Cuando crucé la línea de los 12 años y me enfrentaba a un mundo que me parecía hostil, de una forma terrible el cine fue mi salvación. Encontré historias hermosas y complejas en un mundo que, aunque no parecía tan lejano al mío, se veía completamente ajeno. Durante ese tiempo también descubrí que como individuo me estaba formando como un introvertido. No me gustaba hablar en los grupos grandes de personas y mantuve mis pensamientos y comentarios en secreto, principalmente porque pensaba que los demás se reirían si les comenzaba a hablar de las “cosas bonitas” que veía en la pantalla.
Entonces mi condición de introvertido me llevó a ser más solitario y alejarme cada vez más de las personas mientras me acercaba aun con más energía a ver las películas que había comprado el fin de semana —no había Internet de alta velocidad, ni Netflix—. En un punto me sentí absolutamente contento porque descubrí que en el cine también había personajes que se parecían a mí. No precisamente en que eran unas personas ermitañas a sus 14 años, sino porque su introversión conectaba absolutamente con la mía. Aunque sus costumbres eran diferentes, no estábamos tan alejados.
Eventualmente me llené de este tipo de historias y logré ver que la introversión, que era parte de mi persona y de los personajes, puede llevar por distintos caminos. Aunque algunos eran normales y parecían indicar que nada estaba mal conmigo, otros se dejaban llevar por su ansiedad o enojo que, aunado a su condición, empeoraba su estado mental. Me asusté por algunos de esos casos, pero comprendí que a todos nos afecta de forma diferente.
Una persona introvertida tiende a encerrarse en sí mismo y se encuentra con dificultades para expresar de forma “normal” sus sentimientos y pensamientos. Algunos encontramos la forma de sacarlos de nuestro sistema y abrir aunque sea una ventana al resto del mundo desde donde podamos observarlo de forma segura; pero otros embotellan todo lo que sienten y pueden explotar. El cine cubre la mayoría de los casos, me enseñó sobre mi condición y cómo la introversión no es mala, pero puede serlo.
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Amélie (2001) – Jean-Pierre Jeunet
Creo que la mayoría conoce la historia de Amelié Poulain, una comedia romántica que nos lleva por la aventura de esta detective introvertida con unas costumbres muy peculiares. Es una de las obras más bellas de inicio de siglo, pues parece que proviene de un cuento de hadas. Quisiéramos que nos pasara todo lo que le sucede a Amelié. Una gran imaginación es el mejor lugar para un introvertido y esta asombrosa mujer nos lo demuestra.
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The Royal Tenenbaums (2001) – Wes Anderson
Sin un protagonista fijo, esta historia hace saltos entre los hijos de Royal y Etheline, quienes son introvertidos a su propia manera debido a la forma en la que fueron criados. Un joven de negocios, una escritora —adoptiva— de teatro y un pródigo del tenis se encuentran con que la comunicación es la única forma de salvar a su familia después de tanto tiempo de callar sus pensamientos.
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The Station Agent (2003) – Tom McCarthy
Peter Dinklage, en un papel espectacular, interpreta a un hombre que trabaja en una tienda de modelos de trenes, aunque todos los días se incomoda por cómo la gente lo observa por ser enano. Cuando su amigo Henry muere, le deja un vagón de tren en una propiedad rural. Toda la vida ha tratado de mantenerse desapercibido, pero sus nuevos vecinos y su propio sentimiento de soledad lo atraerán a un mundo fresco con nuevos amigos.
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Pi (1998) – Darren Aronofsky
Dirigida por Darren Aronofski, además de tocar el tema de la intensa introversión y el daño mental, cubre temas de religión, misticismo y cómo la perfección de las matemáticas puede explicar el universo. La obsesión de Max entre la relación de esa materia con el mundo parece abrumarlo cuando encuentra que la imperfección está en todas partes. La cinematografía plasma la paranoia, la soledad y el pánico de sentir que el mundo es más ajeno a nosotros de lo que pensábamos.
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Donnie Darko (2001) – Richard Kelly
Donnie Darko puede tratar de muchas cosas o de nada en absoluto sin perder la genialidad del análisis de la cabeza de un adolescente perturbado. Darko ya asiste al psiquiatra para cuando la historia comienza y después conoce al conejo Frank, quien le dice que el mundo se acabará en 28 días. Esto abruma la mente del joven, pero tiene un efecto grande en sus relaciones interpersonales y cómo su preocupación por las personas puede influir en más de un sentido en el mundo.
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Taxi Driver (1976) – Martin Scorsese
Posiblemente una de las mejores películas de todos los tiempos. Travis es un marine que debe encontrar una nueva forma de vivir en Nueva York después de que terminara la guerra de Vietnam. Esta cinta toma los temas del estrés postraumático y cómo la soledad en exceso hace que todos los pensamientos y sentimientos hagan explotar la cabeza. Eventualmente Travis pierde noción sobre lo que es real y lo que no, generando una visión violenta del mundo en el que habita.
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Lars and the Real Girl (2004) – Craig Gillespie
Lars es un joven que, a causa de la muerte de su madre en su nacimiento y la negligencia de su padre, desarrolla una especie de autismo, lo que explica su introversión. La conexión con las personas cercanas a su vida es muy limitada y simplemente se queda encerrado en su hogar. Un día decide conseguir una compañera… de plástico; Lars adquiere una muñeca anatómicamente correcta y la presenta como su novia. El pueblo entero lo sigue en su fantasía y le permite avanzar para después poder experimentar una verdadera conexión personal.
