“Oso Intoxicado” ya llegó a los cines de nuestro país, prometido como un blockbuster de primavera que nos mantendrá conversando durante un muy buen rato.
Y eso es porque se trata de una película que, como su nombre indica, juega con una idea un poco absurda pero no del todo descabellada: un oso que termina drogándose por accidente tras zamparse un montón de bolsas llenas de cocaína que cayeron a una reserva ecológica por equivocación.
El resto de la historia, como te lo contamos en nuestro artículo de opinión (al que puedes acceder en este enlace), sigue a un grupo de humanos que busca al oso ya sea para seguirle la pista al resto de la cocaína que cayó en el cuadrante por error o para salvar a un ser querido de sus garras.
Pero aún tratándose de una absurda aunque divertida y liviana historia, lograr una película como “Oso Intoxicado” fue un trabajo bastante complejo a distintos niveles.

Los retos de armar una película como “Oso Intoxicado”
En entrevista para Cultura Colectiva, la directora del filme, Elizabeth Banks, así como parte del elenco, detallaron los retos que enfrentaron para lograr esta increíble trama.
“Una de las cosas más locas de estas películas es que nunca logras ver en realidad, hasta el final, cómo se ve el oso. Qué tan feroz o qué tan real puede ser.
“Nuestra experiencia con esto siempre fue Liz (Banks) en el micrófono hablándonos y diciendo cosas como: ‘¡Ok, y ahora está rompiendo algo, y hay sangre, y su pierna es arrojada hacia un árbol!’”, detalló la actriz Kerri Rusell, quien interpreta a Sari.
Y aunque para la propia cineasta, hacer “Oso intoxicado” ya fue un reto por sí solo, la locación y ambientación fueron especialmente complicados:
“Cada vez que haces una película, todo es resolver problemas al momento cada día, y algunas veces hay problemas logísticos que no puedes predecir. (…) Yo no pude predecir que en una isla de Irlanda, en donde hicimos esta película, que supuestamente tenía que estar instaurada en Estados Unidos en 1985, no iban a tener ningún carro antiguo que necesitábamos para nuestra película”, comentó.

“Siendo honesta, el mayor reto de esta película no fue el oso, porque ya sabía cómo lidiar con eso, sino conseguir una j*dida ambulancia y llevarla a Irlanda”.
Y si rodar en una isla sin suficientes elementos de ambientación no fuera suficientemente retador, siempre puedes arriesgar tu reputación y futuro en el medio.
Banks de hecho confesó que el largometraje podría implicar el fin de su carrera, aunque no porque la historia no funcionara entre el público, sino por el miedo a que el oso no fuera lo suficientemente realista para su audiencia:
“Llegué a pensar: ‘Si este oso no funciona, toda la película se cae’. Si se veía muy animado o poco realista, como ‘Sharknado’, habría sido devastador”
El realismo del oso, pues, lo era todo:
“Esa fue la mayor pregunta para mí al seguir adelante: ¿el oso se verá lo suficientemente realista y fotogénico para seguir con este viaje, y mis compañeros podrán desarrollar a este oso, y tendré el suficiente apoyo y recursos para corregir errores si es que llego a odiar al oso?”, añadió.

“Es decir: Jar Jar Binks existe, amigos, y yo no quería hacer a Jar Jar Binks en mi j*dida película, a eso me refería. Era algo que me aterrorizaba terriblemente: el no saber si el oso iba a funcionar”.
La verdadera misión de “Oso intoxicado”
Hace no tanto, la humanidad pasó por mucha ansiedad y dolor tratando de sobrevivir a la pandemia de Covid-19. Necesitamos y merecemos divertirnos, y precisamente eso es lo que busca esta película.
Y justo para Banks, un largometraje de este estilo era necesario para toda la gente que había vivido mucho tiempo en el encierro:
“Escribí este guion durante el caos de la pandemia y el trauma que vino con todo eso, y lo escribí pensando: ‘No hay una mejor metáfora para el caos que rodea mi vida que este oso intoxicado’.
“Y hacer esta película fue casi como una forma de domar ese caos; de tener una especie de experiencia catártica común al hacer una colaboración con mis amigos en el bosque y que todos estuviéramos como: ‘¡Wow! ¡Podemos sobrellevar esto juntos!’”

Esa es la verdadera misión de un director, considera Banks.
“El poder de un director está en crear una experiencia visceral cinematográfica para la audiencia, y con esta película sabía que podía lograrlo mejor de como lo había hecho antes. Y lo he visto con la gente”, afirmó.
“Amo ver cómo reaccionan físicamente con lo que ven, ya sea removiéndose en sus asientos y tapándose los ojos o riendo. Es muy divertido sentir a la gente sintiendo la película, y eso es lo que más me enorgullece.
Lo mejor de todo es que su elenco también sabía que este proyecto iba a funcionar.
“¿Quién le iba a decir no a ‘Oso Intoxicado’? Cuando el guion vino a mí dije: ‘Sí, por favor’. Porque venimos de una pandemia en donde las cosas fueron muy oscuras y todo era muy pesado, y fue un sencillo ‘Sí’ para mí en aquel momento.

“(La película) Se prestó para hacer en mi descanso algo más ligero, diferente y extraño, porque el cuerpo más grande de mi trabajo era un poco más serio”, agregó Russell.
“Oso Intoxicado” es una experiencia distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en el cine, ya que busca jugar con lo absurdo de un oso drogado y conceptos como la familia y el amor en una mezcla que a nadie más se le habría ocurrido.
“Esta película trata sobre esos personajes que necesitan conectarse entre sí; sobre la paternidad. Hay un montón de temáticas sobre padres e hijos, madres e hijas, y la revelación de que el oso en realidad es una osa tratando de proteger a sus crías trae una sensación de cohesión a la historia que fue bastante satisfactoria para mí”, explicó Banks.
La cinta ya está disponible en la cartelera de nuestro país, así que es momento de sacar los boletos para tu cine de confianza y disfrutar de esta producción que seguro te sacará más de una carcajada.