Guillermina Castro, mamá de Rocío Castillo, murió cuando ella tenía apenas ocho años. Guille, como la llamaban en la familia, tenía pocas probabilidades de vencer la diabetes tipo II. Poco a poco, los síntomas fueron minando su salud hasta dejarla sin fuerza para luchar más en contra de esta enfermedad que, de 2012 hasta el 2016, aumentó de 9.2 a 9.4 por ciento, esto con base en un diagnóstico previo de la enfermedad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino de hace apenas un año.
Cuando Rocío cumplió los 15 años, fue diagnosticada con diabetes tipo II y, aunque pensó que la vida le tenía preparado el mismo camino que llevó a la muerte a su mamá, la joven con ahora 20 años tiene esperanza en el páncreas bioartificial que desarrolla Josué Jiménez Vázquez, estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN), para mejorar la calidad de vida de los diabéticos.
Josué Jiménez Vázquez, investigador del IPN. (Foto: Noticias de Juárez)
Jiménez Vázquez es estudiante de doctorado en el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (Cicata), perteneciente al IPN. Ahí, el joven estudiante desarrolla este páncreas bioartificial con el objetivo de facilitar la penetración de la insulina, oxígeno y nutrientes necesarios para compensar los que vayan desapareciendo conforme al proceso de la enfermedad.
Si bien el páncreas bioartificial está en desarrollo, el investigador indicó en un comunicado difundido por el IPN, que a nivel mundial se espera su lanzamiento por la innovación tecnológica que representa. No obstante, uno de los más grandes desafíos a los que se enfrenta es saber cómo lo recibirá el cuerpo de un diabético y los efectos secundarios que podría traerle.
Josué Jiménez Vázquez, investigador del IPN. (Foto: Cicata)
Como Rocío, las mujeres reportan mayores valores de diabetes según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición con un 10.3 por ciento mientras que en los hombres es de un 8.4 por ciento. En el caso de los adultos, de acuerdo al mismo reporte, el 87.7 de aquellos que padecen diabetes reciben un tratamiento para controlar la enfermedad.
Lo que hace único en el mundo a este páncreas bioartificial es su estructura, la cual, describe Josué Jiménez, es nanométrica, esto, en palabras sencillas, significa que adquiere una forma similar a la que se ubica en la matriz extracelular de los tejidos del cuerpo.
La regeneración de los tejidos lastimados a causa de la misma sintomatología de la enfermedad es parte del trabajo de este páncreas bioartificial desarrollado por las manos de un estudiante mexicano. Anteriormente, Josué ya había sido noticia pues desarrolló un sustituto de piel con el propósito de reducir el tiempo de curación y disminuir las cicatrices causadas por quemaduras o heridas que se complican a causa de la diabetes.
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