La Sequía en Medio Oriente fue el detonante de la Guerra en Siria
Cuando la Guerra Civil en Siria estalló en 2011, la mayoría de los analistas y comentaristas aseguraba que el régimen brutal de Bashar al-Assad, las lecturas extremistas del Corán y la falta de oportunidades económicas, fueron las principales causas del conflicto.
Todos ellos ignoraron un factor que pudo haber tenido una influencia más grande de lo que muchos esperaban: el calentamiento global. El cambio en las temperaturas del planeta tiene un fuerte vínculo, inesperado, con la inestabilidad social y el surgimiento de grupos terroristas.
En el caso de Siria, la sequía en Medio Oriente podría haber detonado la Guerra Civil en Siria, apuntando al calentamiento global como multiplicador de crisis humanitaria, terrorismo y del efecto seguridad, por mencionar algunas de las consecuencias.
Aunque la llegada de más de un millón de refugiados de Iraq, el impacto de la Primavera Árabe y el régimen opresor del presidente Bashar al-Assad también se anotan como factor de dicha guerra, los investigadores que llevaron a cabo el estudio, afirman que la sequía pudo agudizarse por el calentamiento global, donde la pésima combinación con la violencia humana derivó en los primeros efectos ocasionados por la humanidad.
El colapso de la agricultura y la consecuente migración de más de 1.5 millones de agricultores sirios a las ciudades, sumado a la incipiente pobreza y el estado de rebelión de la ciudadanía, fueron menoscabando la calidad del medio ambiente, ello conforme a información provista por Richard Seager y Colin Kelley, autores principales del estudio, e investigadores de las Universidades de Columbia y California.
Sin embargo, acotan que antes de la Guerra Civil en Siria, existió una aguda sequía que perduró de 2006 a 2010 y que también puede tomarse como factor decisivo para que el conflicto explotara un año más tarde.
Cambio climático y terrorismo
El Pentágono realizó una amplia serie de análisis en los que se comprobó que hay una conexión entre el cambio climático y el terrorismo, a lo que llaman un factor multiplicador del efecto en la seguridad.
En contraste, grupos dedicados a la conservación, promoción de la diversidad cultural, ecológica y a los derechos humanos, como lo es Grupo ETC, afirmaron durante inicios de febrero de 2015, que el problema latente en materia de manipulación del clima por parte de Estados Unidos, promovería presiones causadas por el cambio climático inducido.
¿Resultado? La competencia por recursos, así como las presiones correspondientes a las economías, sociedades e instituciones en el mundo, a raíz de la manipulación del clima, que además se traducirían en amenazas múltiples en materia de degradación ambiental, tensiones sociales y terrorismo derivado de la inestabilidad política.
Efecto Seguridad
El tema se relaciona con refugiados climáticos, como aquellos agricultores que mencionamos en un principio hasta planteando un supuesto de qué pasaría si Bangladesh quedara bajo el mar?
Posiblemente millones de personas que viven en las zonas costeras migrarían y con ello, una nueva crisis humanitaria sin precedentes emergería.
Igualmente, en Nigeria el alza en los precios de los alimentos fue también semilla de muchos movimientos radicales, mientras que la primavera árabe también podría estar conectada con el cambio climático.
Geoingeniería encubierta como tecnología
Factores geopolíticos y de seguridad han llevado a justificar a la Geoingeniería a través del uso de la tecnología, donde la manipulación del clima y proyectos relacionados, han sido financiados por la CIA estadounidense.
En contraste, el político Bernard Sanders, durante sus discursos entorno al cambio climático, ha puesto de manifiesto que no es ningún secreto que son las grandes empresas y corporaciones energéticas como Koch y Exxon Mobil las que financian a científicos que inmersionan en temas relacionados con esta gran problemática.
Por su parte, la CIA ha calificado al cambio climático y al control del clima como factores geopolíticos estratégicos y de seguridad nacional.
Gracias a este tipo de concepciones, es que la Academia de Ciencias de Estados Unidos ha sido financiada por la CIA para continuar con estudios en materia de Geoingeniería, de los que climatólogos como Alan Robock de la Universidad de Rutgers, EUA, han manifestado su preocupación.
Dentro de los alcances de la Geoingeniería se encuentran la emisión de nubes volcánicas artificiales en la estratósfera lo suficientemente grandes y gruesas para afectar el clima, o el desarrollo de satélites y radares que detecten nubes blanqueadas arrojantes de partículas en la atmósfera.
La promoción de la guerra a nivel mundial podría estar comprando el discurso de que la Geoingeniería es necesaria para enfrentar el cambio climático, cuando en realidad estaría abriendo una posibilidad para aumentarlo, desequilibrar y someter a más naciones.
Los estudios de las Universidades de Columbia y California
Los investigadores Richard Seager y Colin Kelley han acotado conforme a sus análisis y estadísticas que la conexión entre el cambio climático y la sequía en el este del Mediterráneo son sólidas ante la Ciencia.
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