Netflix
En el mundo ficticio de Proyecto Power, los superpoderes se obtienen por medio de una píldora, disponible para todo el que quiera tomarla (y sobreviva). Pero la película recalca ciertas verdades del mundo real sobre el poder a quienes optan por no tomarla: en un sistema diseñado para mantener el poder en manos de quienes lo tienen a costa del resto, cualquier fuente de poder que se salga de la norma debe fomentarse y permitir que prospere por cualquier medio necesario.
La historia gira en torno a tres personajes, y cada uno libra su propia lucha en su sistema para arreglar las cosas. Robin es una traficante adolescente y aspirante a rapera que intenta llegar a fin de mes vendiendo Power en las calles de Nueva Orleans. Robin encuentra una especie de protector hermano mayor en Frank, un policía simpático pero complicado, pero él básicamente trabaja con ella y usa las píldoras con las que trafica como medio para derrocar las estructuras de poder de su propio cuerpo policial. Sin embargo, nadie reconoce el extraordinario talento de Robin como artista, hasta que Art llega a la ciudad con la intención de vengarse de los responsables que crearon Power.
«Cuando oyes rapear a Robin por primera vez, comprendes que eso es lo que la apasiona y por qué hace lo que hace. Art es la primera y única persona que la anima de verdad y la ayuda a ver lo que siempre ha estado destinada a hacer», dice Fishback.
Añade Tomlin: «El guion se sometió a muchos cambios, como suele pasar con los guiones cuando se hace una película. Pero una de las escenas que se quedó prácticamente intacta es la de Art y Robin cuando ella le está poniendo puntos y empieza a hablar sobre ser rapera. La escena es divertida por muchos motivos, pero gran parte de lo que dice Art es importante: que el sistema está hecho para derrumbarte y ponerte en tu sitio, y tú tienes que encontrar tu poder, un modo de escapar. Para mí estaba clarísimo que esta tenía que ser una película sobre la lucha contra el sistema».
Al frente de esa lucha está el oscarizado actor, humorista, músico y consumado artista Jamie Foxx, que fue la primera persona a la que los cineastas acudieron con el guion: «Jamie me ha hecho reír como nunca he reído en un entorno profesional», dice Joost. «Es unartista alucinante en todos los sentidos, pero sobre todo como actor. Aportó muchísima humanidad a este papel. No puedes evitar apoyarlo en su viaje».
Gordon-Levitt admite que ya habría aceptado el papel solo por la participación de Foxx, pero luego vio que la historia era un grato antídoto contra el statu quo. «El género puede volverse pronto predecible, y durante un tiempo parecía que había un montón de películas demasiado parecidas entre sí. Pero, dado el modo en que Henry y Rel enfocaron el rodaje de este film, este va a ser un viaje divertido y refrescante para los espectadores», dice.
«Jamie y Joe son muy distintos», dice Joost. «Tienen estilos totalmente diferentes, y creo que por eso hacen tan buena pareja y se lo han pasado tan bien trabajando juntos. Jamie entra siempre en el set acompañado de música introductoria. Lleva una mochila con un altavoz, y cada vez que entra en el plató oyes alguna canción increíble. En cuanto a Joe, cuando te das la vuelta te das cuenta de que lleva ya cinco minutos detrás de ti viendo la toma que has estado preparando».
Cuando ya contaban con dos de los tres protagonistas, los cineastas hallaron en Dominique Fishback a una joven actriz capaz de darle un peso emocional a la historia y unir a sus dos superestrellas coprotagonistas para crear un verosímil trío de héroes que forjan un vínculo inquebrantable.
Según Schulman: «Necesitábamos a una actriz realmente fuerte, y la química nos diría si la cosa funcionaba entre todos. Cuando ella y Jamie se conocieron, la cosa salió a pedir de boca. Estaba claro que ella tenía lo que hacía falta para hacer un mano a mano con él; ya estuvieran improvisando o leyendo frases del guion, ella no tenía ningún miedo, y él estaba muy impresionado. Así que nos miró por encima del hombro y dijo: “Es ella”».
Completan el reparto Courtney B. Vance, ganador de un Emmy, que interpreta al capitán Craine, jefe de Frank en el NOPD (Departamento de Policía de Nueva Orleans), del que se ignora si sabe más sobre Power de lo que deja traslucir; Colson Baker (alias Machine Gun Kelly), que aparece por tercera vez en una película de Henry y Rel, esta vez interpretando a Newt, el primo de Robin y colega traficante de Power que vive un abrasador final tras un encuentro con Art; Rodrigo Santoro en el papel de Biggie, principal proveedor de Power, cuyo fin es sacar las píldoras de Nueva Orleans y llevarlas al mercado global, y Amy Landecker como Gardner, científica que trabaja para el turbio grupo gubernamental Teleios y cerebro tras la creación de Power.
Una de las películas favoritas de Tomlin y fuente de inspiración de Proyecto Power es 8 millas, de Curtis Hanson, con lo cual es fácil entender por qué la apuesta de incorporar rap a la película era necesaria y al final valió la pena. «No soy un gran aficionado a la música. Cuando la gente rompe a cantar y bailar, para mí es un nivel de fantasía del que me cuesta mucho participar, salvo si se trata de rap. Hay algo al ver actuar a los raperos que te exalta al instante,porque sabes que viene de un lugar intenso y auténtico. Solo eres bueno si te llega desde la emoción», dice Tomlin.
«Como productor de cine, eres adivino y, con suerte, un optimista, pero a veces solo puedes interpretar las señales con la esperanza de que sean las correctas», dice Newman. «No se podía predecir en qué acabaría la idea del rapeo, pero lo que hicieron Dominique y Chika es alucinante y toda una revelación».
Te puede interesar:
Películas que están escondidas en Netflix y tienes que ver