¿Cuántas y cuántos no hemos soñado con la pastillita o la maquinita que nos haga bajar de peso sin hacer nada? Porque sí, nos gusta lo fácil. En Singapur lo saben y por eso unos investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU), están desarrollando un método que pretende ayudar a disminuir el número de obesos en el mundo, sin necesidad de intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos con daños colaterales.
Se trata de una tela adhesiva llena de microagujas que se descomponen al contacto con la piel y liberan una sustancia capaz de transformar la grasa en energía. Las microagujas son más finas que un pelo y biodegradables, así que basta con presionar el cuadrito de tela sobre el cuerpo durante dos minutos para que la magia se haga.
El reciente descubrimiento fue publicado en la revista Small Methods, y en el artículo se explica cómo es que este método simula un funcionamiento natural que generalmente ocurre en el organismo de los bebés. Hasta ahora, los parches mágicos fueron probados en laboratorios y presentaron resultados favorables: con sólo cuatro semanas de tratamiento, las ratas redujeron su grasa corporal en un 30%, sin dieta especial o ejercicio.
En cuatro semanas los ratones bajaron 30 % de su peso sin dieta especial ni ejercicio. (Foto: femexer.org)
Aún no se sabe si el prototipo será probado en humanos o se esperará una mejora para dar ese paso, pero de lo que sí está seguro el médico y profesor Shaohai Xu, es que con este descubrimiento se podría ayudar a más de 1.9 millones de adultos con grados de obesidad mórbida que, además, tienen otros padecimientos como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares que representan un foco rojo para la salud pública del mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
1.9 millones de personas padecen obesidad mórbida en el mundo. (Foto: Pexels)
Otro de los aspectos positivos en las pruebas con ratones es que no sólo hubo bajas de peso, sino que los roedores disminuyeron sus niveles de colesterol y ácidos grasos en la sangre. A esto se le suma que, según la investigación, no hay riesgos de sobredosis o malos usos, como sucede con las metanfetaminas usadas para bajar de peso hace unas décadas, pues el cuerpo está condicionado a eliminar la dosis que no necesita y con eso se evitan los daños colaterales, como la adicción. Suena a combo ganador completo.
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