¿Quién pensaría que estos ‘tiernos’ animalitos serían un gran aliado para acabar con una de las más letales enfermedades Pues sí, lo son: Científicos de la Universidad de Washington descubrieron que los genes y otras variaciones genéticas de los demonios de Tasmania se relacionaron con la reducción de tumores de cáncer que tenían algunos de estos mamíferos.
Este es el primer paso para entender lo que provoca una enfermedad tumoral de la piel, llamada carcinoma de células de Merkel, en estos animales. Y lo más importante: podría tener implicaciones para el tratamiento del cáncer en humanos e incluso en otros mamíferos.
Los demonios de Tasmania son una especie casi extinta, llegar a pesar 12 kilos y medir casi un metro. (Foto: WSU)
¿La similitud de los demonios de Tasmania con los humanos?
“Algunos de los genes que creemos que tienen un papel en la regresión tumoral en los demonios de Tasmania también son compartidos por los humanos”, señala el investigador Mark Margres, exinvestigador de la Universidad del Estado de Washington.
La investigación aún se encuentra en una etapa muy temprana, sin embargo, con el paso del tiempo ayudaría con el desarrollo de fármacos que provoquen la regresión de tumores, no sólo en demonios de Tasmania, sino en otros mamíferos, incluyendo al humano.
Los científicos analizarán mejor el comportamiento genético que propicia la regresión de un tumor. (Foto: Rezzda)
Una especie al borde de la extinción
Los demonios de Tasmania han estado a lo largo de mucho tiempo a punto de extinguirse debido a la enfermedad tumoral facial frecuente en la especie. Esta es una de las cuatro maneras de cáncer transmisible y mortal. En realidad desde que se descubrió el padecimiento, en 1996, el 80% de los ejemplares ha desparecido.
Durante los últimos diez años, un equipo de investigadores ha observado la misma resistencia genética que los demonios han desarrollado a la enfermedad tumoral, y este factor genético sería la clave para erradicar el cáncer en ellos –y en humanos–.
El tumor facial de los demonios les imposibilitaba comer, por lo que murieron de inanición. (Foto: Masverdedigital)
¿Cómo se dieron cuenta del gen?
Los científicos capturaron algunos demonios que sufrían de este tipo de cáncer, y estos, en vez de morir a lo largo del tiempo que permanecieron en cautiverio, se curaron por sí solos, los tumores desaparecieron, algo que no sucedería en ningún otro caso.
“Identificamos algunos genes candidatos que creemos que pueden ser importantes en la respuesta de regresión del tumor y ahora podemos comenzar a probar funcionalmente estos genes para ver si es posible provocar la misma respuesta de regresión del tumor”, señala Margres.
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A lo largo de la historia, este tipo raro de cáncer en la piel ha sido observado en 22 pacientes desde 1986, sin embargo los investigadores aún deben estudiar la razón de la regresión espontánea de los tumores.
Los investigadores esperan que una mejor comprensión de la base genética de este tipo de cáncer en el demonio de Tasmania ayudará al tratamiento definitivo en tumores cancerosos letales en humanos.
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