En la National Gallery de Londres, en Trafalgar Square, donde se exhibe una de las obras más famosas de Vincent Van Gogh, ocurrió una protesta sin precedentes: dos activistas ecologistas lanzaron sopa de tomate a ‘Los Girasoles’, como se puede observar en el video a continuación:
Fueron dos latas de sopa de tomate de la marca Heinz las que cayeron sobra la obra de Van Gogh de 1888. Afortunadamente, la pintura estaba aparentemente protegida por una pantalla de cristal. Tras el acto de protesta, las manifestantes se pegaron con pegamento a la pared de la sala y, de acuerdo con la policía de Scotland Yard, las detuvieron por “daños criminales”. Fueron identificadas como Phoebe Plummer de 21 años y Anna Holland de 20.
La protesta se la adjudicó el grupo ‘Just Stop Oil’, que busca que el gobierno deje de financiar proyectos de petróleo y gas, impulsados por la nueva primera ministra, Liz Truss. Y es que el daño a una obra del siglo XIX es grave (y un método de protesta controvertido sobre el que cada quien tiene su propia opinión), pero también el impacto medioambiental que provocan las nuevas políticas: hasta hace muy poco la fractura hidráulica estaba prohibida en Reino Unido. Además de permitir nuevamente ese método de extracción, Truss anunció más licencias para la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte.
“Las familias en el Reino Unido se verán obligadas a elegir entre calentar o comer el próximo invierno, pues las compañías de combustibles fósiles obtienen ganancias récord”, explicó Holland. “Pero el costo del petróleo y el gas no se limita a nuestros recibos. Somalia se está enfrentando a una hambruna apocalíptica, provocada por la sequía y que es alimentada por la crisis climática. Millones de personas se ven obligadas a mudarse y decenas de miles se enfrentan al hambre. Este es el futuro que elegimos para nosotros si seguimos empujando por más petróleo y gas”.