11 actores que fueron obligados a participar en tus películas favoritas y no sabías

Pocas películas resultan tan malas como Fantastic Four (2005), una de las tantas producciones de superhéroes que abundan por el mundo. Aun así, la cinta fue lo suficientemente famosa como para tener una secuela en 2007 —Rise of the Silver Surfer—, pero no tan buena como para que se filmara una tercera parte. En las dos cintas realizadas de esta franquicia, Jessica Alba protagoniza a Sue Storm/Mujer Invisible, una experiencia que dejó marcada para mal a la actriz.

Profundamente arrepentida, Alba se vio obligada a aparecer en la segunda entrega debido a que su contrato así lo indicaba. No tuvo otro remedio más que enfundarse de nuevo en su traje azul y hacer el ridículo en el set de filmación. Los contratos, las cláusulas y las letras chiquitas suelen jugar malas bromas a los actores, quienes no tienen otra salida más que tragarse el orgullo y filmar películas indeseables.

Conoce a 11 famosos más que a causa de una mala broma del destino tuvieron que interpretar papeles que preferirían omitir de sus vidas pero que han quedado para el recuerdo:

Emily Blunt en Los viajes de Gulliver (2010)

Participar en Devil´s Wear Prada (2006) fue un gran acierto para la actriz, ya que llenó el ojo de la crítica con su actuación; sin embargo, también la obligó a ser partícipe de una producción que jamás llamó su atención: Los viajes de Gulliver. La razón era que al tener un contrato de exclusividad con Fox Studios —productora de Devil´s Wear Prada—, la actriz estaba obligada a filmar la cinta que los dueños le indicaran. Por desgracia para ella, le tocó ser parte de una cinta en extremo carente de calidad.

https://www.youtube.com/watch?v=7OT0ER77SGE

Keanu Reeves en The Watcher (2000)

Hay veces en que tener ciertas amistades sale muy caro. Reeves era el líder de una banda de rock llamada Dogstar cuya gira más importante fue filmada por el cineasta Joe Charbanic, gran amigo del actor. Aprovechando el gran éxito de Keanu Reeves en la franquicia de Matrix, se dice que Charbanic falsificó la firma de su amigo para ponerla en el contrato de su siguiente proyecto: Juego asesino. Keanu, relajado y franco enemigo de los problemas como es su costumbre, evitó entrar en papeleos y demandas y prefirió filmar la cinta de su amigo.

Marlon Brando en Desirée (1954)

Se dice que era tanto el odio que el actor tenía hacia el guión de esta cinta que hizo todo lo que pudo para que la producción fracasara aún contando con su presencia. Sin embargo, no lo logró. Por razones de contrato, el actor tuvo que ponerse en la piel del emperador francés. Desde olvidar sus líneas de forma deliberada hasta maltratar a los actores, el nacido en Nebraska hizo pasar un mal rato a los productores de la cinta. Todo ello no fue problema para que la película fuera un éxito.

https://www.youtube.com/watch?v=Kw2aHFr87XU

Jennifer Garner en Elektra (2005)

Razones de contrato, para variar, obligaban a Garner a enfundarse en el traje de la heroína Elektra. Como toda una profesional, la actriz rodó la cinta sin quejarse, aunque tras bambalinas comentaba con su novio que la experiencia era francamente horrible. Desde que rodara Daredevil al lado de Ben Affleck, donde interpretó por primera vez al personaje, Garner no quedó contenta con la idea de haberse metido en la piel de este personaje.

Shia LaBeouf en Transformers: Dark Of The Moon (2011)

LaBeouf interpretó en esta saga a Sam Witwicky, un tipo ordinario cuya vida cambia de la noche a la mañana cuando su destino se topa con una raza extraterrestre de máquinas. La primera película de Transformers resultó espectacular, mientras que la segunda perdió el rumbo. El actor lo sabía muy bien y por ello decidió que no deseaba aparecer en la tercera entrega. Desgraciadamente para el actor, las obligaciones de contrato lo llevaron a aparecer en contra de su voluntad. En el momento de su estreno, el actor no tuvo reparos en calificar a la producción de aburrida.

Natalie Portman en Thor: The Dark World (2013)

Portman dio vida a la doctora Jane Foster en Thor (2011) y por razones de contrato con Marvel lo hizo también en su secuela de 2013. La actriz quedó muy contenta cuando el estudio, debido a cambios en la historia, omitió su personaje para la tercera entrega Thor: Ragnarok. La ganadora del Oscar por Black Swan dijo respecto a la decisión de Marvel: «Hasta donde yo sé, se ha acabado. No sé, quizá algún día me llamen para Vengadores 7 o algo así, no tengo ni idea. Pero fue genial formar parte de aquello». Esto último parece que lo dijo por quedar bien más que por convicción.

Whoopi Goldberg en Theodore Rex (1995)

¿Quién no se opondría a rodar una ridícula cinta con un dinosaurio de utilería que habla? La pobre Whoopi, que encarna a una valiente agente de la policía dispuesta a resolver un crimen con ayuda del T. rex, tuvo que cumplir con su contrato y tragarse el mal sabor de boca de ser nominada a un premio Razzie, el cual reconoce a lo peor del séptimo arte.

Val Kilmer en Top Gun (1986)

Esta película definió la década de 1980 y lanzó a la fama a Kilmer, quien siempre renegó por su participación en ella. Paramount Pictures era la casa productora para la cual el actor trabajaba y se vio obligado por cuestiones de contrato a rodarla bajo las órdenes del reconocido Tony Scott.

https://www.youtube.com/watch?v=qAfbp3YX9F0

Bill Murray en Garfield: The Movie (2004)

Las distracciones le jugaron una muy mala pasada al veterano actor. Cuando el guión de esta cinta llegó a sus manos creyó que el autor era nada más y nada menos que Joel Coen (The Big Lebowski y No Country for Old Men), pero en realidad era un desconocido Joel Cohen, autor de películas intrascendentes como Monster Mash: The Movie y Cheaper By The Dozen. Al enterarse de ello, Murray ya había firmado para prestar su voz y era demasiado tarde para echarse atrás.

Roy Scheider en Jaws 2 (1978)

Scheider saltó a la fama como el jefe de policía de un pequeño pueblo costero que es acosado por un tiburón. En efecto, hablamos de la joya del terror dirigida por Steven Spielberg en 1975: Jaws. Tres años después se rodó una continuación en la cual Scheider no quería participar, pero un contrato por varias películas con la productora Universal y su negativa a participar en la cinta The Deer Hunter lo obligaron. De todo el elenco de la primera parte, él fue el único que repitió.

Edward Norton en The Italian Job (2003)

La amenaza de una demanda por incumplimiento de contrato por parte de Paramount Pictures —casa productora con la que estaba comprometido para filmar tres películas— obligó a Norton a aceptar este papel en el que interpreta a un infiltrado en un grupo de atracadores. Después de actuar en la excelente The Fight Club, Norton deseaba continuar en una senda de papeles que le exigieran toda su capacidad como intérprete y no algo destinado al mero entretenimiento. The Italian Job cuenta con un elenco interesante formado por Mark Wahlberg, Charlize Theron y Donald Sutherland. A pesar de su descontento, Norton tuvo la oportunidad de interactuar con grandes personalidades.

Los actores a menudo deben poner a prueba no sólo su paciencia o profesionalismo, sino también su fortaleza mental y física para llevar a cabo un papel destacado. Muchos han sido despedidos de las producciones que pudieron llevarlos la fama o no vuelven a ser los mismos en todos los sentidos: su mente su viene abajo o su carrera se desmorona después de actuar en determinados papeles.

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