¿Te has preguntado quién es realmente la persona con la que compartes departamento? Esa dulce e inocente criatura que deja la leche afuera del refrigerador o que no seca bien el baño cuando termina de ducharse. ¿Sabías que no es posible distinguir a simple vista a un psicópata de alguien que no lo es? Al menos esto es lo que señala la Dra. Feggy Ostrosky en su libro “Mentes asesinas”.
Imagina que estás de intercambio académico en otro país y tienes por roomie a alguien que posee costumbres que no te agradan del todo: su desorden, en cualquier momento mete a extraños a la casa e incluso toma tu dinero sin pedirlo. Pero lo más escabroso sucede cuando en el Día de Todos los Santos aparece un cuerpo sin vida y la principal sospechosa es esa persona, esa dulce joven de nombre Amanda Knox. ¿Te parece demasiado lejano? Pues fue lo que le ocurrió a Meredith Kercher, una estudiante británica de 21 años que fue hallada muerta en la casa que compartía con otras tres personas en Perugia, Italia. ¿Los principales sospechosos? Su roomie, la norteamericana Amanda Knox y el novio de ésta, un estudiante italiano de nombre Raffaele Sollecito.
Un juego sexual que implicaba a distintas personas y había salido mal, decían los titulares de todo el mundo que, de inmediato, tomaron interés en el caso. Se hacía eco también de la conducta inapropiada de la pareja italo-americana, quienes tenían conocimiento de que Meredith había sido asesinada apenas unas horas antes, mientras tanto, ellos se besaban y abrazaban afuera de la escena del crimen. Pero, ¿fueron Amanda Knox y Raffaele Sollecito los ejecutores de semejante homicidio?
La versión de Amanda y Raffaele
El 2 de noviembre de 2007, luego de que Amanda Knox pasara la noche con su pareja, llegó a su casa y tomó una ducha. En el baño encontró rastros de sangre, pero, según sus declaraciones, no le dio importancia al hecho. Para cuando terminó de ducharse se percató de que el wáter estaba sucio, alguien lo había usado y no había jalado la cadena. Salió en busca de Meredith y halló su puerta cerrada, no contestaba el teléfono y se alarmó. Llamó a Raffaele y acudió en su ayuda, aunque nada faltaba en la casa, sí había vidrios rotos por lo que ambos resolvieron dar aviso a la policía.
La investigación policial
Cuando la policía llegó al lugar ubicado en Vía de la Pergola no.7, abrieron la habitación de Meredith y encontraron sangre por todas partes, en la pared, piso y puerta, así como el brassiere de la víctima, el cual fue despojado del broche. El cuerpo sin vida de Meredith Kercher fue apuñalado 43 veces, cubierto con una colcha que se hallaba en el lugar. Había huellas de zapatos marcadas en el piso, lo cual significaba que el o los atacantes caminaron sobre la sangre de la víctima. Numerosas muestras fueron tomadas de la escena del crimen por la Policía Científica italiana, pero había un elemento clave que faltaba: el arma homicida.
El 5 de noviembre de 2007 Raffaele fue llamado a declarar y acudió a la estación de policía junto con su novia. Cada uno de ellos, por separado, sostenía que habían estado juntos en el departamento de Sollecito la noche del asesinato: cenaron, vieron una película, mantuvieron relaciones sexuales y fumaron marihuana antes de dormir; sin embargo, luego de algunas horas de interrogatorio, Raffaele mencionó no estar seguro de que Amanda hubiese estado con él en todo momento. Por su parte, cuando Knox fue cuestionada respecto a un mensaje de texto en su celular que tenía por destinatario al dueño del bar donde trabajaba como mesera, Patrick Lumumba, respondió que en el mensaje su jefe le había pedido que esa noche no fuera a trabajar, ya que no había mucha concurrencia en el lugar y su respuesta fue “nos vemos más tarde”.
De pronto, el caso tomó un giro inesperado, Amanda denunció a Lumumba como el culpable del homicidio; alegó que él tenía interés en Meredith, razón por la cual ella había contestado que lo vería esa noche para llevarlo a su casa y pudiera tener un encuentro con la estudiante británica. Patrick Lumumba fue detenido y estuvo dos semanas preso, pero tenía una coartada, pues tanto clientes como el personal de su bar fueron testigos de que estuvo en el sitio toda la noche; por lo que Lumumba fue puesto en libertad.
Luego de varios meses de investigación encontraron que una persona más había estado presente esa noche en el lugar del homicidio, se trataba de un inmigrante de Costa de Marfil de nombre Rudy Guede, pero para ese momento, diciembre de 2007, ya no fue posible encontrarlo en Italia. Se le localizó en Alemania donde fue detenido y extraditado a Italia, según la investigación, sus huellas se hallaron en la almohada de Meredith, y cuando se le cuestionó sobre su participación, declaró que había mantenido contacto sexual con la británica sin llegar al coito, ya que ninguno de los dos tenía un condón. Por otra parte, manifestó no haber participado en el asesinato, pues mientras ocurría, él se encontraba en el baño con los audífonos puestos. En cuanto escuchó un grito, salió a ver qué pasaba pero no pudo identificar al agresor, aunque, según sus declaraciones, Amanda Knox se encontraba presente y tuvieron una fuerte discusión porque tomó dinero de Meredith.
El broche del brassiere de Meredith fue encontrado 46 días después del crimen y en él pudieron hallar rastros del ADN de Sollecito. Por otra lado, la supuesta arma homicida se encontró en el departamento del estudiante italiano, cuando lo analizaron encontraron ADN de Knox en el mango, así como material perteneciente a Kercher en el filo del cuchillo. Para la policía italiana esto era muestra suficiente de la culpabilidad de los sospechosos.
Amanda Knox, Raffaele Sollecito y Rudy Guede fueron hallados culpables y sentenciados a 26, 25 y 30 años de prisión respectivamente; sin embargo, luego de sólo cuatro años, Amanda y Raffaele quedaron en libertad, los abogados de ambos habían encontrado que cuando la Policía Científica analizó la escena del crimen hubo contaminación, pues el personal entraba y salía sin una protección adecuada. Además, las muestras de ADN localizadas en el lugar eran muy pequeñas y no eran concluyentes; Amanda Knox y Raffaele Sollecito fueron dejados en libertad. Pero el caso no se cerró, fueron acusados una segunda vez y sentenciados nuevamente, aunque luego de otra apelación fueron exonerados de todo cargo.
Las interrogantes
El fiscal del caso Giuliano Mignini señala que debido a que hallaron el cuerpo de la víctima cubierto, el hecho corresponde al perfil de una mujer. De lo contrario, ¿por qué Amanda inculpó en un primer momento a Patrick Lumumba? ¿Fue debido a que tenía miedo y estaba en estado de schock? ¿O la única forma para encontrar una posible salida a su fechoria fue inculpar a un hombre negro? ¿Por qué si se encontraron muestras de ADN que vincularon tanto a Amanda como a Raffaele, éstas, supuestamente, no resultaron concluyentes y en cambio, Rudy Guede sigue preso? ¿Es verdad que Rudy y Raffaele sostuvieron a Meredith mientras Amanda la apuñalaba?
Quizá, como la propia Amanda señala en el reciente estrenado documental de Neftlix, ella es como cualquier persona pero sólo en apariencia porque es posible que sea quien le arrebató la vida a Meredith Kercher.
Una sola cosa es segura: no querrías a Amanda Knox como tu roomie.
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