La leyenda del famoso monstruo del Lago Ness es un misterio que ha confundido a la opinión pública durante siglos. Desde falsas fotografías, presuntos intentos de captura, hasta su introducción a la cultura popular escocesa, la posible existencia de esta criatura llevó a un grupo de expertos a apoyarse en la tecnología para descubrir qué hay detrás del mítico monstruo.
¿Cómo lo encontrarán?
La curiosidad del académico de la Universidad de Nueva Zelanda, el profesor Neil Gemmell y su equipo de expertos, los llevó a las orillas del lago para capturar muestras de ADN y extraer el código genético del agua del Ness, recolectado en un lapso de dos semanas para observar qué tipo de criaturas viven en las profundidades.
Fotografía icónica de la “aparición” del monstruo que resultó ser un montaje. (Foto: Ecoosfera)
«Dudo mucho que el monstruo exista, pero estoy abierto a la idea de que aún hay cosas que descubrir. Quizás haya una explicación biológica al respecto», explicó el profe Gemmell a The Independent.
¿Funcionará la prueba de ADN?
Según el equipo de investigación, a través del ADN se puede detectar qué tipo de seres vivos viven bajo el lago gracias a los fragmentos que dejan las criaturas mientras nadan, por ejemplo heces fecales, piel, escamas, etc.
Con las muestras recolectadas, el equipo enviará los fragmentos a laboratorios de Nueva Zelanda, Dinamarca, Australia y Francia para que se analicen los datos genéticos. «De lo que no tenemos duda es que hallaremos cosas nuevas, cosas desconocidas que no habían salido a la luz», destacó Gemmell.
¿Cómo se popularizó el monstruo del Lago Ness?
El primer relato de su existencia data del año 565 después de Cristo publicado por un monje irlandés que habitaba cerca del lago. En el escrito el monje describe a la criatura como una «gigantesca bestia acuática». A partir de este relato el monstruo entró a la cultura folclórica escocesa.
El primer relato fue documentado a principios del milenio pasado por un monje irlandés. (Foto: Religión libre)
Mil por lo menos son las personas que aseguran haberlo visto en distintos momentos, incluso han querido comprobar su existencia a través de chantajes o historias baratas. Otros creen que se trata de un pez gigante como el esturión. Lo que sí nos puede dar certezas son los resultados que saldrán a luz con la investigación de Gemmell.
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