Vortex-X es un proyecto que busca crear arte urbano que se fusiona con el espacio donde es creado; a diferencias de la mayoría de las intervenciones, no busca invadir sino complementar; con una estructura tan simple con nudos e hilos a gran escala, la efímera escultura se alimenta de la historia y la estética del espacio donde se instala; a la vez que provee de una reinterpretación del espacio.
Inspirados en la magnitud de las esculturas que se muestran en el festival Burning Man, un grupo de amigos se puso en marcha para realizar una obra que rescatará una fábrica abandonada de textiles a partir de los desperdicios. Decidieron nombrar a este primer proyecto Vortex-075, pues Vortex hace referencia a un portal entre distintas dimensiones y el 75 era el número en el que se encontraba la fábrica.
Desde 2014, Vortex-X se ha instalado en diferentes espacios que van desde iglesias hasta paisajes naturales; creando momentos de espacio-tiempo que en su naturaleza efímera buscan hacer conciencia acerca de la importancia del upcycling o tomar aquello que es considerado un desperdicio para, de esa manera, revalorizarlo.