*Este artículo fue publicado originalmente por Natalia Lomelí Bautista el 2 de marzo del 2019 y ha sido modificado por Cultura Colectiva
«Estoy un poco peleado con la forma en la que se aborda el fotoperiodismo, pero sé que es un género importante para la fotografía y en mi caso me sirvió para conocer y adentrarme a otros géneros, así como para encontrar temas interesantes para desarrollar a largo plazo. Me he dedicado al fotoperiodismo independiente, no acostumbro seguir los cánones del documental porque me gusta mezclar el género con otras disciplinas e ir más allá de lo informativo hacia lo práctico». Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
En el 2013, Tonatiuh Cabello tomó su cámara y comenzó a recorrer las calles de su natal Ciudad Nezahualcóyotl, municipio del Estado de México, con un proyecto de fotografía de calle que pronto se convirtió en un proceso creativo multidisciplinario, “ahora ya no sólo pienso en foto sino en pieza o escultura”, afirma Tonatiuh.
Desde entonces se ha dedicado a explorar el fenómeno de la religión a partir de la ausencia, porque algo que no le gusta de la fotografía sobre religión es que tiende a ser icónica y evidente, pero al hacerlo a partir de la ausencia o la fragmentación de las imágenes religiosas, “Tonasupo” logra capturar el abandono y el aparente vacío que sugiere una pérdida de fe. Quizás esa desacralización de las imágenes de culto sea la presencia que potencia una mirada poética en las fotografías de Tonatiuh, mismas que encierran las contradicciones de las creencias, sobre todo en la religión católica.
Así nacieron dos series fotográficas: Evangelización, nombrada así en relación a fenómenos como las misiones que continúan un proceso de “conquista religiosa” de las comunidades en la periferia, y Por aquí no pasó Dios, frase coloquial que refiere a las zonas donde hay mucha marginalidad y parecen olvidadas por la justicia, aunque irónicamente es en esos territorios en donde se manifiesta un mayor culto religioso.
La serie Evangelización parte de dos exploraciones o documentaciones, la primera es un derivado del proyecto De espaldas al centro, una narración visual de la periferia de la CDMX a partir de cómo la gente se apropia del paisaje y sus dinámicas. Al documentar la vida cotidiana de este territorio, a Tonatiuh le llamó la atención la presencia de la religión y las festividades en torno a ella. Ese fue el primer enfoque en la práctica de las creencias religiosas, especialmente porque -en su mayoría- la zona conurbada de la Ciudad de México se pobló por migrantes de zonas rurales o de origen indígena provenientes de Oaxaca, Morelos, Puebla, Hidalgo, Michoacán y Tlaxcala.
Evangelización se transformó en una mirada introspectiva cuando Tonatiuh se reconoció como parte de la periferia, pues su familia migró de Oaxaca hacia Ciudad Neza, y creció con un apego por sus tradiciones y orígenes prehispánicos, pero profesando la religión católica.
“Siempre me llamó la atención una “tradición” en mi familia que nombró a toda una generación de primos con nombres de origen prehispánico como Tonantzin o Itzel, pero lo completaron con un nombre en castellano o del santoral, como Yoatzin del Carmen”. Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Solemos referirnos a un sincretismo entre el catolicismo y los cultos prehispánicos, aunque la realidad es que predomina el abandono de la fe y las festividades religiosas se han convertido en eventos sociales, más que cultos vivos.
Cuando Tonatiuh Cabello sale en busca de fotografiar esas manifestaciones del sincretismo, no encuentra devoción por ninguna religión; sin embargo, sí observa rastros de aquello que alguna vez fue sagrado, como los nichos abandonados.
“Me interesé entonces por recopilar los testimonios de porqué se habían abandonado, y me contaron que la gente los colocaba con mucho fervor para mantener viva la fe, alumbrar esos espacios y pedir protección para la gente del barrio. Pero les salió contraproducente, pues los delincuentes comenzaron a usarlos como puntos de reunión para consumir drogas, y comenzaron a robarse a los Santos.”. Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Por aquí no pasó Dios fue la intervención que derivó de ese hallazgo, y consistió en el gesto performático de colocar a una deidad mexica en uno de esos nichos colocados por fieles católicos y registrar fotográficamente la acción.
Muchos interpretan esta pieza como una manifestación del sincretismo al colocar una figura prehispánica en un espacio con una cruz cristiana, otros lo perciben como un acto de desacralización y de un regreso a los orígenes al sobreponer el culto hacia las deidades prehispánicas. Al final, Tonatiuh Cabello permite que las personas interpreten libremente su obra.
