Diversidad. Hace menos de una semana, en todo el mundo hubo marchas –no sólo por los derechos LGBT– sino a favor de la diversidad que representa el movimiento: respeto y vida digna para todas las personas sin importar sus preferencias sexuales, su color de piel, su estatus social, o su profesión. Menos de 7 días después, México muestra su lado racista en los comentarios de todas las publicaciones en las que se anunció que Halle Bailey, una joven cantante negra, tomaría el papel de Ariel, la Sirenita de Disney. Estos son sólo un par:
Gran parte de los comentarios afirman no ser racistas, y abogan a que el personaje es Danés o a que Hans Christian Andersen la describe con piel clara de ojos azules. Sin embargo, nadie se quejó de que la historia de Andersen fuera completamente mutilada para crear una narrativa sobre sometimiento femenino en la versión de 1989 de Disney, ¿cierto?
La Sirenita es un relato original de Christian Andersen, utilizando algunos elementos de la mitología griega. Pocos cuestionan por qué la influencia de la literatura europea es más pesada que la del resto del mundo. Es decir, no conocemos elementos de la mitología asiática con tanta cercanía, ni la africana. Esto es consecuencia de la constante expansión europea que provocó invasiones, conquistas y un control absoluto sobre la ideología, estableciendo que lo “blanco” era superior al resto. No sólo nosotros sufrimos de eso, sino cualquier cultura que no pertenezca a la europea o que no nazca de ella. De hecho, debido a esa expansión, toda la cultura Nativo Americana (incluyendo la nuestra) desaparece lentamente, sin descendencia clara dentro de la literatura.
El problema de ver gente blanca en la pantalla, en los libros, y en cualquier lado, es que inconscientemente vemos que sólo ellos pueden llegar a tener esas vidas, a ser el centro del mundo, a tener fantasías, a formar parte de mundos distintos, mientras que la gente negra, morena, o de otra tonalidad sólo sirven como patiños que ayudarán al protagonista blanco a su destino. Los niños necesitan ver a alguien de su color en pantalla. Tenemos que evitar más generaciones de niñas que usan demasiado maquillaje para verse blanca, de niños que quieren su cabello rubio o que dicen «Yo era blanco cuando era más chico», como una forma de justificar nuestra negrura.
Recuerdo cuando Donald Glover recibió ataques después de que se rumoró que iba a interpretar a Spider-Man. El ahora ícono tuvo amenazas de muerte y hasta hizo un stand-up hablando de ello. En él, preguntó: «¿Acaso un chico de Brooklyn bueno en la escuela no puede ser negro?», y tiene razón, especialmente porque la mitad de la población en ese lugar es negra.
Ahora… si Luke Skywalker nació en Coruscant, se lo llevaron a Tattooine, y no sabemos qué raza realmente es ¿cuál es el problema? La Sirenita es un cuento de fantasía, al igual que Star Wars o cualquier cuento de la antigua Grecia. Los griegos hicieron a Zeus blanco porque ellos eran blancos. En una sociedad diversa como la actual, ¿es imposible pensar que una mujer que canta abajo del agua es negra?
Nadie conoce a Dios, y Morgan Freeman lo interpretó en Bruce Almighty. Dios ha sido mujer, hombre, niña, niño, blanco, negro, moreno… Dios no nos hizo a su imagen y semejanza, nosotros lo hicimos así. Y si ahora no sólo somos blancos quienes lo adoran, ¿quién dice que no puede tener todas esas formas?
Además… La Sirenita ya tiene una versión blanca que puede inspirar a chicas blancas alrededor del mundo, ahora Disney la hace negra, para que más personas puedan verse en pantalla. México: en su mayoría eres moreno. No deberías quejarte, deberías alegrarte. Los comentaros que vimos son muestra de un racismo interno, consecuencia de ser víctimas efectivas y abiertas del dominio europeo, el cual hemos visto crecer a lo largo de la historia. Pero… nada de esto importa. Los comentarios de esta publicación estarán llenos de más racismo, y nadie se dará cuenta.
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