Respeto: eso es lo que buscan no sólo las actrices de filmes tradicionales, sino en especial las que participan en la industria pornográfica. No son sólo cuerpos, no siempre quieren sexo, no sólo pueden hacer eso con sus vidas, pero el mundo está convencido de lo contrario y cientos de hombres comienzan a acosarlas en redes sociales o en las calles cuando las ven, causándoles un daño que –aunque parece imperceptible– atenta contra su integridad personal, provocándoles depresión o una incomodidad difícil de enfrentar. Las siguientes actrices son un ejemplo de eso: fueron víctimas de distintos acosos que eventualmente derivaron en sus suicidios, y sus voces quedan como un registro de que debemos verlas como las personas que son y aceptar que su profesión es solo una manera de ganar dinero, y nada más.
August Ames
El caso de August Ames fue uno de los más sonados, ya que además de suceder en una época en la que varias actrices se quitaron la vida, reveló que en redes sociales las intérpretes sufren distinto tipo de abusos verbales y psicológicos. Reconocida en toda su carrera, con una amplia participación en la industria, recibió distintos ataques después de que se negara a realizar una escena con un hombre que hacía escenas homosexuales. A pesar de que se disculpó, siguió recibiendo críticas, las cuales derivaron en que se colgara en su hogar en California a la corta edad de 23 años.
Olivia Lua
Nacida en 1994, en Pennsylvania, Olivia Lua fue otra de las mujeres de la industria que se quitó la vida en ese periodo. Antes de fallecer, la actriz escribió unos cuantos mensajes en Twitter, donde expresaba que se sentía incapaz de ser amada. De igual forma escribió “Lo siento en todos lados, ya nada me asusta”. El hermano de August Ames aseguró que ella era otra víctima de los “bullys de redes sociales”, lo cual sugiere que la depresión que sufría (y que le provocó una adicción a las drogas) la llevó a la muerte a la edad de 23 años.
Olivia Nova
Esta actriz que llevaba a penas unos cuantos meses en la industria, falleció a los 20 años. Además de que también sufría acoso excesivo y una carencia de apoyo por parte de sus amigos, decidió quitarse la vida meses después de que su novio muriera de una sobredosis de heroína y que una de sus mejores amigas también se suicidara. A pesar de que era una persona muy amorosa, no pudo con la presión.
Yurizán Beltran
Miembro de la industria desde 2010, Yuri Luv, como era conocida en sus escenas, se quitó la vida el 13 de diciembre de 2017 por una sobredosis de los medicamentos que tomaba para lidiar con su depresión. Con apenas 31 años de edad, la joven sufría de distintos acosos y sufría por no poder encontrar a una pareja estable.
Shyla Stylez
Aunque nunca se revelaron detalles de la muerte de esta actriz, se unió al resto de las mujeres que se quitaron la vida en menos de 12 semanas, y se sospecha que posiblemente también sufría depresión provocada por distintos acosos y un constante desequilibrio emocional. La industria quedó impactada, ya que no parecía tener problemas, sin embargo, Ginger Banks, otra trabajadora sexual afirmó que las estrellas del porno siempre se ven acosadas y tratadas como basura, lo cual hace que las personas que sufren de depresión tengan peores problemas, llegando incluso al suicidio, así que se cree que fue lo mismo lo que le afectó a esta actriz.
Karen Lancaume
Más que un abuso, Karen Lancaume sufrió por los constantes rechazos y burlas de la industria mainstream cuando intentó dejar el porno para hacer películas normales. Reconocida como una de las actrices pioneras del feminismo en la industria pornográfica, se quitó la vida tres años después de renunciar por una sobredosis de alcohol y temazepam. Tenía apenas 32 años.
Además de ellas, existen actrices que siguen con vida y que denuncian los malos tratos de los seguidores de la industria, algunos de los miembros, sus familias y las personas en general. Su profesión no debe dictar que sean tratadas distinta a cualquier otra persona y merecen respeto y apoyo. Debemos dejar de pensar que su empleo define su personalidad, e impedir que sean juzgadas sólo por vivir una vida distinta a la nuestra.