Cuando el hombre fue capaz de capturar el movimiento, varias voces aseguraron que la historia llegaría a su fin. Con esa nueva invención ya no se necesitarían personas que narraran los hechos del pasado, simplemente se debía colocar una cámara para que grabara los hechos tal como sucedieron. Rápidamente se contradijo esta primera ilusión, el cine demostró que la captura de imágenes, al ser un producto humano, está sujeta a una edición que es controlada (consciente o inconscientemente) por la ideología.
Si todavía había una pregunta que el cine no deseaba retratar a la realidad, el cine nazi se encargó de convencer a todos los escépticos. Películas como “El Triunfo de la Voluntad” demostraron que las imágenes podían ser editadas para que contaran la historia que uno quisiera sin la necesidad de que incluir la voz de un narrador que expresara una historia.
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Los hombres que crearon cine al crear sus propios mundos o interpretaciones de la realidad, desarrollaron un lenguaje nunca antes visto en la historia de la humanidad. En la década de los treinta esta tecnología se comenzó a introducir en los países latinoamericanos; las primeras manifestaciones admiraban e imitaban a las culturas de donde provenían estas nuevas tecnologías, pero desde un principio hubo un intento por construir un género propio con temáticas y propuestas emparentadas.
Esta búsqueda por una identidad no fue fácil, en muchas ocasiones era complicado alejarse de las tendencias europeas y estadounidenses que estaban a la vanguardia del nuevo arte, pero al final la lucha por un estilo surtió efecto. Como si hubieran escuchado a Ranajit Guha y su llamado a darle la espalda a las tendencias eurocentristas para crear una ideología propia de los grupos excluidos, el cine latino abordó los problemas de su realidad y construyó un arte único que es capaz de competir con cualquier industria cinematográfica del mundo.
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“Los olvidados” (1950) – Luis Buñuel
La obra más relevante de Buñuel y una de las más importantes en la historia del cine latinoamericano. Una historia que se desarrolla en las calles olvidadas de la Ciudad de México que bien podría ocurrir en cualquier región del mundo. Esta tragedia neorrealista que narra la historia de Jaibo y Pedro, dos adolescentes que verán sus vidas unidas por el asesinato de un muchacho que supuestamente delató a Jaibo. Una cinta crucial que fue nombrada Memoria del Mundo por la Unesco.
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“Memorias del Subdesarrollo” (1968) – Tomás Gutiérrez Alea
Para muchos la cinta de cine latino más destacada de la historia, en este largometraje se presenta la historia de un rentista burgués que decide observar desde su ventana los grandes cambios que sufre Cuba durante los primeros años de la Revolución castrista. Basada en la novela homónima de Edmundo Desnoes, refleja las contradicciones de una sociedad que ha sido controlada por la burguesía durante varios años.
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“El Topo” (1970) – Alejandro Jodorowsky
Una de las pocas películas latinoamericanas que han alcanzado el grado de culto. John Lennon, debido a su admiración por la película, financió “La montaña sagrada”, el siguiente trabajo cinematográfico de Jodorowsky. Un ejercicio experimental que sigue la travesía de un misterioso personaje que busca repartir justicia en una tierra llena de maestros y comunidades fanáticas. Odiada por algunos e idolatrada por otros, no hay duda de que “El Topo” es una película central para entender el lado experimental del cine latinoamericano.
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“Amores perros” (2000) – Alejandro G. Iñárritu
Octavio decide utilizar a su perro Cofi para conseguir el dinero que utilizará para escaparse con la novia de su hermano; al mismo tiempo, Daniel, editor de una importante revista, tiene un amorío con una importante modelo española; por último, el Chivo continúa una larga búsqueda para encontrar a su hija. Estas tres historias independientes se unirán trágicamente a través de un accidente automovilístico. El primer largometraje de Iñárritu rápidamente alcanzó un gran reconocimiento internacional que le valió una nominación al Oscar y un premio BAFTA como “Mejor película en lengua no inglesa”.
