Según los avances tecnológicos y científicos de la NASA, el hombre podrá finalmente viajar al planeta Marte a partir del 2030. Ante esto, existe mucha especulación sobre los avances que deberá tener la ciencia para entonces, y así lograr vencer los impedimentos biológicos, naturales y psicológicos que sufriría la tripulación que emprenderá el histórico viaje.
Para indagar al respecto, el equipo de neuropsicología que trabaja en el centro especializado de investigación de la NASA se encarga, desde ahora, de analizar los factores de riesgo, específicamente las consecuencias psicológicas y emocionales que afectarían a los astronautas durante el viaje espacial de larga duración.
El simulador “Hera” puede recrear las condiciones de vida en el espacio. (Foto: Techradar)
El doctor español Gabriel González de la Torre, director del equipo de neuropsicología y encargado del proyecto, especificó que al crear perfiles psicológicos diferentes se podría facilitar la selección de astronautas que podrán soportar los futuros viajes a Marte.
Tenemos que detectar cierto tipo de ambientes que hay en la Tierra e instalar a un grupo de personas con cierto perfil donde deben convivir en un hipotético viaje espacial de ida y vuelta de larga duración. Todo desde el punto de vista médico, psicológico y cognitivo.
Los ambientes improvisados ya están contemplados por el equipo de neuropsicología. Se trata de una instalación subterránea en la Universidad de Pensilvania, un simulador de la NASA que imita las condiciones de un viaje espacial llamado “Hera” y que está ubicado en Houston, y el último es la estación ártica alemana que contiene características de aislamiento total llamado “Neumayer III”.
La estación ártica alemana es un buen lugar para adaptación espacial. (Foto: Getty Images)
¿Adaptación cultural?
Para De La Torre, el hecho de que las misiones espaciales estén integradas por tripulantes de distintos países es de importancia menor en comparación con la decisión de elegir al perfil adecuado, aunque reconoce que el origen cultural es determinante para que una persona se tranquilice y adapte en situaciones de estrés y aislamiento. «Eso es esencial para la selección», resaltó.
A nivel cultural, se sabe que entre rusos y estadounidenses no hay buena relación, sin embargo, ese es un mito ideológico heredado por el roce de la guerra fría. «Incluso existe cierta amistad entre ambas nacionalidades a nivel coloquial», reveló De La Torre, quien además cree que esa histórica rivalidad desaparece en el espacio.
Astronautas rusos y estadounidenses han vivido por meses en el espacio. (Foto: Emol)
Aquí existe un elemento que juega un papel importante a la hora de tomar decisiones en una misión espacial: la autonomía. Esto quiere decir que cuando la comunicación con la Tierra sea nula o limitada, los astronautas deberán saber reaccionar a través de formas de trabajo adecuadas en problemas técnicos o psicológicos, sin importar la subcultura que prevalezca.
Muchos científicos de la NASA comparan ese viaje espacial a un choque cultural, tal y como sucedió entre nativos americanos y europeos por primera vez, algo así como llegar a un Nuevo Mundo.
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