Hay accidentes fatales y otros que traen consigo eventos afortunados. Así fue el destino de un joven guitarrista de melena larga y negra, de pantalones acampanados y gesto serio; su nombre, Tony Iommi. Un personaje esencial para entender la historia del rock, que el mismo día en que perdió la punta de dos dedos de su mano derecha la suerte le sonrió…
Iommi trabajaba en una fábrica siderúrgica desde hacía algunos meses. Sin embargo, su sueño no era pasar la vida entera cortando metales y operando maquinaria durante ocho horas diarias. Él aspiraba a vivir de la música, tocar blues y rock, convertirse en uno de los guitarristas más célebres de la industria. Lo tenía decidido.
Cuando llegó a la fábrica le informaron que uno de sus compañeros había caído enfermo y que él lo reemplazaría aquella jornada. Sin embargo, cuando puso manos a la obra, su inexperiencia con la máquina hizo que una cortadora pasara encima de sus dedos medio y anular de su mano derecha… Iommi pensó que su carrera como músico había quedado frustrada y cayó en depresión durante algunos días mientras convalecía del accidente.
Su jefe fue a visitarlo para saber cómo se encontraba y le contó la anécdota del guitarrista de jazz Django Reinhardt, quien tenía paralizados los dedos con los que pisaba las cuerdas y aun así ejecutaba el instrumento de manera excelsa. Iommi se animó al ver que otros habían salido adelante a pesar de sus “carencias”, así que se fabricó unas prótesis hechas con plástico para poder tocar la guitarra. Aparte de ello, bajó el tono de su guitarra para evitar el movimiento continuo de la mano. Iommi se percató de que la guitarra sonaba con un tono más oscuro, lúgubre y pesado. Así fue como nació el sonido que caracterizó a la banda que lo llevó a la fama: Black Sabbath, piedra angular del heavy metal.
Este es el primero de los accidentes que definieron la historia del rock y que te contaremos a continuación…
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El día que la música murió
Buddy Holly reclutó a Ritchie Valens y J.P. Richardson, dos de los rockeros más célebres de aquel entonces, para actuar con él, durante la gira The Winter Dance Party, por 24 ciudades del norte de los Estados Unidos. A su lado también actuaban artistas como Dion and The Belmonts y Frankie Sardo. Una pobre logística, un invierno crudo que hacía a los músicos enfermar, entre otros contratiempos terminarían en tragedia. Holly, quien comandaba el espectáculo, se hartó de los constantes viajes en camión y decidió que el próximo traslado sería en avión para que llegaran rápido a su siguiente destino y tuvieran unas horas de descanso. Para ello decidió contratar una avioneta, el 3 de febrero de 1959, la cual abordaron Holly, Valens y J.P. Richardson, poniéndo en manos de un joven piloto de 21 años su seguridad en medio de una tormenta.
Por desgracia, las inclemencias del tiempo y la poca experiencia de quien comandaba la avioneta hicieron que ésta se desplomara sin remedio a 270 km/h, causando la muerte de sus tripulantes y pasajeros de forma inmediata. Buddy Holly era ya un músico consumado gracias a éxitos como “Peggy Sue” y “Oh Boy!”; Valens comenzaba a despuntar en la escena mundial con sus éxitos “La Bamba” y “Donna”, mientras que J.P. Richardson estaba triunfando en la radio con el pegadizo tema “Chantilly Lace”. Don McLean hizo un sentido homenaje a los caídos con su entrañable tema “American Pie” en el cual hace referencia a este acontecimiento como “el día que la música murió”.
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El día que la bestia lloró
Ozzy Osbourne ha experimentado varios episodios dolorosos a lo largo de su vida, desde cuestiones sentimentales hasta adicciones y sobredosis que lo han llevado al borde de la muerte. Sin embargo, entre sus grandes tragedias se cuenta la pérdida de su guitarrista Randy Rhoads el 19 de marzo de 1982, uno de los exponentes más adelantados de las seis cuerdas en la historia del rock. Rhoads trepó a una avioneta con Andrew Aycock, conductor del autobús de la banda y quien presumía de tener una licencia para pilotear, y Rachel Youngblood, maquillista del grupo. Después de efectuar algunas suertes y de sobrevolar el autobús donde el grupo de Ozzy viajaba hacia un festival en Orlando, Florida, el ala de la avioneta pegó contra un costado del vehículo y salió disparada contra una casa de las cercanías.
