¿Cómo recibirías la noticia de la llegada a México de una pastilla que previene en un 98 por ciento la posibilidad de contraer VIH? Quizá con mayor júbilo después de saber que nuestro país cerró el 2017 entre los cinco primeros lugares de América Latina con mayor número de infectados con el virus. Posiblemente la alegría aumente al saber que se pondrá a la venta en una presentación genérica para que el precio sea accesible.
Pero, ¿cómo beneficia esto a nuestro país? ¿En realidad disminuiría el porcentaje de personas con VIH en México o aumentaría debido al uso indiscriminado que se le pueda dar a esta pastilla, sustituyéndola como anticonceptivo con el fin de no adquirir alguna ETS?
Al saber que Truvada, como se le conoce a esta píldora, reduce la posibilidad de contagiarnos de SIDA hasta un 98 por ciento, especialistas aseguran que la gente podría olvidar los efectos fatales de la enfermedad, al grado de tener relaciones sexuales sin protección por la ausencia de temor al contagio.
Esta pastilla ha causado polémica en los lugares en donde se ha vendido. (Foto: El Mundo)
Truvada está compuesta de Emtricitabina y Tenofovir, y ya fue lanzada a la venta en Estados Unidos, Francia, Sudáfrica, Tailandia, Canadá y Brasil, país en donde el programa nacional de VIH del Ministerio de Salud comenzó a brindarla a través de algo conocido como profilaxis previa a la exposición (PPRE, por sus siglas en inglés).
El tratamiento es sencillo de llevar: una pastilla diaria a manera de prevención. El estudio para comprobar la eficacia del medicamento incluyó un año de uso de Truvada en 557 pacientes que específicamente eran homosexuales o mujeres transgénero. La investigación arrojó que el 63 por ciento de los voluntarios mostró niveles de sangre correspondientes a haberla tomado durante cuatro días a la semana.
Esta dosis, aunque es menor a la recomendada, ofreció resultados favorables, pues sólo dos pacientes contrajeron VIH. Sus niveles de sangre presentaron cero consumo de Truvada.
Su venta podría suponer su consumo desmedido. (Foto: El País)
La preocupación por el uso de la píldora como sustituto de un método anticonceptivo para evitar no sólo contagiarse de VIH sino de otra ETS, es lo que ocupa a los investigadores que desarrollaron la pastilla. Es necesario que la población sepa, antes de cualquier otra cosa, que debe usarse como una forma extra de protección en las relaciones sexuales, pues no previene otras enfermedades.
Es necesario también, que aquellos que estén interesados en adquirirlas cuando lleguen al país, se realicen estudios previos para saber si son aptos para recibir la medicación, pues el tratamiento puede durar desde meses a algunos años.
Su llegada provocó también que diversas organizaciones ya solicitaran al gobierno mexicano el suministro de esta pastilla en zonas en donde el riesgo de contagio es mayor. Lo que se pretende con la venta de Truvada es que se disminuyan significativamente las cifras de personas con VIH. El año 2030 es la meta para que ese quinto lugar que ocupamos actualmente, se reduzca de manera considerable.
Podría interesarte:
Científicos logran crear un antiviral que erradicaría el VIH
Doce mil pacientes con VIH sin servicio en CDMX porque “ya no hay dinero”
La preocupante y silenciosa expansión del VIH en Latinoamérica