste_Renoir_Jeune_garcon_sur_la_plage_d_Yport.jpg
La Fundación Barnes, además de albergar esta colección de arte de primera clase, es una institución educativa cuyo eje es la visión filantrópica del arte que promueva una educación en la materia a partir de aprender a ver como artista, más allá de una práctica académica formal. Las teorías educativas formuladas por Barnes han otorgado un valor agregado a este conjunto artístico y a la propia misión de la fundación.
En la década de 1990, la fundación estuvo a punto de declararse en bancarrota debido a una crisis financiera que culminó en una reorganización de la institución para promover una mayor afluencia de visitantes que, a su vez, representara ingresos para el lugar. Así, el nuevo edificio de la fundación se trasladó, en 2012, a la galería de Lower Merion, al centro de Filadelfia, en el Benjamin Franklin Parkway. La colección Barnes se muestra en un espacio de exposición que reproduce la escala, proporción y configuración de las galerías originales en Merion. Además, el nuevo edificio cuenta con comodidades para los estudiantes y visitantes, incluyendo aulas, una plaza de exposición, un auditorio, una cafetería y una tienda de regalos.
Albert Coombs Barnes veía en la contemplación del arte el camino para su aprendizaje, por lo que restringía el acceso frecuente de visitantes externos a su colección, prohibía el intercambio de obra, las exposiciones itinerantes y las muestras temporales; favorecía la experiencia artística fuera de las aulas y sus esfuerzos se encaminaron, principalmente, a la formación de estudiantes y de las clases sociales menos favorecidas. Barnes murió en 1951 a los 79 años de edad.
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barnesfoundation.org