Hay pocos personajes en la historia de la humanidad que todo el mundo conozca. Puede que su conocimiento sea básico, pero no se ignora su existencia. Cleopatra es uno de ellos; sin embargo, bien podría ser uno de los personajes más tergiversados de la historia.
Hollywood no ha ayudado mucho a cambiar la narrativa de Cleopatra (creada en su propia época) de la maquiavélica seductora que engatuzó a dos de los hombres más poderosos de su tiempo. Parece que la industria no está dispuesta a cambiar en ese aspecto, y la nueva docuserie La reina Cleopatra sigue presentando una imagen inexacta de la poderosa faraona.
La nueva docuserie de Jada Pinkett-Smith ha suscitado todo tipo de reacciones negativas que incluso han provocado acciones legales contra Netflix. La representación de la icónica reina ha sido considerada una de las peores representaciones del personaje, y tanto el público como la crítica han mostrado su descontento por la serie de cuatro episodios. Sólo en RottenTomatoes, La reina Cleopatra tiene sólo un 10% de reseñas positivas por parte de la crítica y sólo un 2% en cuanto a la aprobación del público. La razón principal, que la actriz que interpreta a Cleopatra es negra. No lo era.
¿Por qué la docuserie ha recibido tantas críticas?
Desde el lanzamiento del tráiler, la gente se enojó por la representación de Cleopatra, obligando incluso a Netflix a bloquear los comentarios en el vídeo. La serie documental pretende celebrar a Cleopatra como una gobernante africana fuerte, independiente, empoderada y, como hemos visto, una mujer negra. Sin embargo, historiadores e incluso egipcios han considerado esta representación inexacta y ofensiva. Afirman que esta falsa representación en un documental no hace sino borrar la historia egipcia de forma tan grave como las anteriores producciones de Hollywood.
Egipto no se anda con rodeos en este asunto, y muchas producciones que retratan el Antiguo Egipto han sido prohibidas en el país durante décadas. Ésta no es la excepción. El Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, organismo encargado de proteger el patrimonio egipcio, ha dicho que La reina Cleopatra es una “falsificación de la historia egipcia”, y un abogado ya ha presentado una denuncia para que Netflix borre la docuserie.
¿Era Cleopatra negra?
Aunque no existe ningún método científico para determinar el origen étnico de Cleopatra, hay pruebas históricas que demuestran su linaje. Fue la última de la dinastía ptolemaica, un linaje de reyes greco-macedonios que gobernó Egipto desde el 323 a.C. hasta el 30 a.C. Esta dinastía en concreto era conocida por casarse con personas de su misma familia, lo que significa que es muy poco probable que Cleopatra tuviera sangre egipcia autóctona.
No sólo eso, las representaciones contemporáneas de Cleopatra la muestran con rasgos griegos clásicos, como declaró el Gobierno egipcio en redes sociales cuando se anunció la docuserie. Aun así, la serie abre la incógnita sobre sus orígenes, ya que básicamente no hay información sobre la madre o la abuela de Cleopatra. De nuevo, es muy poco probable que no fueran macedonias.
Ahora bien, ¿importa el color de su piel? Parece que la serie está forzando una narrativa moderna en la vida de Cleopatra en lugar de centrarse en sus hechos. La cuestión de su étnia o el color de la piel no tendría importancia en su época, ya que estos conceptos no se consideraban tal y como los entendemos ahora.
Tina Gharavi, directora de La reina Cleopatra, intentó defender su docuserie preguntando: “¿Por qué algunas personas necesitan que Cleopatra sea blanca?”. Nadie lo necesita. Añadió que además de hacer una serie que presenta a Cleopatra como una mujer negra pretendía pedir al pueblo egipcio que se considerara a sí mismo como africano, lo que obviamente desató aún más reacciones en contra. ¿Por qué? Egipto se encuentra en el noreste de África y, aunque pertenece al continente africano, su cultura e historia no coinciden con las de otros países africanos.
En la Antigüedad, Egipto se consideraba parte del mundo mediterráneo y la entrada a África, pero no precisamente como parte del territorio. Además, Egipto fue conquistado por los árabes en el siglo VII, introduciendo en el país esa cultura, lengua e incluso religión. Históricamente, Egipto ha tenido más en común con el Medio Oriente que con África, y por ello, a pesar de la situación geográfica, se identifican más con el mundo árabe que con África.
Además, como ya se ha mencionado, en la época de Cleopatra, la idea de etnia no se percibía como hoy en día sobre el color de la piel, sino más bien sobre la cultura y la herencia; por lo tanto, la complexión de su piel no habría sido relevante para su identidad. Esta serie intenta construir de forma inexacta una narrativa de una mujer orgullosa de sus raíces, lo que en realidad no era el caso. Como dice la egiptóloga Monica Hanna: “Este uso y abuso del pasado para agendas modernas sólo nos perjudicará a todos, porque dará una imagen distorsionada del pasado”.
El afrocentrismo y el núcleo de las inexactitudes
Lo que muchos críticos e historiadores egipcios han afirmado es que existe una insistencia en considerar Egipto y su historia como fundamentados en la de las culturas centroafricanas. El afrocentrismo nació como una necesidad de los afroamericanos de conectar con su herencia y sus raíces, pero de algún modo se quedó demasiado lejos en el camino.
Algunos afrocentristas han afirmado que el Antiguo Egipto es la civilización negra que dio origen a la historia y la cultura de África; que era LA civilización global hasta que fue saqueada por los europeos. Se trata de una idea bastante reduccionista e inexacta. Pero este afán por intentar encajar la grandeza de Egipto en esa narrativa acaba borrando la diversidad y la multiculturalidad que hicieron del Antiguo Egipto la importante civilización que fue. Además, esta corriente de pensamiento ha reproducido la historia de que los egipcios actuales descienden de invasores árabes que asolaron y desplazaron a los egipcios negros originarios. De nuevo, esto sólo intenta borrar siglos de historia e identidad y, con razón, es lo que enfada a los egipcios de hoy.
“Que un afroamericano que nunca ha estado en Egipto diga que ‘esta es nuestra herencia y los egipcios modernos son esos invasores árabes’ es muy insultante”, afirmó Yasmin El Shazly, subdirectora de investigación y programas del Centro de Investigación de Estados Unidos en Egipto. En cuanto a La reina Cleopatra, añadió: “¿Cómo puede alguien que ni siquiera es de mi país atribuirse el mérito de mi cultura sólo por el color de su piel?”. Este es uno de los principales problemas de la serie. Fue creada por estadounidenses y sólo cuenta con una experta egipcia en el proyecto.
Jada Pinkett-Smith, productora de la docuserie, dijo sobre el proyecto que “no solemos ver ni oír historias de reinas negras, y conocer esas historias era muy importante para mí, para mi hija y para mi comunidad, porque hay muchas historias de reinas negras”. No podríamos estar más de acuerdo, pero ¿no tendría sentido hablar realmente de reinas africanas negras desconocidas en lugar de inventar que una de las gobernantes más famosas de la historia era negra? Hay montones de soberanas negras increíbles de las que se puede hablar, como la reina Arawelo de Somalia, la reina Kandake, emperatriz de Etiopía, Yaa Asantewaa del Imperio Ashanti, y muchas más. ¿Por qué forzar puntos de vista étnicos modernos sobre Cleopatra, que claramente no era negra?
