¿En verdad era necesario que Café Tacvba dejase de interpretar “La ingrata” por cuestiones machistas? Probablemente las intenciones de Rubén Albarrán y compañía fueron esas, sin embargo, aunque la gente amaba escuchar el redoble que antecedía a los primeros acordes de la melódica de Meme, no se lamentaron tanto al conocer la noticia de que la banda había optado por remover dicha canción de su repertorio en vivo. Nadie puede negar que se trata de una de las canciones icónicas de la contracultura mexicana de los noventas, pero con 23 años sonando en todos lados era justo darle un descanso sin importar las razones.
Así como “La ingrata” otros de los llamados himnos del rock en español han inundado nuestros oídos hasta el cansancio, algunos de ellos ni siquiera tienen sentido en cuanto a sus letras, pues obedecen a un esnobismo que exigía aquello que nuestros padres ridículamente llamaron “bohemia”, pero nada más. Tratar de eliminar estas canciones de los oídos del mundo es una labor titánica y prácticamente imposible, no obstante, podemos comenzar por superarlas para que poco a poco tengan, ahora sí, ese mote de “imperdibles” de cualquier playlist.
“La célula que explota”-Caifanes
Apenas suenan los primeros acordes de esta canción en uno de esos “bares bohemios” y se escucha estruendoso “¡Woooh!” que retumba en todo lugar. No importa si el sonido proviene de una rockola o de una banda en vivo, la gente corea casi religiosamente la letra de Saúl Hernández más por costumbre que por gusto. Fuera de las fiestas y sin el calor del alcohol pocas son las personas a las que en realidad les gusta “La célula que explota”, los que la cantan sólo es para no romper el ambiente.
“La planta”-Caos
Debemos aceptarlo, ésta es una de las peores letras del rock en español. La gente que se queja de otros géneros musicales que se la pasan hablando mal de una expareja son las mismas que, llevadas por el alcohol o la melancolía —aunque la mayoría de las veces van juntas—, cantan esta canción, sobre todo cuando llegan al verso que dice «… y te pareces tanto, amor, a una enredadera», momento justo en el que todo se viene abajo.
“Entre dos tierras”- Héroes del Silencio
Extrañamente muchos piensan que su éxito se debe a que está plagado de canciones profundas, pero la única verdad detrás de todo ello es que es un compendio de letras vacías sazonadas con el pujante estilo de Enrique Bunbury. El contenido de esta canción es prácticamente un sermón de “todo se paga en esta vida”.
“La chispa adecuada”-Héroes del Silencio
Por supuesto que no podía faltar esta otra joya del Avalancha en la que a Bunbury se le sale de las manos esa “teatralidad” que enfatiza con una especie de voz artificialmente desinteresada, misma que por alguna razón la gente idolatra. A pesar de que muchos piensan que es el culmen de las “canciones eróticas”, lo cierto es que «blanca esperma resbalando por la espina dorsal» suena más a un accidente provocado por eyaculación precoz que al acto de sensualidad que pretende retratar.
“Cuando seas grande”-Miguel Mateos
¿Quién no se ha reído de sus tíos o padres cuando a pesar de sus cuarenta y tantos siguen gritando «dimedimedime qué vas a hacer cuando seas grande»? Miguel Mateos hizo el himno perfecto para lo que muchos llaman “juventud perpetua”, esa bochornosa etapa de la vida en la que una persona de mediana edad —un adulto— sigue pensando en todo lo que va a hacer cuando crezca.
“La dosis perfecta”-Panteón Rococó
Otra de las imprescindibles de las fiestas es esta canción que el famoso veterano del ska mexicano, Dr. Shenka, comienza con un romántico alarido que a la voz de «Y hoy te vas…» enciende a todo el público que, lleno de euforia, olvida todo el glamour y comienza a patalear y empujar a todo el mundo para sentir esa emoción entre romántica y underground de un concierto de ska de 1999.
“En algún lugar”-Duncan Dhu
Definir esta canción es realmente difícil, aunque probablemente una de las formas más atinadas de hacerlo es “una crítica social torpemente disfrazada de una épica medieval”. Directamente de 1987 cuando la gente tildaba de valiente a cualquier persona que pusiera en sus letras una referencia a la ineficacia del sistema, “En algún lugar” se ha mantenido en las rockolas y repertorio de todos los bares para dar fe de un idealismo que hoy luce demasiado insípido.
“Persiana americana”-Soda Estéreo
La pérdida de Gustavo Cerati sigue doliendo, aunque a decir verdad si esta canción desapareciera por un tiempo de nuestros oídos, serían pocas las personas que realmente la extrañarían. Para muchos, borrarla de su vida sería un alivio, pues eso significaría que el grupo de señores sentados en un bar se dedicarían a hablar de sus problemas y no a incomodar a todos mientras cantan, según su perspectiva, una de las mejores canciones de rock de todos los tiempos.
“El Final”-Rostros Ocultos
En bodas, bautizos, inauguraciones y fiestas de oficina llega un punto en el que de la nada llueven globos y antifaces sólo para cantar esta canción que algunos animadores jocosamente “mejoran” con un «qué poca madre». Cantarla es vergonzoso, bailarla un poco más, pero ver a tu tía actuándola es algo que quieres evitar a toda costa.
Es probable que este conteo te ofenda un poco, pero acéptalo, es necesario que estas canciones pasen a la historia como lo que son, buenos recuerdos de una época que simplemente ya debería darle paso las nuevas generaciones.