Uno de los pacientes del doctor Charles Wentworth acudió con él porque se había hecho una cortadura. Cuando lo vio cruzar la puerta con la mano herida, Wentworth quiso experimentar con un elemento que lo llevaba rondando la cabeza desde hace ya mucho tiempo: la sal.
En ese momento, el doctor tomó un puñado de sales orgánicas, mismas que lo ayudaban a que la sangre se coagulara. Wentworth pensó en un pollo y se puso a rezar. Después de haber tomado una muestra de la sangre del paciente, la puso debajo del microscopio y encontró lo que no había salido de su cerebro por días: un pollo.
Desde ese momento, Wentworth asumió que tenía poderes telepáticos y que, a través de las sales, podría curar a la gente. Esta fue una de esas extrañas teorías que no pudieron ser comprobadas pues la muerte sorprendió al médico; sin embargo, su legado sigue causando extrañeza en el mundo de la ciencia.
Charles Wentworth Littlefield. (Foto: Kook Science)
Charles Wentworth lo explicaba de una manera sencilla. Un día, uno de sus hermanos se hizo una cortadura en el pie y perdía mucha sangre. Ahí, el médico decidió rezar un pasaje de la Biblia y de manera inexplicable, la hemorragia se detuvo. Para él, su coagulante principal era su poder mental basado en la Biblia.
Con el paso del tiempo y perfeccionando su teoría (o al menos intentándolo), Wentworth sospechaba que la coagulación era responsabilidad de las sales contenidas en la sangre. Así como pensó en el pollo, el médico también pensaba en pulgas, en piojos y en pulpos, mismos que se hacían presentes en cada una de las muestras de sangre de sus pacientes.
Experimentos con sal. (Foto: Sin Filtros)
Lo que Charles Wentworth quería comprobar era cómo las sales orgánicas podían convertirse en dóciles al control de la mente humana. Prácticamente decía que el origen de la vida en la Tierra podríamos encontrarlo en la sal. Incluso, publicó un libro en el que aseguró según la BBC de Londres, que al fijar sus pensamientos en pequeños montones de sal, había logrado la reproducción de la silueta del Tío Sam.
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