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“Nueve reinas” (2000) – Fabián Bielinsky
Una obra maestra de Bielinsky que fue nominada a 29 premios internacionales, esta cinta sigue la historia de Marcos y Juan, dos estafadores a los que se les presenta una oportunidad que los puede hacer millonarios; el único problema será que tienen menos de un día para cometer su gran estafa. Una comedia astuta con personajes bien dibujados, que en varias ocasiones se ha tratado de emular a través de adaptaciones estadounidenses, indias y británicas.
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“La Ciénega” (2001) – Lucrecia Martel
La familias de Tali y Mecha viven en el noroeste de Argentina, donde todo parece indicar que no sucede nada, sus vidas para cualquier extraño podrían parecer normales, pero dos accidentes les demostrarán que este aspecto es sólo una apariencia. El evento los obligará a resolver sus problemas, que no son tan superficiales como creían. Al final, la Ciénega es una metáfora de un espacio donde los sentimientos se corrompen. La grandeza de esta película fue reconocida desde el momento de su estreno cuando fue galardonada con el Premio Alfred Bauer en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
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“Ciudad de Dios” (2002) – Fernando Meirelles
Inspirada en una historia real, “Ciudad de Dios” sigue la historia de Cohete, un joven brasileño que debe buscar su lugar como periodista en una favela azotada por una sangrienta guerra entre dos bandas rivales. El valor de la cinta cobró un mayor significado cuando se reveló que la mayor parte del reparto fue conformado por jóvenes y niños procedentes de las favelas más pobres de Brasil. Frecuentemente contada en las listas de las mejores películas de la historia, esta cinta de Fernando Meirelles es un fiel retrato de la crueldad que azota a muchos barrios y ciudades latinoamericanas.
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“Whisky” (2004) – Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella
Jacobo es un dueño de una fábrica de medias con una vida en la que parece no ocurrir nada. Su rutina será alterada por Herman, su hermano que habita en Porto Alegre, Brasil. Esta inesperada visita modificará la relación extralaboral que tiene con una empleada de su industria. Estos tres solitarios personajes muestran una historia que está edificada a partir de las atmósferas y los estados de ánimo de sus protagonistas. Una película que abunda en la soledad y los ritos a los que solemos recurrir con el fin de combatirla.
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“Luz silenciosa” (2007) – Carlos Reygadas
Carlos Reygadas en esta cinta realiza un esfuerzo único al presentar una historia protagonizada por verdaderos menonitas de Cuauhtémoc, Chihuahua, que hablan Plautdietsch, o alemán bajo menonita. En este mundo –que todavía se niega a utilizar energía eléctrica– se desarrolla la historia de Johan, un habitante de la comunidad que se enamora de otra mujer, dando inicio a una relación ilícita. Esta decisión lo obligará a enfrentar sus creencias y a la conservadora sociedad en la que vive. Ganadora al Premio de Jurado de Cannes 2007, “Luz silenciosa” es una muestra de la capacidad que tiene el cine latino para crear historias únicas.
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“El abrazo de la serpiente” (2016) – Ciro Guerra
La historia del encuentro de dos mundos completamente distintos, por un lado se encuentra Karamakate, chamán amazónico y último sobreviviente de su pueblo; en contraste, está la búsqueda de dos científicos occidentales, Theodor Koch-Günberg y Richard Evans, por una planta sumamente difícil de conseguir. Durante este viaje, Karamakate se encontrará con sus recuerdos extraviados que amenazarán con perderlos para siempre. Una prueba de que la historia del cine latinoamericano no está escrita y se encuentra en constante crecimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=FdOYd-21qaA
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Es normal pensar en películas estadounidenses y europeas cuando alguien nos pregunta sobre las películas más importantes del mundo. Estas cintas y directores son una prueba de que el cine latino no tiene nada que envidiarle a los gigantes de la industria cinematográfica al crear cintas que han marcado nuestra juventud.
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