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Noma significa, en griego, “devorar”, una palabra terrible cuando la realidad es que esta enfermedad destruye el rostro de aproximadamente 140 mil niños que la contraen cada año según la Organización Mundial de la Salud. Es un padecimiento silencioso, de origen desconocido y que puede ser espeluznante por su rápida propagación, pues comienza como una simple llaga en las encías y pronto se convierte en una gingivitis necrosante y ulcerosa que consume a su paso los músculos, la piel y los huesos. Imparable, hambrienta.
La vergüenza, la ignorancia y la muerte
De estos 140 mil niños que calcula la OMS que son afectados anualmente, al menos el 90 por ciento de ellos mueren si no reciben tratamiento antibiótico. Pero no sólo lidian con una enfermedad catastrófica, la falta una de cura y el dolor, sino que se les somete a la superstición y la vergüenza.
La enfermedad avanza rápido y en cuestión de semanas consume gran parte del rostro. (Foto: ibtimes.co.uk)
“No escondas a tu hijo en casa” les piden a los padres a través de un folleto informativo de la OMS. Ya en 2015 María García Moro de la Universidad de Salamanca explicaba: “normalmente tienden a ser apartado de su vida cotidiana, siendo escondidos o aislado con los animales. Se debe, muchas veces, a que la aparición de las gangrenas se considera un signo demoníaco o una maldición para la familia”.
La cara de la ignominia, sin recursos y sin acceso a la salud, los niños son asilados y por eso es común que mueran.
Una enfermedad como ninguna otra
Una nueva investigación de Médicos Sin Fronteras (MSF) analizó 74 casos de esta peste no contagiosa en el primer hospital del mundo dedicado al noma, el cual se encuentra en Sokoto, al noreste de Nigeria. La enfermedad se aferra en los niños más pobres de las familias más pobres, una dificultad más en las vidas de aquellos que no tienen nada.
Una chica con noma posa en un centro de una ONG en Níger. (foto: ISSOUF SANOGO/AFP/GETTY IMAGES)
Esta enfermedad se conoce desde 1595 cuando fue descrita por el médico neerlandés Carolus Battus; en ese entonces el padecimiento era común en Europa y lo fue hasta el siglo XIX, cuando comenzó a desaparecer debido a que mejoró la nutrición y la salud. A partir de ahí los últimos registros que se tienen son de los campos de concentración nazis y un caso de una mujer en España de 50 años que sufrió el noma en 2010.
Una enfermedad que casi desaparece… en los países desarrollados. En el resto del mundo, donde la pobreza consume millones de vidas, la patología se concentra en las comunidades más necesitadas, sobre todo en el llamado “cinturón del noma” que cruza África desde Senegal hasta Etiopía.
De acuerdo con Elise Farley, epidemióloga de Médicos Sin Fronteras, el panorama es desalentador:
Se sabe poco sobre el noma, ya que la mayoría de los enfermos vive en lugares desatendidos y de difícil acceso. Los pacientes que consiguen llegar a un centro de salud son pocos y, a menudo, ya están muy enfermos. La mayoría de los afectados por el noma muere dos semanas después de los primeros síntomas si no recibe tratamiento.
A pesar de que es posible identificar algunas especies de microbios en la gangrena del noma, se desconoce qué es lo que desencadena está infección.
Superviviente del noma que ha sido operada por una ONG. (Foto: Fundación Campaner)
Una patología desconocida
A pesar de no saber a ciencia cierta cómo se origina o de qué manera se manifiesta en las personas, sobre todo en los niños, los expertos manejan varias hipótesis donde conviven ciertos factores de riesgo como la pobreza, la desnutrición, la falta de higiene oral, la convivencia con el ganado y las infecciones previas como el sarampión.
Esto lo apuntó Cyril Enwonwu, un médico de Nigeria en la Universidad de Maryland (en Estados Unidos) que, devastado por la situación que se vive en su país, se ha dedicado a encontrar las causas del noma con la esperanza de poder frenarlo en el futuro.
Pero las cosas no dejan de dificultarse: no se ha podido estudiar la injerencia del sarampión como desencadenante porque no existen historiales clínicos. Tampoco la investigación del MSF con los 74 casos del noma tampoco hacer investigación en cuanto a una cobertura vacunal, debido a que sólo dos de los 74 estaban vacunados contra el sarampión.
Pero a pesar de toda la oscuridad, hay luz en algún lugar, pues muchos expertos e investigadores invierten sus días en encontrar alguna solución, además de que MSF operó el rostro de 243 superviviente del noma en 2017 que han podido seguir con sus vidas.
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