Tu corazón es puro.
¡Regocíjate!
Los rotos son más evolucionados.
Regocíjate…
-“Split” (2017)
¿Cuáles son los verdaderos límites de la mente?
Durante un largo tiempo se ha argumentado que los humanos sólo usan una pequeña parte de su cerebro y que sólo algunos pocos pueden desatar el verdadero potencial de la mente.
Se asegura que aquellos experimentados en las matemáticas o en la filosofía tienen el don de llevar sus posibilidades intelectuales más allá de lo que el individuo promedio, pero lo cierto es que solamente explotan ciertas áreas de la composición cerebral, dejando de lado otras tareas.
Utilizar por completo los procesos cognitivos simultáneamente significaría tener habilidades insólitas sintetizadas en un sólo cuerpo. El resultado sería tener conocimientos de diferentes materias, talentos y pensamientos jamás imaginados por el hombre.
Si lo anterior resultara en una realidad, creando una especie de identidad divina, ¿la mente misma lo soportaría?
El más reciente trabajo cinematográfico del controversial cineasta M. Night Shyamalan trata de resolver ambas cuestiones. Con “Split” como título (o “Fragmentado” en Latinoamérica), presenta la historia de un hombre llamado Kevin, quien tiene 23 personalidades diferentes viviendo dentro de su cuerpo, y aunque al inicio parezca otro thriller absurdo –como los trabajos anteriores del director– es en realidad un fascinante relato sobre cómo el daño psicológico puede crear mentes más complejas a partir del dolor.
James McAvoy, uno de los más reconocidos en años recientes, revela su potencial como actor al interpretar a siete de las personalidades de Kevin. Oculta por completo su acento escocés y convence a la audiencia como cada una de las figuras que luchan por el control del cuerpo del protagonista. Tiene tics específicos para interpretar a algunos, sus patrones de habla son perturbadores (pero no de manera falsa) y hace cambios en pocos segundos. Aunque jamás estará nominado al Premio Óscar por este papel, indudablemente es un claro ejemplo del talento que Hollywood suele ignorar.
Dennis, una de las identidades, comienza la cinta comience al secuestrar a tres jóvenes chicas. Dos son adolescentes populares en su preparatoria, mientras que la principal, llamada Casey (Anya Taylor-Joy) es una joven con su propia condición psicológica revelada a través de flash backs a lo largo de la cinta. Dennis es un hombre serio, tenso y junto con Bárbara y Hedwick (dos personalidades más) está convencido de que una figura llamada “la Bestia” se apoderará de Kevin y superará a los humanos por completo, dándoles dolor y pesadillas.
Los elementos que usa Shyamalan, a pesar de estar situados en un escenario realista, incluyen fantasía y ciencia ficción; rememora más de una vez a su último éxito “Unbreakable” pero gracias a su fotografía simple y su escenario primordialmente encerrado, parece creíble. Retoma sus talentos y crea tensión sin dejar de lado los pequeños chistes para aligerar la marcha, y por primera vez abandona su técnica clásica cambiando la trama, enfocándose a un ángulo mucho más personal y trágico. Mediante una historia de suspenso, habla sobre soledad, humanidad, comprensión y el resentimiento de quienes sufren traumas y dolores hacia aquellos que tienen vidas privilegiadas y que jamás aprovecharán su mente, pues nunca habrán tenido dificultades para seguir adelante.
El director aprovecha todo lo que McAvoy tiene para ofrecer y se revela cuando el espectador nota que no existe un score que acompañe a las imágenes. En pocos momentos se escucha una sutil música, pero el resto sugiere que no hay nada; crea un sentir de aislamiento y por primera vez desde “El sexto sentido” mantiene al público interesado en suposiciones, no en hechos. No sabemos en dónde están encerradas las jóvenes, se duda del resto de los personajes y nada parece seguro hasta que lo vemos en pantalla.
El director finalmente recuerda cómo atraer hacia una historia original y es más que claro que pasó los últimos años analizando los trabajos de Hitchcock para volver a sus raíces. El cambio se nota desde que la secuencia inicial se asemeja a la que apareció en la clásica “Psycho”. No se aleja de la evolución del cine y se aprovecha de lo sencillo que es lograr algunos efectos visuales para impulsar el desarrollo de personajes. Notamos los problemas de Kevin en los close-ups de McAvoy y la angustia de las chicas es marcada con ágiles interacciones con las cámaras. La exigencia es mucho mayor y finalmente parece avanzar como creador.
“Split” es un fantástico viaje de regreso al cine thriller independiente de calidad. La madurez del director finalmente le abrió los ojos para impulsar talentos como el de de McAvoy, pero también le ayudó a crear historias más sólidas. Extraer un mensaje humano por medio de la fantasía y la tensión ficticia. Aunque en un momento todo lo que se ve en pantalla parece falso, aún se crea un vínculo a través del dolor. La cinta presenta una apertura a la tragedia, pues quizás esa sea la única forma de ser superior y de encontrar un lugar en el mundo.
Entonces así sabremos que no hay límites para la mente.