¿Correr durante horas? Te parecería una acción perfectamente normal, pero tienes que saber que no hay ningún otro animal además del ser humano capaz de realizar esta acción sostenida durante miles de kilómetros. No somos ni de lejos los más rápidos, nos lo dice la mera lógica, pero sí los mejores corredores de fondo de la naturaleza. ¿Por qué?
La respuesta no está en nuestra voluntad y nuestros sueños de echarnos un maratón, sino a un finísimo e impresionante sistema de refrigeración, algo así como un frigobar pero en el cuerpo. Tenemos todo lo demás: piernas largas, unos pies que sirven de soporte, una espina dorsal fuerte, pero como bonus, desarrollamos un sistema de glándulas sudoríparas que es la envidia de cualquier mamífero.
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El gen pudo mutar hace más de dos millones de años. (Foto: Unsplash)
¿Qué clase de sistema ganador es este?
No sólo es que nuestras glándulas sudoríparas sean geniales, sino que debajo de eso existe todo un sistema circulatorio capilar que distribuye nutrientes y oxígeno a los músculos, al igual que unas células cuya respiración mitocondrial nos hace más resistentes a la fatiga que otros animales. ¡Punto para la humanidad!
Esto no nos hace los mejores en sprint, pero vaya que podemos recorrer distancias sorprendentes. Y si piensas que fue tan sólo hace entre dos y tres millones de años que nuestros ancestros bajaron de los árboles y se pararon en dos pies, el cambio evolutivo es toda una proeza que no sólo se queda en el mero hecho de que somos capaces de aguantar largos tramos, sino que también tuvo una fuerte repercusión en la manera en la que nos desenvolvimos en el entorno: el hombre pudo haber sido capaz de perseguir y vencer a sus presas por agotamiento más que por fuerza.
¿Todo esto quién lo dice?
Fue Ajit Varki, investigador médico de la Universidad de California San Diego (UCSD), quien dijo encontrar la respuesta: un gen mutante o defectuoso, pues. El estudio fue publicado en la revista especializada Proceedings of the Royal Society B.
Varki y su equipo descubrieron que el sistema de refrigeración cutáneo que tenemos se formó por un gen llamado CMP-Neu5Ac Hydroxylasa (CMAH). ¿Somos los únicos con esto? Nah, pero el asunto es que la nuestra es una versión chafa.
Los humanos tenemos un sistema de refrigeración que nos permite correr por horas. (Foto: Unsplash)
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A través de experimentos con ratones, Varki y su equipo vieron que los roedores modificados con la versión chafa del CMAH son corredores mucho más resistentes, hasta un 12% más rápido y 20% más resistentes que los otros ratoncitos.
¿Y por qué el nuestro es chafa?
De acuerdo con el equipo de Ajit, la teoría es que el gen se rompió para fortalecer nuestras defensas, la explicación es la siguiente: el CMAH determina la acumulación de un ácido llamado N-Acetilneuramínico c en lugar de otra versión del mismo.
El ácido es vital en la interacción celular y este cambio nos ayudó a ser más resistentes ante ciertas enfermedades, aunque se cree que al mismo tiempo nos hizo más vulnerables a ciertos tipos de cáncer. Pero hay que mirarlo de esta manera: la naturaleza y la evolución son tan sorprendentes que una mutación destinada hace millones de años a hacernos resistentes a ciertas enfermedades nos convirtió en los mejores corredores del mundo animal.
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