Jayne tiene 49 años y cuenta que después de una cirugía fue diagnosticada con fascitis necrosante. Sus piernas estaban siendo carcomidas de una manera tan rápida, que parecía que se estuvieran consumiendo por un fuego voraz. Desde la mitad de los muslos y hasta los pies, su piel se iba quemando, royendo.
Y eso no sólo le sucede a Jayne. Aimee comenzó con un brote de fascitis necrosante que no fue tan potente como el de Jayne, sin embargo, le cambió la vida. Ambas mujeres decidieron esconderse por el acoso, la discriminación, los ataques. Todo debido a esta enfermedad que es más común de lo que nos imaginamos.
¿Qué es la fascitis necrosante?
De acuerdo al portal de Salud de nuestro país, la fascitis necrosante es una infección rápidamente progresiva que afecta piel, tejido celular subcutáneo, fascia superficial y profunda que produce necrosis hística con manifestaciones de toxicidad sistémica.
Se caracteriza por un curso fulminante con elevada mortalidad de no ser atendida con oportunidad. Su presentación clínica clásica es una combinación de síntomas locales y sistémicos graves, de hecho, la mayoría de los autores la describen como una sepsis grave, como la que sufrió Aimee en su rostro, misma que después de transformó en psoriasis.
Aunque esta definición implica con mayor importancia su origen infeccioso, no debemos olvida el origen traumático, como sucede en la lesión de Morel-Lavallee, cuando se tiene una fractura expuesta o una lesión abierta o cerrada por el machacamiento que produce un desprendimiento de la piel.
‘Mis piernas parecían como de la serie ‘The Walking Dead’
Jayne describió a la BBC de Londres que “al principio no tenía carne en los huesos. Tuvieron que tomar piel de mi espalda, trasero y estómago para injertarla en mis piernas. Parece cuero de reptil”, relata al programa Woman’s hour.
“Sufría de lipedema, que es una acumulación anormal de tejido adiposo de la cintura para abajo”, agregaba. Aflige primordialmente a las mujeres y no se puede eliminar con dieta ni ejercicio. “En 2017 junté el valor y decidí hacerme una cirugía”.
“Pasaron unas seis o siete semanas antes de que pudiera ver cómo quedaron mis piernas y fue un shock enorme. Parecían como si fueran de la serie ‘The Walking dead’. Mentalmente ha sido muy difícil pues sufro de trastorno por estrés postraumático”, reveló. Aunque no ha sido fácil para estas mujeres, la realidad es que desean salir adelante sin importarles lo que la gente las critique.
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