Así, en su fotografía de calle, el fenómeno de la religión se percibe como algo pasivo o extinto, pero en su labor como documentalista al asistir a las fiestas, centros ceremoniales e iglesias, ha descubierto que los cultos continúan vivos pero han adquirido otros significados, Por ejemplo, en una celebración en Ciudad Neza en el 2015, recorrió las calles la Caravana por 1 México en Paz, que exhibía al (en ese entonces) “niño Dios” más grande del mundo, de cinco metros de largo. Al capturar estos momentos, a Tonatiuh aún lo sorprende el poder de una imagen o una escultura en la fe de las personas, pero lo que más le sorprendió en esa ocasión es que lo utilizaron como campaña para erradicar la violencia que azotaba al municipio nombrándolo “El Niño de La Paz y de la Justicia”.
“Ahora que me he vuelto peregrino, me doy cuenta que (asistir a las peregrinaciones) es algo más recreativo, algunos lo utilizan como una oportunidad para viajar a México, como vacaciones o para viajar hacia otro Estado, muchas veces ni siquiera llegan a los templos a ver al Santo. La peregrinación es una fiesta e incluso algunos la usan para ligar”. Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Esos fenómenos que suceden alrededor de las creencias son la inspiración de Tonatiuh Cabello.
En otra faceta de su trabajo, se ha dedicado a recolectar los residuos de la peregrinación.
«Me pongo a buscar estos residuos que me hablan de sincretismo y evangelización. Algunas veces hago Instalaciones in situ, otras me los llevo y hago ensamblajes, principalmente con esculturas rotas. Me encuentro muchos santos de yeso sin algún miembro o con alguna parte del cuerpo quebrado. En una peregrinación me encontré una visera, y para mí la gorra es muy representativa del peregrino por sus largas caminatas bajo el Sol, después hallé una corona de espinas creada con alambre de púas y al unir ambos objetos me pareció que era la muestra perfecta del sincretismo, con un toque tan urbano como el alambrado que protege a las casas de Ciudad Neza». Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Por otro lado, la periferia carga con muchos prejuicios, como un área de marginación, pobreza y delincuencia. Y el peso de la religión en estos territorios contrasta con su realidad.
«Cuando yo era pequeño lo que recuerdo, porque lo viví con mi papá, es que a la gente le gustaba creer (en la religión) para salir de su situación económica desfavorable. Mi papá compraba el Melate y lo ponía a lado de sus Santos, para que “le hicieran el favor” de ganarse la lotería. En la periferia la gente cree para que le ayuden a salir de pobre o dejar atrás las carencias». Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Pero lo cierto es que las problemáticas y necesidades de la periferia de hace diez años son muy distintas a las de ahora, antes lo que pedían era una casa propia o un carro nuevo, incluso Tonatiuh cuenta que era muy recurrente que el Padre daba la bendición a las casas y carros nuevos. Transitaban, por ejemplo, muchos autos rotulados con la leyenda “Juquila” en agradecimiento a la Virgen de Juquila, al igual que muchos negocios que le pedían un puesto en un mercado y al tenerlo agradecen el favor nombrándolos como ella. Era un acercamiento muy material a la religión.
Ahora, cuenta Tonatiuh, como en muchas zonas de la periferia hay gran crecimiento económico, especialmente en Neza, Ecatepec, y Naucalpan los favores o el acercamiento a la religión ya ha cambiado, ahora se debe a la violencia. Es ahí cuando se han acercado las sectas y nuevos cultos como “La Luz del mundo” y “Paré de sufrir”. Antes la mayoría de los habitantes eran católicos y algunos pocos eran cristianos, ahora están a la par de cultos como la Santería a la cual se acercan buscando la sanación de las adicciones, y junto con la Ola de Violencia de 2010 surgieron anexos que rehabilitan a partir de la religión.
«Cuando construyeron el primer templo de “La Luz del Mundo” en Neza, todos pensaban que sería una disco o un antro por la espectacularidad del edificio». Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
Al investigar el fenómeno de la religión, Tonatiuh se ha encontrado con la eterna pregunta: ¿esto será cierto o no?
«Es una pregunta que yo constantemente me estoy haciendo, porque a veces es increíble no creer después de conocer tantos testimonios de personas que se curan del cáncer, por ejemplo, aunque yo la verdad lo empecé desde una visión escéptica». Tonatiuh Cabello, fotógrafo mexicano
El fotógrafo cuenta que su papá era de izquierda y al final de sus días, con el nacimiento de su hermana, cambió los libros por la Biblia ¿Cómo una persona tan radical se volvió tan religioso? ¿Qué es lo que motiva a la gente a creer? Esas son las preguntas que motivan el trabajo de Tonatiuh, aunque asegura: no sé si quiero encontrar la respuesta.
Conoce más fotografías de Tonatiuh Cabello en su sitio web tonasupo.com y su cuenta de Instagram @tonasupo.
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