A través de todos los tiempos, las relaciones humanas han implicado compromiso y entrega, es decir siempre estar dispuestos a complacer y a tener el deseo de que toda interacción esté rodeada de armonía y sin contratiempos. Y esta expectativa pudiera generar inseguridad y tensión.
¿Sabes decir ‘no’? (Foto: Semana)
La costumbre de aceptar siempre las condiciones y propuestas en las relaciones ya sea con nuestra familia, amigos y pareja se ha tornado casi automática, ya que resulta más sencillo de momento decir ‘sí’’ para continuar con la rutina y no perder el tiempo en una discusión cuando realmente deseamos decir ‘no’.
Las personas que están acostumbradas a nunca decir ‘no’ llegan al punto en donde negarse a las peticiones es casi imposible ya que la culpa les impide sentirse tranquilos o satisfechos.
En ocasiones sentimos culpa al decir que ‘no’ aunque ayudar no sea la mejor opción. (Foto: Felice Things)
¿De dónde proviene la necesidad de no decir ‘no’?
Seguramente desde la infancia, cuando escuchamos repetidamente esta palabra y la relacionamos con un hecho tan negativo como egoísta que nos hace parecer incluso seres duros e intransigentes.
La apariencia emocional es muy importante para todos y ha sido sinónimo de bondad el decir siempre que sí podemos hacer lo que se nos pide y si no podemos, seremos capaces de conseguir lo que esa persona está completamente segura de que tenemos y está dispuesto.
Y así se transforma en una costumbre y hasta una fama de que las personas que no saben decir ‘no’ siempre tendrán lista una solución para quien lo requiera.
Factores que influyen en nunca decir ‘no’
La fuerte necesidad de ser aceptado ya que una persona que nunca dice ‘no’ seguramente constantemente se verá “rodeado de amigos”.
La convicción de que nadie lo juzgará por ser indiferente ante las necesidades de los demás.
La seguridad de que no experimentará soledad.
La necesidad de dejar huella.
La alta probabilidad de que las personas a las que les otorga lo que necesiten en algún momento podrá contar con ellas para retribuir algún favor.
No es fácil decir ‘no’, así que será mejor que practiques. (Foto: Chilango)
No decir ‘no’ nos hace sentir más fuertes y poderosos ante los demás y ante nosotros mismos. Ya que tenemos “eso” que los otros necesitan.
Decir siempre ‘sí’ también depende de la persona con la que estemos tratando, sin embargo considerar que aquella persona no será capaz de obtener lo que necesita por sí misma, es menospreciarla y considerar que no es tan eficiente como nosotros que siempre tenemos todo a la mano y ya listo para darlo y decir ‘sí’.
Decir ‘no’ produce ansiedad y esto es normal, sin embargo es necesario identificar el momento en que esta situación nos rebasa y comenzamos a sentirnos incómodos con tanta complacencia.
Es necesario hacer un equilibrio para ser capaces de relacionarnos en el mismo plano equitativo con los demás.
Es importante perder el miedo a desilusionar a las personas con las que mantenemos una relación real ya que si existe amor, cariño y afecto, esas personas serán capaces de identificar que no somos proveedores permanentes de sus necesidades.
No sientas ansiedad ni pena por decir que ‘no’ cuando no quieres. (Foto: Faith Mirror)
Es muy importante detectar y percibir cómo nos sentimos realmente ante la constante petición de soluciones o favores de las personas que nos rodean a fin de darnos cuenta que es lo que estamos generando en ellos.
Considerar que no decir ‘no’ nos puede enrolar en conflictos y compromisos que tal vez no podamos cumplir y nos puedan generar una fuerte tensión que no es necesario enfrentar.
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Es normal sentir fuerte incertidumbre al decir ‘no’ a las personas con las que tenemos un vínculo afectivo y ahí es necesario encontrar la forma de decir que esta vez no es posible complacerlos.
Es importante aprender a decir ‘no’ sin rodeos y sin explicaciones o dando falsas esperanzas de que trataremos de conseguir lo que “el otro” necesita.
Es oportuno revisar opciones de respuesta para evitar decir siempre ‘sí’ , por ejemplo sugerir que alguien más es capaz de dar lo que nos están solicitando en ese momento.
Aprender a decir ‘no’ implica ensayo y convicción y ser capaces de percibir cómo funcionamos desde un ángulo diferente en donde nos sentimos más confiados, libres y seguros al decir ‘no’ sin ningún temor de estar fallando o perdiendo amistad, cariño o afecto.
*Las columnas de opinión de CC News reflejan sólo el punto de vista del autor.
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