No podríamos detenernos nunca a explicar qué es surrealismo porque las palabras no darían lo suficiente. Tendríamos que traspasar las barreras del tiempo y el espacio para poder hablar exactamente sobre el significado de lo surreal. Sin embargo, podemos mencionar que Francia es considerada la cuna de un movimiento intelectual que supo evolucionar del Dadá y traspasar al resto de vanguardias en la Tierra.
Este aspecto ha sido decisivo para considerar a cualquier iniciativa que provenga de dicho país y que busque quebrar la imaginación y el subconsciente, como el más franco acto de vivir en los términos de lo no cotidiano. De esta manera, todo remanente del estilo que marcó a la Europa de la II Guerra Mundial –éste liderado por Dalí y Breton– puede ser considerado hasta el día de hoy cual ejercicio de la mente abierta, de un juego que, abandonando parcialmente a la pintura, ha encontrado refugio en disciplinas propias de nuestra época.
Una de esas prácticas contemporáneas es, evidentemente, el cine. Un lugar que permite todo desdoblamiento del lenguaje y toda experimentación visual, que le permite a esos franceses fascinados por lo abstracto, lo psíquico y lo fantástico dar rienda suelta a su imaginación en los campos de lo fílmico.
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“Blood of a Poet” (1932) – Jean Cocteau
Este filme lo tiene todo para ser el surrealismo perfecto: viajes en el universo, estatuas u objetos parlantes, lenguajes deconstruidos y un mensaje poco claro, el cual parece no ser único o incluso definido.
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“Celine and Julie Go Boating” (1974) – Jacques Rivette
Con una clara intención de hacer una película lo más onírica posible, Rivette logró una cinta genuina e infantil (no en un sentido despectivo) que fue catalogada por los críticos como la narrativa visual más importantes después de “Citizen Kane”.
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“Eyes Without a Face” (1960) – Georges Franju
A partir de ángulos poco comunes y una cosmogonía espectacular, el filme de Franju incorporó a nuestra historia elementos clave para el cine noir, el drama psicológico y el terror moderno. La máscara de Mike Myers (“Halloween”) está inspirada en este rostro.
https://www.youtube.com/watch?v=TGNFynNqJ2A
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“The City of Lost Children” (1995) – Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro
Con el propósito de robar los sueños infantiles, el protagonista de este largometraje es el personaje surreal perfecto de finales del siglo pasado. Una vez más, ángulos, música y diálogos hicieron todo por proveer un mundo tanto fuera como dentro del nuestro.
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“Enter the Void” (2009) – Gaspar Noé
Noé, mejor conocido como el director de “Irreversible”, aporta viajes extraordinarios y reflexiones en extremo peculiares a partir de su visión innovadora. Repleta de imágenes psicodélicas, música techno y el movimiento de cámara que le caracteriza, “Enter the Void” es un clásico contemporáneo para el surrealismo francés.
https://www.youtube.com/watch?v=bKRxDP–e-Y
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“Last Year at Marienbad” (1961) – Alain Resnais
Con un set peculiar y cambios de claroscuro en su realización, la geometría y la organicidad del filme forman un universo que marcó por siempre la manera de hacer cine en Europa y el mundo. Puede ser en extremo adorable o detestable, dependiendo de la paciencia para enfrentarse a guiones tan cambiantes como el que tiene esta producción.
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“The Triplets of Belleville” (2003) – Sylvain Chomet
Suele pensarse que esta película animada es un proyecto llevado a cabo para un público infantil y quizá lo sea, pero no en un sentido restrictivo; prácticamente sin diálogos y con una compleja manera de presentar el humor y el drama, estos dibujos se han vuelto centrales en el surrealismo francés.
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“The Science of Sleep” (2006) – Michel Gondry
A primera instancia puede pensarse como otra película que explora la temática del sueño y los viajes que éste suscita, sin embargo, con una perspectiva filosófica detrás de un imaginario completamente surreal, esta propuesta de Gondry y Gael García Bernal es un paso fundamental para la filmografía onírica del nuevo siglo.
Probablemente el surrealismo francés nunca muera. Y para nosotros, mejor. El cine siempre ha sido una manera de escape y cuando se trata de la exploración subconsciente o mágica que sólo la mirada vanguardista puede aportar, la experiencia de ver una película adquiere sentidos que nunca imaginamos –más allá del entretenimiento–.
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