Durante años se pensó que el metalero y el hardcorero eran personas agresivas porque la música que escuchaban era –en términos parcos– violenta. Esta relación era un espejismo que se disipó tras varias investigaciones donde se encontró, de hecho, que sonidos rápidos, saturados y combativos tranquilizan a las personas. De ahí que tengamos un artículo que se llame: Estudio revela que el punk y el metal provocan felicidad y calma.
La pregunta que quedó en al aire, siguiendo las leyes de los opuestos, era la siguiente: Si la música “violenta” tranquiliza a las personas, entonces, ¿las canciones “calmadas” despiertan a la bestia que llevamos dentro? La respuesta aparente debería ser sí, sin embargo, no existía prueba contundente que lo afirmara… hasta ahora.
«En la vida real, la música se usa para manipular personas de muchas maneras», explicó Naomi Ziv, psicóloga de la Facultad de Estudios Académicos de Administración en Rishon Le Zion, Israel. «Mucho de esto puede ser negativo. La música puede hacer que la gente sea más obediente, más agresiva e incluso racista».
En 2011 se descubrió que la música tiene el poder de alterar los juicios morales de las personas. ¿Cómo se llegó a esta conclusión? Naomi pidió a un grupo de voluntarios que escucharan un anuncio de radio ficticio que afirmaba ser capaz de crear documentos falsos para que las personas pudieran recibir una pensión más alta. La mitad de los que escucharon el anuncio también escuchó el Allegro de Mozart de “A Little Night Music” tocando en el fondo, mientras que la otra mitad no tenía música.
De manera simultánea, Naomi pidió a un grupo que escuchara otro anuncio que decía la forma para poder hacer trampa en un trabajo de la universidad. Una vez más, la mitad de los que escucharon el anuncio también escucharon el sonido “I Got You (I Feel Good)” de James Brown en segundo plano. En ambos casos, los que escucharon el anuncio con la música de fondo tendieron a aceptar más el comportamiento poco ético y engañoso que se fomenta en los anuncios. En algunos casos, los participantes incluso informaron haberlo visto de manera positiva.
La mayoría de los participantes que no escucharon música rechazaron la solicitud, pero aquellos que escucharon el comercial musicalizado aceptaron casi en su totalidad cometer el engaño. «Fue bastante impactante», comentó Ziv. «Se les pidió que hicieran algo que involucrara engañar a alguien más y muchos de ellos dijeron que sí lo harían».
La conclusión de Naomi Ziv fue que cierta música podía influir en las decisiones de las personas. En este caso las canciones distaban de ser rápidas y agresivas y aun así, tenían un impacto negativo en los escuchas. Esto podría sentar las bases para la premisa que se presentó al inicio, la cual sugería que escuchar música calmada provocaba un desenfreno en la persona. Los resultados no son suficientes para asegurarlo al 100 %, pero es un primer paso para futuras investigaciones.
De ser correcto se entendería que la música puede despertar bajos instintos y liberar aquello que la consciencia había resguardado. Quizás incluso hasta nos conviertan en unos psicópatas…
Las siguientes canciones son consideradas como “calmadas” por muchas personas, y de ser correcto todo lo anterior, deberían motivarnos a hacer cosas malas. ¿Será posible?
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“Autumn Rendezvous”
Françoise Hardy
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“Space Song”
Beach House
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“Beck’s Bolero”
Jeff Beck
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“Eye In the Sky”
Alan Parsons Project
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“A Whiter Shade of Pale”
Procol Harum
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