Tal vez parece un sueño, pero Seth Rogen se encargó de hacerlo realidad… al menos en la pantalla grande.
En 2013 nadie recordaba realmente a los Backstreet Boys. Para entonces, One Direction ya se había robado la atención del público femenino que amaba con locura los conciertos masivos de pop. Atrás habían quedado las largas filas de chicas que esperaban ansiosas con un póster, una camiseta o un banderín de sus ídolos. Los Backstreet Boys —como sus fans— ya habían crecido y como consecuencia, los conciertos ya no eran iguales.
Ya no había olas de personas gritando al unísono el nombre de los cinco integrantes, tampoco había firmas de autógrafos que duraban horas y horas y tampoco eran el hit número uno en las radios mundiales. Ahora, unos chicos de 20 años ocupaban ese puesto. Sin embargo, tanto las fanáticas del grupo como ellos mismos se eran fieles entre sí. Los BSB seguían haciendo giras (no masivas) y las fans seguían comprando su música, pero no más.
Sin embargo, la vieja guardia —como Seth Rogen y compañía— no olvidan que los clásicos siempre serán garantía de calidad y por ello, los incluyó en el final de su película haciendo realidad el sueño de muchas mujeres y hombres de mediana edad que deseaban ver de nuevo a A.J, Brian, Howie, Nick y Kevin sumergidos en la gloria. Inmersos en fama y superioridad. Así volvimos a ver a los Backstreet Boys bailando y cantando en un escenario (el cielo). Y aunque ya no es lo mismo, no hace menos significativo el hecho de verlos en acción… siempre los amaremos igual.
A.J
Con apenas 15 años, el cantante fue reclutado para participar en Backstreet Boys y enseguida halló su estilo en la banda. Cuando Backstreet Boys se dio una pausa, el “alternativo” del grupo se dedicó a su verdadera pasión: el rock. Adoptó un sobrenombre “Johnny No Name”, con el cual se presentaba en Nueva York. Con este proyecto hizo una gira que recaudó dinero para apoyar a causas como la cura de la diabetes.
Howie D
Él era de los más grandes cuando el grupo empezó, tenía 23 años de edad y mucho talento para mostrar. Tenía un toque latino que llamó la atención de los productores. Su madre es de Puerto Rico por lo que siempre tuvo afición por bailar y por el arte. Comenzó trabajando como productor y al sumarse a la banda, abandonó ese empleo. Sin embargo, cuando BSB se dio un pausa, lo retomó con cantantes como Katelyn Tarver a quien llevó a la fama local.
Brian Littrell
Con 21 años, Brian abandonó sus estudios para unirse al grupo. Antes de ellos estuvo en asociaciones de música cristiana. Fue el último en unirse luego de que Kevin, su primo, lo invitara a participar. Lanzó su primer álbum solista en 2006 y es completamente dedicado a Cristo quien, en sus palabras, lo ayudó a no hundirse en drogas y demás “vicios” como sus compañeros. Por un tiempo, su voz se apagó. Fue operado y aunque ahora ya no tiene ese problema, sigue cantando con voces de fondo de apoyo.
Nick Carter
Con apenas 13 años, Nick fue contratado para participar en el grupo y aunque no se sentía del todo a gusto con sus compañeros —por la diferencia de edades— no dudó en unirse a ellos abandonando por completo otra jugosa oferta en la que podía ser una de las estrellas de Disney. Su primer disco solista fue tan exitoso que lo llevó a tener una gira mundial en la cual se formó una rivalidad con Justin Timberlake, miembro de *NSYNC, con quien ahora tiene una gran amistad.
Kevin Richardson
Gracias a su gran atractivo físico, trabajaba como Aladdin en Disney World, por lo que a sus 25 años sentía que no había hecho gran cosa con su vida hasta que entró al grupo y supo que esa era su verdadera vocación. Sin embargo, cuando salió de BSB, fue el único en no dedicarse a la música en solitario; de hecho, volvió con el grupo porque es lo que en verdad le hacía feliz: la conjunción de voces, bailes y claro, estar junto a los que llama “hermanos”.
Tal vez ya no se mantiene en la sexy forma que les dio fama en los noventa, tampoco tienen la misma agilidad cuando bailan o incluso, sus voces han cambiado bastante, pero definitivamente son un ícono de los años noventa y de la música en general, puesto que sin sus éxitos como “Everybody”, “I Want It that Way” o “Show Me the Meaning of Being Lonely” no tendríamos a muchas agrupaciones que poco a poco siguieron sus pasos y por supuesto, las fiestas no tendrían ni un poco de nostalgia. Aún amamos a los Backstreet Boys y al parecer tenemos boyband para un buen rato más.
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