No se trata del baby talk que aplicas para obtener algo gracioso que grabar con el celular o simplemente ser ridículo con tus hijos, es trascender las barreras de lo más increíble que nos dejó la evolución: el lenguaje.
Comunicarse con bebés es un reto difícil de esquivar porque no sólo expresa los deseos de comunicación efectiva con los críos, sino la necesidad de aliviar las neurosis y ansiedades de adulto que quieren asegurarse a toda costa que todo está bajo control para nuestros bebés.
A lo largo de las décadas, no sólo se sabe que comunicarse con los bebés desde que están en el útero influye en su desarrollo como personas, hasta han surgido modas de audiolibros o música especialmente para ellos. Esta vez no es diferente, pero incluso se ha ido más allá: un nuevo estudio del Departamento de Psicológicas y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Indiana y Iowa descubrió que escuchar los balbuceos de los bebés y responder a ellos acelera el desarrollo de su lenguaje verbal un 60 por ciento.
La imitación es la primera lección de valor para los bebés, cuidado con lo que les enseñas. (Fuente: Pixabay)
Las pruebas fueron hechas a un grupo de madres y sus bebés en dos sesiones de juego, uno no estructurado y el otro sí durante seis meses, comenzando cuando los bebés tenían ocho meses de edad. Con el primero, se hizo la técnica de respuestas “redirigidas” que se trató de no hacer caso a los gorgojeos y desviarles la atención a un juguete, el segundo grupo fue el de las respuestas “sensibles”, donde las madres y padres replicaron e imitaron los sonidos que el bebé hizo verbalmente:
«Las imitaciones raramente tomaban la forma de imitar el sonido que hacía el infante, pero más a menudo involucraba a la madre que modelaba la palabra que el sonido se aproximaba y expandía (por ejemplo, si el infante pronunciaba “da-da-da”, la madre decía “Da-da está trabajando. Yo soy ma-ma”)», se detalló en el estudio liderado por la Dra. Julie Gros-Louis, profesora en la Universidad de Iowa.
Un mes después de la última sesión de ambos grupos, los bebés cuyas madres respondieron sensiblemente mostraron un avance adelantado en vocalizaciones —emitieron balbuceos más parecidos a palabras existentes— que los que tomaron las sesiones no estructuradas. Los bebés más hábiles con su balbuceo indicaban un previo del habla más que sólo balbuceos.
En conclusión, la manera en la que los padres hablan con sus hijos es igual de importante que la frecuencia. Así que si tienes un bebé, habla con él, seguro te responderá articuladamente más pronto de lo que crees. Sólo ten cuidado con lo que les dices, quizá, en un futuro no muy lejano, pueda ser usado en tu contra.