Vincent Van Gogh fue un pintor holandés que se caracterizó por el nulo reconocimiento que tuvo en vida, y por crear un estilo propio. Van Gogh nunca se dejó llevar por la moda; el puntillismo, el impresionismo y el simbolismo le causaban curiosidad, quería experimentar todas las técnicas y poner a prueba las teorías de sus contemporáneos. Hubo grandes maestros que influenciaron su trabajo; admiraba las pinturas de Rembrandt y Rubens, algunos cuadros de Millet y por supuesto, a su compañero de cuarto Paul Gauguin.
Sin embargo, Van Gogh tenía objetivos muy diferentes a sus ídolos. Nunca buscó el reconocimiento; para él, la pintura era su único motivo de vivir. A través de ella, pudo expresar sus sentimientos y su mundo. “Sea en la figura, sea en el paisaje, yo quisiera expresar no algo así como un sentimentalismo melancólico, sino un profundo dolor. Por encima de todo, yo quiero llegar a un punto en que se diga de mi obra: este hombre siente profundamente y este hombre siente delicadamente […] Entonces quiero mostrar por medio de mi obra lo que hay en el corazón de un excéntrico, de una nulidad…”
Su vida estuvo repleta de motivos religiosos. Fue hijo de Théodorus van Gogh-Carbentus, pastor de la Iglesia Holandesa Reformada y el mayor de una familia de seis hijos, sin embargo, recibió el mismo nombre de su hermano primogénito muerto.
Al principio, Van Gogh expresó su arte a través de dibujos en carboncillo o lápiz. Una de sus primeras obras fue Sorrow, obra que tenía como objetivo conmover a las personas e impregnar la esencia del artista. Esta obra fue hecha para uno de los amores de su vida, una prostituta que frecuentaba y quien lo abandonó. Sobre esta obra le escribió a su hermano Théo: “he tratado de poner un poco de sentimiento en esta figura. Sólo espero que este dibujo te plazca”.
Van Gogh fue a París en marzo de 1886, en donde conoció a grandes artistas como Toulouse-Lautrec, Pissarro, Gauguin, su gran amigo, Signac, Cézanne, Seurat, Monticelli y Delacroix, quienes lo marcaron para no volver a pintar con claroscuro y decidirse por los colores vivos y las pequeñas pinceladas para una pintura más luminosa. Por otro lado, en París fue donde Van Gogh realizó una gran cantidad de autorretratos.
Esta obra cambió la fuerza expresiva de la técnica clásica al dividir los tonos como Pissarro y buscar que se reflejara en el lienzo su profunda tristeza y decepción de la vida parisina. Por esta razón, se mudó a Arles en 1888 donde descubrió los colores que la luz revelaba en la noche y el sol sobre los trigales. Ahí alquiló una pequeña casa amarilla que fue su refugio y que pintó en repetidas ocasiones.
En Arles, Van Gogh descubrió el color amarillo y desde ese momento, el color se volvió parte fundamental en sus obras, como se puede ver en los trigales y las series de girasoles que realizó. “Ahora tenemos un calor magnífico e intenso y no corre nada de viento, es lo adecuado para mí. Un sol, una luz que, a falta de un calificativo mejor, sólo puedo definir con amarillo, un pálido amarillo azufre, un amarillo limón pálido. ¡Qué hermoso es el amarillo!”. El amarillo para Van Gogh no era sólo un color, era parte de la expresión de su obra, sus girasoles estaban pintados con muchos tonos amarillos que significaban esperanza, amistad y la apertura de la flor significaba gratitud.
Cuando Gauguin se mudó con Van Gogh, ambos pintores perecieron tener una relación no tan positiva. Van Gogh era noble y Gaguin soberbio; Van Gogh lo apreciaba pero Gauguin le temía, sabía que Van Gogh era inestable. De pronto, en una discusión sobre el objetivo del arte con Gauguin, Van Gogh se cortó parte del lóbulo de una oreja y se la entregó a una prostituta llamada Raquel. Una vez en el hospital, el generoso corazón de Van Gogh se preocupó, más bien, por el estado de Paul Gauguin. “Hablemos ahora de nuestro amigo Gauguin: ¿lo he asustado? En fin ¿por qué no da señales de vida? Debe haberse ido contigo. Dile a Gauguin que me escriba y que pienso siempre en él”.
Sin embargo, en 1889, Van Gogh se internó en el sanatorio Saint Remi de Provence, y es en este lugar donde pintó La noche estrellada. “A veces me gusta mirar las estrellas, me hacen soñar y viajar por mi imaginación… ¡No puedo resistirme a la noche, a pintar esas estrellas que brillan intensamente en la oscuridad y que alumbran la ciudad de Arles!”
Convivir con la naturaleza, los bellos paisajes, y los internos mejoró su estado de salud. Dentro del sanatorio pintó Campo de trigo con cipreses. Un campo desde la ventana de su habitación, al que le dio colores amarillos muy empastados. “Quisiera decirte que creo que hice bien al venir aquí; primero, al ver la realidad de la vida de los locos o tocados distintos en esta casa de fieras, pierdo el vago temor, el miedo de la cosa”.
Sin embargo, en 1890 se trasladó a Auvers sur Oise para continuar su tratamiento con el Doctor Gachet. Los primeros meses fueron muy amigos y hasta lo pintó en uno de los cuadros más codiciados, su valor es de 82 millones de dólares. Sin embargo, su relación con el médico se deterioró y abandonó el tratamiento. Van Gogh escribió a Théo, su hermano, “Cuando un ciego conduce a otro ciego, ¿no se caen los dos a la zanja?”
La última pintura, antes de su suicidio, fue Campo de trigo con cuervos. El 27 de julio se disparó en el estómago entre los trigales; fue llevado al hospital y su hermano Théo acudió rápidamente en su auxilio. Pero Van Gogh no resistió y murió dos días después. Días antes, escribió una carta que guardó en su bolsillo para él: “Pues bien, en mi trabajo arriesgo mi vida y en él mi razón se ha hundido a medias”.
Vincent Van Gogh y su hermano murieron en la pobreza, sólo pudieron vender un cuadro: El Viñedo Rojo en 400 francos. Actualmente se estiman 82 millones de dólares por el retrato del doctor Gachet y 57 millones por Los Trigales.