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Frank (2014) – Lenny Abrahamson
Aunque Frank no es el protagonista de esta historia, su nombre está en el título y es majestuosamente interpretado por Michael Fassbender (bajo esa enorme máscara). Frank es un genio musical que le cuesta trabajo expresarse de una manera adecuada. Cuando llega el protagonista Jon a participar en su banda, su sistema de relaciones se empieza a desplomar y su confianza musical se deteriora. Algunos necesitan mantenerse en el anonimato para no perder la cabeza (aunque sea de papel maché).
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Edward Scissorhands (1990) – Tim Burton
Edward es un experimento de un doctor que simplemente buscaba ser acompañado. Como resultado, Edward es una figura amorosa, pero como no está “completo”, sus manos de tijera y su aspecto raro harán que el pueblo desconfíe de sus intenciones y sus talentos. Eventualmente los sentimientos de Edward y su incapacidad de expresarse apropiadamente lo llevarán a meterse en algunos problemas.
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Garden State (2004) – Zach Braff
Andrew es un joven actor que se ha sentido entumido durante los últimos años porque ha estado medicado la mayor parte del tiempo. Cuando su madre muere debe visitar su pueblo natal y enfrentarse a todos aquéllos que piensan que es un actor exitoso, a pesar de que la realidad es otra. Conoce a una mujer absolutamente contraria a él y junto con su mejor amigo emprenden un recorrido alrededor del pueblo para descubrir algo más que simples paisajes.
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Cashback (2006) – Sean Ellis
Un absoluto análisis personal en la introversión. Ben es un artista que sufre de insomnio a causa de la ruptura con su pareja. Para mantenerse ocupado comienza a trabajar en un supermercado. Ahí conoce a distintos tipos de personajes, pero su imaginación toma una tangente compleja: puede detener el tiempo mientras mira los pasillos. Después comienza a tener flashbacks y a analizar la forma en la que avanzaron ciertos hechos para descubrir más sobre sí mismo. Una obra necesaria para introvertidos y daydreamers.
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Demolition (2015) – Jean-Marc Vallée
Todo va bien en la vida de Davis. Tiene una rutina que sigue fervientemente, una esposa a la que ama y millones en el banco; pero un día un camión choca con su automóvil y pierde a su esposa. Es entonces cuando escribe a una compañía de máquinas expendidoras porque una bolsa de M&M’s quedó atrapada, pero en lugar de eso, empieza a explicar toda su vida y que probablemente no amaba a su esposa. A partir de esto empieza a demoler su vida para encontrar sentido a lo que queda de ella.
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The End of the Tour (2015) – James Ponsoldt
David Foster Wallace es uno de los escritores más interesantes que han existido. De sus dedos surgen historias complejas, fuertes y raras, entonces comprender cómo era realmente Wallace puede ser un absoluto misterio. En esta cinta, que sigue una entrevista que le hizo David Lipski, encontramos la mentalidad absoluta del introvertido creativo de la voz de Wallace. Su miedo a la tecnología, a la opinión de la gente y a sus mismas obras demuestran que ser introvertido no significa ser débil.
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Big Fan (2009) – Robert D. Siegel
Paul es un trabajador de estacionamiento que, a su edad adulta, vive con su madre y está absolutamente obsesionado con el fútbol americano. No encuentra conexión con nadie cerca de él y apunta todos sus pensamientos en una libreta para cuando llegue la noche. Centra su vida en hablar a los programas de radio para dar su opinión, pero todo gira alrededor del fútbol. Su cabeza comienza a cambiar cuando su equipo pierde a lo largo de la temporada y un molesto comentador de otro estado los insulta programa tras programa.
https://www.youtube.com/watch?v=wybmI_ezdAQ
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Chronicle (2012) – Josh Trank
¿Qué pasaría si de pronto un grupo de incomprendidos obtiene superpoderes? Dane DeHaan protagoniza esta historia que, aunque al principio parece inocente y similar a cualquier película de héroes, se convierte en un análisis de cómo cierta actitud social o algún tipo de maltrato puede afectar a un nivel muy profundo a cualquier persona, especialmente si es muy joven. Quizá no salvaría el mundo, sino ayudaría a destruirlo.
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Birdman (2014) – Alejandro González Iñárritu
La introversión y el silencio de Riggan, a través de su vida y la película, lo llevan a escuchar a Birdman en su oído diciéndole lo que necesita escuchar si quisiera vivir en un mundo de fantasía. Su obsesión por ser reconocido y no ser recordado por su papel de héroe lo separa de su familia, amigos y lo pone en un camino de autodestrucción que, irónicamente, termina en éxito.
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Dogtooth (2009) – Yorgos Lanthimos
No apta para sensibles. Dogtooth sigue a unos hijos encerrados por un padre paranoico que les dice que afuera el mundo se está incendiando. El silencio de los jóvenes y su falta de comprensión del mundo los llevan a cuestionar constantemente y callar para no ser juzgados hasta que ellos mismos descubran la verdad. Podría ser una metáfora sobre la adolescencia introvertida, pero es más un reflejo de una sociedad cegada y la hostilidad a la que a veces nos encontramos como individuos.
https://www.youtube.com/watch?v=QFtDzK64-pk
Para un introvertido el mundo puede parecer violento y triste, pero mantenernos en silencio y atentos todo el tiempo nos permite analizar todos los ángulos de las distintas historias que nos encontramos. No todo es tan malo y no todo es brillante; es parte de la tragedia hallar ese contraste y sentirnos solos, aunque no lo estamos.
A veces sólo necesitamos conectar con alguien para abrirnos un poco y aunque sea complicado, eventualmente se podrá. Mientras tanto, tenemos el cine y el arte; en el mundo que creamos no hay un daño directo.