Por desgracia, los tres tripulantes murieron de inmediato. Osbourne recuerda la tragedia de la siguiente manera: «Uno de los momentos más terribles de mi vida. No pasa un solo día sin que yo piense en él, yo aún hablo con Randy en mi cabeza, juntos hicimos la historia eterna y la vida inmortal». El exvocalista de Black Sabbath editó en 1987 un disco tributo a Rhoads grabado en vivo para rendir homenaje al talento y maestría de su guitarrista más amado.
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El día que un diamante en bruto fue acribillado en escena
En la misma fecha que fue baleado John Lennon, Dimebag Darrell, exguitarrista de la banda de metal Pantera, también corrió con la misma suerte del líder de The Beatles. En un concierto-homenaje al músico británico que el virtuoso guitarrista ofrecía con la banda Damageplan, un fanático sacó un arma y comenzó a abrir una letal ráfaga. El homicida era el marine Nathan Gale, quien con tres certeros disparos en la cabeza terminó con la vida de Darrell, además de asesinar también a Nathan Bray (asistente), Erin Halk (empleado del lugar) y Jeff “Mayhem” Thompson (jefe de seguridad del grupo). Este enloquecido marine intentó disparar también al baterista Vinnie Paul, hermano de Darrell y antiguo miembro de Pantera, al considerar que ambos eran culpables por la desaparición de la banda oriunda de Texas.
La muerte del virtuoso músico fue una de las grandes tragedias en la historia del rock. A su funeral asistieron luminarias como Paul Stanley, Gene Simmons, Dave Mustaine, Zakk Wylde, Ozzy Osbourne y Eddie van Halen, quien dejó sobre el cofre de Darrell la guitarra con la que grabó el gran álbum Van Halen II. Dimebag Darrell es uno de los grandes genios de las seis cuerdas: su estilo fusiona diversas escuelas que lo hicieron brillar como un diamante cuya vida brilla más conforme los años pasan.
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Bonus: Los accidentes donde la música resultó herida
El día en que Guns n´ Roses y Metallica grabaron sus peores y más insignificantes discos
A estas bandas sólo les hacen caso los nostálgicos, los fanáticos o los que no se han atrevido a aceptar que ambas sólo viven de un pasado glorioso que hoy es un presente gris. Nada de ello está mal. Son grandes grupos que se han ganado con méritos su lugar en el Olimpo del rock, sin embargo, desde hace años adolecen de sequedad de ideas y de vivir gracias a lo que hicieron. La muerte de Guns se dio en cuanto la banda se separó, después de la culminación de su gira Use Your Illusion. Años después “regresó” a escena con un disco, Chinese Democracy, que no fue más que la cereza podrida en el pastel que evidenció a un Axl Rose en evidente estado de descomposición. Hoy se espera la grabación de un nuevo álbum de Guns n’ Roses en medio de un mar de dudas.
Metallica comenzó a morir durante la producción de Load; aquel extraño experimento les hizo perder la credibilidad entre sus fanáticos de toda la vida. Sin embargo, no fue hasta el insignificante St. Anger que los de San Francisco vieron cómo los que todavía esperaban su resurrección perdieron por entero la fe. Es un álbum mediocre, sin ninguna canción rescatable que haga justicia al talento de los creadores de temas como “Creeping Death”, “One”, “Master of Puppets” o “Seek and Destroy”. Hetfield y compañía han vuelto a encontrar cierto rumbo con su más reciente edición: Hardwired… To Self-Destruct, aunque sólo el tiempo dirá si son capaces de levantar de nuevo el vuelo.
El futuro para ambas bandas no luce demasiado esperanzador… ¿Serán muertos que caminan sin ideas para hacerse notar? Esperemos estar equivocados.
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En la música se encuentran interrogantes y respuestas a muchos de los problemas y sueños que la vida nos da, pues es un mundo compuesto de sentimientos contradictorios que a todos nos envuelven hasta el momento de nuestra muerte. Muchas de esas incógnitas se esconden en los temas de las 10 bandas favoritas de las personas que realmente saben de música y si se trata de tu sexualidad es muy revelador lo que tu banda favorita dice acerca de ti.